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LOS PADRES NO SE PREOCUPAN POR LA EDUCACIÓN EMOCIONAL DE LOS HIJOS

Los padres también son víctimas de una sociedad en la que se invalidan las emociones y la afectividad. Es probable, que durante su infancia, tampoco hayan recibido una educación emocional y eso conlleva desembocar en un bucle circular que se rige por un mismo patrón.

Romper con dicho patrón y cambiar las interacciones contraproducentes para el desarrollo de la educación emocional, es en lo que queremos profundizar. Para ello, vamos a comenzar adjuntando diferentes ejemplos reales, donde visualizamos la ausencia de una validación emocional hacia los hijos y donde podremos localizar, discursos contraproducentes para el buen desarrollo emocional, que cometen los padres en diferentes situaciones. Asimismo, propondremos una mejora

Ejemplo 1:

Durante toda la vida he visto como mi prima destacaba académicamente, sus calificaciones eran excelentes y nunca había llegado a suspender un examen. ¿Pero que subyace a estos resultados académicos? Ella le dedicaba mucho tiempo a estudiar, se exigía mucho y no le bastaba con aprobar si no que tenía que ser la mejor.

Esta historia es relevante debido a los mensajes que siempre he escuchado que mi tía le transmitía, tales como:

“- En el mundo que vivimos se prima la excelencia, tienes que destacar sobresalir”

“- Tienes que ser la mejor de la clase”

“- No sólo puedes aprobar, debes sacar la máxima nota y la más alta de clase; así destacarás”

De esta forma, es probable que su conducta fuera enfocada a evitar la decepción de su madre, su desaprobación, o enfado, puesto que a nivel personal dicha exigencia y posterior malestar cuando no alcanzaba la excelencia no era beneficiosa y le estaba afectando seriamente a nivel emocional y comportamental. Las perturbaciones emocionales pueden ser causadas por la manera en que interpretamos en la ambiente y las creencias que se desarrollan sobre uno mismo

¿Cómo sería una interacción en la que se validen las emociones?

A continuación vamos a dar un ejemplo válido, que extrayendo la idea principal podrá ser adaptado al caso concreto.

Teniendo en cuenta que las creencias racionales son probabilísticas, preferenciales o relativas, de forma que los sentimientos de displacer o insatisfacción frente a no conseguir lo deseado no impiden el logro de nuevos objetivos o propósitos.

1º Cuando su hija le comunique sus resultados se le puede preguntar cómo se siente respecto a los mismos.

2º Validamos sus emociones: no estoy en tu lugar, pero puedo entender como te sientes y tienes mi apoyo para lo que necesites.

3º Explicarle que los resultados de una prueba no definen su inteligencia o valía, puesto que en primer lugar influyen diversos factores y en segundo, miden una sola inteligencia por lo general y existen muchas distintas.

3º Se puede expresar en términos preferenciales lo que la madre quiere transmitir, de forma que, se trate de cambiar los “debería” o “estoy obligada a” (pensamiento irracionales), por “me gustaría” “quisiera” (pensamientos racionales). De esta forma la carga emocional disminuye ante los resultados.

4º Es importante transmitir mensajes en los que se exprese lo que se siente, en lugar de seguir reglas generales de las cuales no conocemos su veracidad.

Ejemplo:

“Me gustaría que te esforzaras en lo que haces, es importante para adquirir constancia”

“Quisiera que disfrutaras del proceso de estudio, la motivación es primordial”

“Me hace sentir bien ver que te esfuerzas”

“Siento compersión respecto a tus resultados tras tu esfuerzo”

Referencias:

  • Oros, L. (2003). Medición del perfeccionismo infantil: desarrollo y validación de una escala para niños de 8 a 13 años de edad. Revista iberoamericana de diagnóstico y evaluación psicológica, 16(2), 99–112.

Realizado por: María Luisa Vázquez, Mercedes Acién, Noha Oualit, Silvia Martínez Nieto y Lilit Hovannisyan.

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