Métete con los de tu tamaño

Siempre los más grandes y fuertes se han metido con los más pequeños y débiles. Al igual pasa con todo en la vida…

El marketing tiene como objetivo principal vender, y para vender ¿Qué tienen que hacer? Apuntar a los objetivos correctos, a esos que son más vulnerables, a aquellos que saben que no se van a resistir. Por suerte, la mayoría de nosotros, no todos evidentemente ya tenemos conciencia como para hacer una balanza y decidir que nos conviene y que no. Sin embargo, hay un público, que aún no tiene esa capacidad de decidir según criterio razonable, como nosotros que podemos mirar por ejemplo según calidad/precio; necesidad/precio… etc.

Pues a veces las grandes empresas destinan sus productos a estas personitas, que podemos denominar como niños. Estas personas que quieren comprar todo lo que ven y que tienen un poder de convicción más grande de lo que creemos. De hecho un estudio en Canadá de YTV’s Tween Report reveló que, si los niños de 9 a 14 años gastaban 1.900 millones de dólares al año, influían en compras por valor de 20.000 millones de dólares a sus familias. Si un niño pide 37 veces al día durante una semana un juguete concreto, hay un elevado porcentaje de probabilidad de que se acabe comprando. En ofertas de ocio infantil, ese porcentaje es aún más elevado, por ejemplo, para decidir a qué centro comercial vamos el próximo sábado o a qué restaurante vamos a comer el domingo.

En definitiva, los niños son bombarderos de marcas dentro de muchos ámbitos, supermercados, tiendas de ropa, jugueterías, restaurantes… Ni si quiera es de extrañar que niños con una edad de tan sólo dos años ya puedan reconocer marcas.

De este modo, el marketing coloca a los niños en el centro de sus mensajes publicitarios, creando personajes de ficción o mascotas, por tanto podemos deducir que una de las formas más fáciles para las empresas de vender su producto a adultos es a través de sus hijos.

El gran problema surge cuando el producto no es bueno para estos, como puede ser la comida basura/ultraprocesados.

¿Qué se puede hacer ante esta irresponsabilidad por parte de las grandes empresas que se aprovechan de la vulnerabilidad de nuestros más pequeños?

Evidentemente la educación va a cumplir un papel fundamental en el proceso de aprendizaje de cómo comer de forma saludable. Sin embargo, ya no es sólo una educación dirigida a los más pequeños sino también a los responsables de estos pequeños.

En casa es primordial mantenerse firme y explicar la diferencia que hay entre los alimentos que se deben consumir día a día y los alimentos que deben ser puntuales. Es cierto, que esto puede resultar muy difícil pero quizás nosotros podríamos utilizar las mismas estrategias que el marketing, crear personajes de ficción o animales que promocionen la comida saludable y no la comida ultraprocesada, de este modo los niños se verán mas entusiasmados y será más fácil una adherencia a una dieta equilibrada.

¿Se os ocurren alternativas para ayudar a los más peques?

https://neozink.com/blog/kids-marketing-o-marketing-infantil/

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