METÁFORAS CONCEPTUALES EN LA POESÍA
Quizá no todos seamos amantes de la literatura, ni mucho menos de los poemas, pero seguro que, alguna vez, a lo largo de nuestra vida, hemos leído alguno.
Al ver que la lectura de clase trata sobre metáforas, quise escapar un poco de lo común, de las típicas metáforas que todos conocemos, como podrían ser “lágrimas de cocodrilo” o “andarse con los pies de plomo”, y me he querido atrever a hablar de las metáforas en los poemas. El fin de estas figuras retóricas en el ámbito de la literatura es aumentar la belleza del poema, conectar con las emociones, tanto del autor como del lector y generar un mayor impacto en lo que se busca expresar.
En el poema “Caminante no hay camino” de Antonio Machado vemos como utiliza la palabra “camino” como metáfora de la vida. Este camino es inexplorado, sin retorno pero sin limitaciones. Por tanto, este autor considera que la vida es un camino que está marcado y, nosotros, a medida que vamos recorriéndolo, marcamos los pasos y el destino que tomará nuestra vida.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar
El siguiente poema que he querido analizar es del reconocido poeta Pablo Neruda. En su poema número 6 encontramos numerosas metáforas en las cuales, la protagonista es una bella dama a la cual este poeta añora.
Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
En el verso 2, hace referencia al recuerdo de cómo era esa dama. La recuerda tranquila.
En el verso 7 quiere referirse a que arde con sus besos, por tanto, arde como una hoguera. Con “mi sed ardía” alude a su boca.
En el verso 8 describe a la dama que lleva en su corazón como una flor exuberante de mucha fragancia y gran colorido (la tiene idealizada).
En el verso 14 vemos que extraña a la dama porque no está, es solo un recuerdo. La luz representa los recuerdos alegres y felices y el humo, los recuerdos de las discusiones y peleas.
Para finalizar mi comentario, he elegido un poema de Rubén Darío, titulado “De invierno”.
En invernales horas, mirad a Carolina.
Medio apelotonada, descansa en el sillón,
Envuelta con su abrigo de marta cibelina
Y no lejos del fuego que brilla en el salón.
El fino angora blanco junto a ella se reclina,
Rozando con su hocico la falda de Alençón,
No lejos de las jarras de porcelana china
Que medio oculta un biombo de seda del Japón.
Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño;
Entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris;
Voy a besar su rostro, rosado y halagüeño
Como una rosa roja que fuera flor de lis.
Abre los ojos, mírame, con su mirar risueño,
Y en tanto cae la nieve del cielo de París.
La metáfora más destacada de estos versos es la encontrada en el 12, “que fuera flor de lis”. Darío habla de su enamorada y la compara con la flor de lis, la cual está representada con los adjetivos de poder, honor, lealtad y pureza del cuerpo y alma.
¿Cuál es tu poema favorito y qué metáforas identificas en él?
