Metáforas conceptuales en psicología

Metáforas, aquello que todos, o casi todos, sabemos lo que es pero quizá no somos conscientes de que las utilizamos (o que las utilizamos tanto).

En clase de Psicología del lenguaje, a través de una lectura, se planteó la pregunta: “¿Cómo explicarías la forma en que ves tu relación de pareja? ¿Cómo afrontas las dificultades que surgen en ella?

Nos dimos cuenta de que las personas al expresar el lenguaje, utilizamos las metáforas, un tipo de comparaciones de carácter abstracto que solemos utilizar sobre todo para hacer comparaciones relacionadas con términos como la vida, la mente, las relaciones de pareja, matrimonio, etc, (Lakoff y Johnson, 1988), conceptos que las personas necesitamos expresar en muchas ocasiones pero que a veces no resulta tan sencillo, por eso nos ayudamos de las metáforas.

Como seres expresivos que somos, el uso de las metáforas se basa en una relación que hacemos de “golpe” con dos conceptos. Es algo que no está preparado, sino que en la mayoría de ocasiones nos surge de forma espontánea, por eso, puede llegar un momento que incluso hacemos relaciones entre marcos relacionales.

De hecho, se trata de metáforas conceptuales, correspondencias entre conceptos de un dominio de un tipo (dominio fuente) sobre el dominio de un tipo diferente (dominio objetivo), (Fernández-Duque y Johnson,1999), poniendo de ejemplo “la mente como una máquina”.

Volviendo a la pregunta que se planteó sobre las relaciones de pareja, llego a la conclusión de que cada persona afronta de manera diferente las dificultades de su relación, pero que prácticamente todos tenemos algo en común; el uso de metáforas para defendernos, para ayudarnos a expresar lo que sentimos y lo que queremos que la otra persona vea.

Pongamos de ejemplo “la discusión (dominio objetivo) como una batalla (dominio fuente)”, haciendo referencia a las discusiones de pareja, una de las dificultades de las relaciones. Cuando pensamos en este tipo de discusiones, seguramente algunas de las frases que se nos viene a la cabeza son de tipo:

• “Yo he hecho (x) por ti y tú por mí no”.
• “Yo tengo razón”
• “Yo te quiero…”
• “Si tú haces (x) pasará (x) o yo haré (x)”.

Aunque pueden parecer frases sin ningún tipo de fondo, si las analizamos, vemos que tienen mucho detrás. Hemos dicho que tomábamos de ejemplo la metáfora “la discusión como una batalla”, y es que vemos como se utilizan los anteriores términos con el fin de ganar una “batalla, guerra” a tu pareja, además cada frase que expresamos demuestra que detrás tiene un sentimiento y un fin/objetivo específico que queremos demostrarle a nuestro “contrincante” para ganarle la batalla. Es decir:

• “Yo he hecho (x) por ti y tú por mí no”, demuestra que la persona quiere hacer sentir culpable a la otra, demostrarle lo “buena” que es ella en comparación con la otra. Hacerle sentir culpable es su arma para ganar esta guerra.
• “Yo tengo razón”, puede demostrar autoridad, utilizar esta seguridad en sí mismo para tener un carácter más autoritario, esta es su arma.
• “Yo te quiero…”, esta frase también es muy utilizada en las discusiones, y es un arma más indirecta porque puede demostrar una evasión de la discusión, querer rodear el tema haciendo recordar al “contrincante” lo bueno que eres y que por encima de todo le quieres, sin querer entrar al trapo e intentar que todo se solucione antes de que la “batalla” vaya a más.
• “Si tú haces (x) pasará (x). Es una de las armas más utilizadas y expresa amenaza, lo que quiere demostrar la persona es que su “contrincante” le tenga miedo para que no haga algo que no queremos.

Estos solo son unos pocos ejemplos de una gran lista del uso de las metáforas que las personas podemos llegar a utilizar, y como es posible que al final relacionemos tantos conceptos abstractos, que nos ayudan a expresarnos y a vivir con más facilidad nuestro día a día. Si analizásemos nuestro lenguaje aunque fuera solo por un día, nos sorprenderíamos del gran uso que le dábamos y que no habíamos sido conscientes hasta ahora. ¿Todo en esta vida es una comparación?