Metáforas en publicidad

En nuestro día a día estamos expuestos continuamente a metáforas, estas se han convertido en una forma muy eficaz de comunicación y las grandes marcas son conscientes de ello. Sin irnos más lejos, la gran plataforma de entretenimiento Netflix, se ha convertido en un ejemplo de cómo usar las metáforas para llegar al público y lograr esa cercanía con el consumidor.

Como primer ejemplo tenemos la frase “Cuenca, te vamos a poner mirando a Netflix” para la propaganda de la segunda temporada de la serie Sex Education. Creo que es bien conocida la popular expresión a la cual se hace referencia, “te voy a poner mirando para Cuenca”, pero seguramente lo que no es tan conocido es el origen de esta metáfora.

Pues bien, esta expresión hace referencia a una postura sexual que se parece a la que adquieren los musulmanes a la hora de rezar, y como es sabido, los musulmanes rezan en dirección a la Meca. Si colocamos un punto en la capital de España, Madrid, y otro en la Meca, es observable que la primera provincia que nos encontramos dentro de esta trayectoria es ni más ni menos que Cuenca, por lo que la expresión original “poner mirando para la Meca”, derivó en “poner mirando para Cuenca”, dotando a la frase de un sentido más castizo.

Así Netflix consigue darle la vuelta a una frase tan popular para llevarla a su terreno, y hacer alusión a esta serie que realiza un gran trabajo al normalizar todos los aspectos de la sexualidad en los jóvenes.

Por lo que he podido leer en artículos, el uso de metáforas es mucho más efectivo a la hora de comunicar información porque implica una mayor activación neuronal tanto en zonas prefrontales, asociadas con la memoria de trabajo y a funciones ejecutivas, como en zonas temporales, relacionadas con el procesamiento semántico, lo que contribuiría a una mayor memorabilidad porque el público tiene que interpretar por sí mismo la asociación metafórica y dotarla de significado. Con ello, en este caso concreto se estaría activando en nosotros una red semántica asociada a la sexualidad, que pasaríamos a relacionar con la serie anunciada.

También es destacable, la importancia del uso de esta metáfora porque está dirigida concretamente a la población española, y eso demuestra el conocimiento que poseen los anunciantes sobre cómo influir en las distintas comunidades de hablantes.

Me gustaría ahora pasar a comentar otra estrategia publicitaria llevada a cabo por Netflix, en la cual, a partir de la propaganda de la famosa serie Narcos, Netflix nos dejó en Madrid un enorme cartel con una felicitación navideña algo atrevida, “Oh, blanca Navidad”, haciendo referencia al blanco, color que tendemos a relacionar con las navidades por la nieve en invierno, y a su misma vez, con la cocaína, droga con un característico color blanco con la que el conocido narcotraficante Pablo Escobar hizo su fortuna.

Este hecho causó un gran revuelo entre el público, desde personas que alababan esta gran estrategia publicitaria, hasta otros que acusaban a la multinacional de apología a las drogas. Sin embargo lo que quedó bien claro es que funcionar, funcionó entre la audiencia a la que iba dirigida la campaña. De hecho, Netflix se atrevió a dar un paso más y crear un pequeño vídeo mostrando imágenes de la serie con el famoso villancico Blanca Navidad de fondo, al cual hace referencia la frase del cartel.

De esta forma y desde mi punto de vista, se demuestra que las metáforas son emocionales, involucran al público y por lo tanto son una gran herramienta de persuasión que si se encuentra en las manos adecuadas, puede emplearse en el mundo de la publicidad para promocionar de forma mucho más efectiva cualquier producto.