Mindfulness
No puedo resistir sin compartir con vosotros una experiencia que tuve ayer.
Llevaba dos días en el hospital, estaba en la novena planta, y al tener que bajar y salir a la calle, por un instante pensé bajar por las escaleras ya que me gusta el deporte, pero estaba tan cansada que decidí bajar con el ascensor, ya que son 3,4 ascensores uno al lado de otro, decidí tocar a todos y el que antes llegara, subo, pensé.
Estaba sola esperando el ascensor, de repente llega uno se abren las puertas, nadie dentro, así que entro en el ascensor y le doy a la planta cero. En vez de bajar sube a la decima planta, se abren las puertas, nadie estaba esperando, así que nadie entro, le vuelvo a dar a planta cero, y listo.
Bajó en un instante, para a la planta cero y esperé que se abran las puertas, y las puertas no se abrían. Esperé un poco más y ninguna señal de abrirse, entonces pensé pulsar a la primera planta, a ver si sube y se abren las puertas y salgo, pero en vez de subir, bajó al sótano.
Bueno, como ya sabemos que en estos sitios los llaman de todas las plantas, digo, alguien a llamado al ascensor al sótano. Que va, una vez allí tampoco se abren las puertas, esperé un momento, otro instante y nada, y ya el ascensor no quería ni subir, ni nada de nada.
Por un momento me di cuenta que algo falla, al ver que las puertas no se abren, pues empecé a pulsar en el botón de alarma, ring ring ring, y esperé que alguien del otro lado conteste y hable conmigo, y no recibí ninguna respuesta. Repetí este proceso de tocar la alarma , 5,6 veces y esperé que alguien conteste y no tuve ninguna respuesta. Empecé a golpear la puerta, pidiendo socorro, haber si alguien me escucha. Qué va, parecía que se había tragado la tierra a todos.
En este punto fue cuando me di cuenta que realmente estaba atrapada, y yo soy una persona muy nerviosa. Llegado a este momento creo que todo el ser humano, en semejante situación, le entra algo por el cuerpo, y empieza a perder los estribos.
No permití que eso se apodere de mí, y en un instante pensé en mindfulness. Dialogando conmigo, me dije: te necesito serena, tranquila, la mente despierta, para obrar bien, hasta que encontremos la solución. Vamos a practicar unos instantes mindfulness. Fue como una medicina bendita, me sentía como si no estuviera atrapada en un ascensor.
Digo, perfecto, ahora puedo pensar en planificar estrategias. Vuelvo a tocar la alarma varias veces, pero nada, ninguna respuesta. Pensé, a ver si tengo suerte y tengo cobertura en el teléfono, tampoco, parecía que todo se había puesto de acuerdo…
Me di cuenta qué tranquila estaba, qué efecto hizo el mindfulness, jamás podría imaginarme, que en semejante situación podría mantenerme tan normal como si nada pasaría.
Os animo a todos, echar mano de está herramienta tan valiosa que tenemos a nuestro alcance, es muy poderosa…
Muchas gracias.