Mindfulness y cómo elegir un regalo para tu amiga
El otro día estaba con una amiga en el centro y estábamos dando un paseo por las tiendas mientras tratábamos de buscar un regalo para nuestra otra amiga, pues su cumple se acercaba. Prefiero los regalos hechos por uno mismo antes que uno comprado, pero cuando se trata de hacer un regalo grupal y teniendo en cuenta que vivimos cada una de nosotras en una ciudad distinta, no queda más remedio que poner dinero y encontrar oro en las tiendas. Decidimos entrar al Primor para comprar algo de maquillaje, porque le encanta, y de repente mi amiga me llama super emocionada: “¡mira nena que guay! Es un colorete-pintalabios chulísimo, le va a encantar”. Yo me quedo un poco confusa porque no estaba muy convencida y no quería sonar aguafiestas. “Si vamos a comprar algo que sea por lo menos útil” le dije. Mi amiga no entendía por qué no me gustaba el producto y he aquí mi explicación:
Un pintalabios y un colorete son dos productos de maquillaje que, a pesar de que pudieran ser del mismo color (rosado o rojizo), no sirven para lo mismo a primera vista. La textura que se utiliza en estos productos multiusos suele ser más bien líquida, para que al aplicarse con los dedos pueda esparcirse y dejar el mismo efecto que tendría un colorete convencional, al igual que un pintalabios normal. Sin embargo, ni llegan a ser colores tan potentes como los que se puede conseguir con un pintalabios normal, ni el colorete es tan bueno, porque al secarse el líquido puede dejar un efecto pegajoso que no es nada cómodo en la mejilla. En resumidas cuentas, no lo compramos.
Pero yo me fui a mi casa pensando en cuál es el propósito de que en un solo producto haya varias funciones. Seguro que todos nos acordamos de estos bolígrafos que tenían mínimo 5 colores y que tenías que pulsarlos para bajar la tinta del que querías usar. ¿A alguien le iban bien todos los colores? O incluso ¿alguien utilizaba todos los colores por igual? Espero que vuestra respuesta a una de estas dos preguntas sea que no.
¿Qué sentido tiene que haya tanto de mucho en un mismo producto? Esta pregunta es más bien personal que dirigida a algo material. Todavía me acuerdo cuando en Bachillerato, de la cantidad de estrés y ansiedad que tenía, me lavaba los dientes mientras repasaba el temario para el examen de esa misma mañana. O incluso cuando estaba con mis amigos en el parque y me venía un pensamiento intrusivo: “no te sabes el examen” y tenía que automáticamente repasar todo lo que sabía del examen.
Después de lo que estuvimos comentando en clase sobre la lectura de Mindfulness me di cuenta de que había encontrado la respuesta: no estaba centrada en el momento ni en lo que estaba haciendo. Si me estoy lavando los dientes, solo estoy haciendo eso y nada más. Nada de repasar, ni de pensar en tareas distractoras, que lo único que consiguen es colmar mi ansiedad. ¿Para qué quiero un solo bolígrafo con todas las opciones de colores disponibles cuando yo misma puedo elegir si comprarme o no X color? ¿Para qué quiero un pintalabios-colorete cuando puedo elegirlos por separado con sus diferentes variedades de aplicadores y colores? ¿Para qué quiero pensar en aquello que me molesta, me inquieta, me atormenta, mientras estoy con mis amigos en el parque o donde quiera que sea si no es el momento?
Lo más interesante de todo esto, a la vez que satisfactorio es la capacidad de poder elegir. Aunque haya días en los que los pensamientos negativos no paren de aparecer en mi cabeza creo que lo mejor que he podido aprender ha sido: aceptar estos pensamientos y elegir cómo y cuándo tenerlos.
A partir de ahora me gustaría no saturarme de tareas y pensamientos innecesarios, disfrutar del momento y aprender que cada cosa/pensamiento/lo que sea que aparezca en mi mente tiene su tiempo; esto es aplicable tanto para lo bueno como para lo malo.
Está claro que puedo con todo, pero no con todo a la vez. Y eso es lo bueno de esta conclusión. Dirigir la atención hacia aquello que requiera la situación y no estar preparada con miles de herramientas o posibilidades que son innecesarias para el momento. Por eso el pintalabios-colorete no era una buena opción para mí, porque si había dos productos distintos con mejor calidad por separado, siento que era saturar demasiado a un solo producto, cuando individualmente hacen su función de manera correcta.