MIS DERECHOS COMO HOMOSEXUAL Y TU LIBERTAD COMO HETEROSEXUAL
Tras indagar en el amplio mundo de los marcos relacionales, puedo afirmar que estos hacen referencia a las conexiones existentes entre conceptos. Pero, ¿cómo surgen dichas conexiones?
Desde bien pequeños se nos enseña a pensar en la comunicación de una forma concreta, por lo que hay relaciones que se enseñan explícitamente, como podría ser asociar la palabra fresa con la imagen de la misma. Esto ocurre porque se pretende asociar el concepto con la representación gráfica de una forma intencional. Pero, no solo encontramos este tipo de relaciones, también están las que se infieren de forma indirecta, a través de la relación de estímulos.
Cada contexto ofrece múltiples estímulos que, en función de experiencias personales, pueden dirigirte hacia una dirección u otra.
Pongámonos en la situación de una persona con una orientación sexual diferente a la de sus progenitores y resto de familiares.
Si este individuo ha presenciado en su hogar comportamientos como cambiar de canal cuando aparece en televisión dos personas del mismo sexo besándose o ha oído comentarios negativos e hirientes hacia personas del colectivo, va a percibir la homosexualidad como algo negativo, lo cual provocaría en sí mismo cierta opresión. Esta opresión puede desembocar en aislamiento y supresión de sus sentimientos por no querer decepcionar a sus familiares, enfadarles o “faltarles el respeto”
Por el contrario, si otra persona, tras comunicarle a su familia su orientación, le han apoyado y no ha cambiado su actitud hacia ella, tendrá un sentimiento de libertad para amar a quien le plazca. Dicho sentimiento de alivio viene determinado en parte por los comportamientos que han tenido sus familiares desde que era pequeña, como por ejemplo tomar el tema con mucha naturalidad y respeto o no tratarlo como un tema tabú y mantenerse informados tanto los adultos como informar a los más pequeños de manera correcta.
¿Y tú, con qué adjetivo definirías la homosexualidad? ¿Libertad u opresión?
