Montaje de atracciones o atracciones para el montaje

sandra murillo
Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readJan 6, 2020

El artículo basado en las técnicas de montaje de Eisenstein se puede resumir con una frase muy sencilla: la magia del cine. Y es que sencillamente es eso, el cine es magia, cómo es capaz de representar realidades y sobre todo, de representar significado.

Pero hay una pista para crear eso, y es que no se basa en la grabación, como todos podemos llegar a pensar, sino que se basa en la edición, ahí esta la magia.

Me ha parecido curiosa la historia de Eisenstein y las técnicas de edición utilizadas en el mundo cinematográfico, pero más aún, lo que el cine quiere representar. Y es que sinceramente se trata de una gran innovación, algo que quiere revolucionar la psicología de las personas, sus emociones y sentimientos, y para ello lo primero es captar la atención del público.

¿Cómo se podría captar la atención de un público acostumbrado a un tipo específico de ediciones cinematográficas y a un mismo tipo de obras teatrales? Obviamente, sacándole de esa costumbre, revolucionando sus ideas y sus creencias y poniendo del revés sus emociones, sentimientos, etc.

Lo importante finalmente de toda esta idea es crear un significado real, algo con lo que el público se pueda identificar y para ello, la solución es el montaje, porque como ya he dicho anteriormente, el cine no es grabar, el cine es editar. Todo el mundo (o casi todo el mundo) podría ser capaz de grabar una película, de hecho, con el simple acto de fijarse por la calle, podemos ver cientos de personas grabando con sus teléfonos móviles, de ahí la sencillez de grabar algo y luego poder decir que has hecho una “película”, pero… ¿editarla? Eso ya no es tan fácil, de hecho, creo que muy poca gente seria capaz de hacerlo. Todo el mundo sabe grabar una película y casi nadie sabe editarla, ahí esta la magia, si muchas personas supieran, efectivamente toda esta magia perdería su encanto.

Para dar significado y realidad a las grabaciones, y poder “enganchar” al público, una vez ya hechas, se trata de montarlas para tener la unión de todos los fragmentos que se han hecho.

Para ello, encontramos diversos modos de realizarlo:

El primero se trata de el montaje métrico, el más sencillo, simplemente trataría de juntar los fragmentos dependiendo de la duración, si se quiere que vaya más rápido o más lento, dependiendo del significado emocional que le queramos dar. Por ejemplo, si se uniera de manera rápida podría transmitir urgencia o desesperación, siendo importante que lo sienta el espectador, un choque emocional.

El segundo es el montaje rítmico, y lo que se busca es crear naturalidad a la hora de dirigir un movimiento de una escena a otra. Combinar un movimiento dentro de la escena con otro. Por ejemplo, si un personaje está mirando hacia un lado, que el otro también mire para el mismo lado, se trata de que el movimiento de las escenas coincida.

A continuación se encuentra el montaje tonal, haciendo referencia a que lo más importante que se debe demostrar aquí son todos los componentes de la imagen. Y cuando nos referimos a todos, son todos, porque hasta el más mínimo detalle tiene más importancia de lo que parece. Por ejemplo, las expresiones faciales de los personajes o los colores de la escena. Como unión de todo ello vamos a tener lo que queremos, un sonido emocional.

El montaje armónico se basa en la idea de juntar, montar sonidos armónicos y fisiológicos, tratándose de una lucha entre el “nuevo tono” y el básico. Básicamente se centra en la cantidad de tonos que se pueden llegar a crear.

Y por último, tenemos el montaje intelectual, refiriéndose a un dinamismo asociativo entre aquello más simple hasta lo más complejo, creando combinaciones ricas de todos los fenómenos y disciplinas.

El cine es un arte, es el arte de representar la realidad, de representarnos a nosotros mismos y de poder crear significado a través de una pantalla, que llegue a los espectadores y que cree emociones en ellos simplemente con el hecho de mirar la producción.

Una vez más, enfatizo la dificultad que eso tiene y antes de acabar, quiero remarcar que el contexto en el que se presentan los estímulos a los espectadores también tiene una gran importancia por lo que respecta el significado que ellos van a otorgarle a las imágenes cinematográficas.

Con ello, quiero hablar del experimento “Kuleshow”, en el cual se presentaba siempre la misma cara, la de un hombre sonriendo, pero cambiando los estímulos anteriores, positivos o negativos. Si antes se presentaba la imagen de una madre abrazando a su bebé, se cortaba la imagen y a continuación la cara del hombre sonriendo y se preguntaba a los espectadores que le sugería, respondían una serie de elementos relacionados con la dulzura o ternura.

En cambio, si el estimulo anterior era una chica en bikini, a la gente le sugería emociones negativas.

Una vez más, se puede comprobar la magia que tienen los montajes y la gran repercusión emocional que pueden llegar a crear en el espectador, una misma cara, un mismo hombre, pero emociones muy distintas hacia él, o muy positivas o muy negativas, en eso se basa gran la maravilla de los montajes cinematográficos.

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