No puedo escucharte ahora, lo siento.

Tras haber hablado en clase sobre las Máximas de Grice, no he podido evitar pensar: ¿Cuántas veces nos cuentan algo y no prestamos atención?. Para esa persona, probablemente es necesario que le demos apoyo o consejo cuando nos cuenta lo que le ocurre y como se siente, es decir, en el lenguaje va la intencionalidad, el querer expresar y la necesidad de comunicar algo de forma implícita. No hablamos por hablar, buscamos algo a cambio.

Por lo que sí, rompemos las Máximas en varias ocasiones, y cuando dejamos de escuchar a esa persona se corta la cooperación necesaria para que la conversación se de.

No sé, quizás somos poco empáticos con el de al lado, y demasiado egoístas o cómodos, porque unos minutos escuchando con atención a alguien puede no significarnos nada, y tener mucha importancia para otros.

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