NO quiero creerte.

CristinaPedrosa
Psicología del Lenguaje — ugr
3 min readJan 5, 2022

En mi anterior publicación, hablamos sobre la frecuencia de detectar verdades antes que mentiras y la inclinación de los seres humanos por “preferir” creer que una afirmación es verdadera ante situaciones de incertidumbre.

Sin embargo, ¿esto es siempre así? O, por el contrario, ¿la predisposición a creer que nos están mintiendo puede invertir estos resultados?

En este post me gustaría hablar sobre los profesionales que cuyo trabajo, o una parte de él, consiste específicamente en detectar mentiras.

Es muy posible que si os pregunto acerca de ocupaciones laborales que requieran capacidad de juicio para detectar cuándo alguien está mintiendo y cuándo está diciendo la verdad, penséis en jueces, abogados o policías. Precisamente, me gustaría centrarme en estos últimos.

No sé vosotros, pero en mi entorno es común pensar que los detectives y policías son expertos en saber cuándo alguien les está mintiendo. Vemos en multitud de películas y series cómo se llevan a cabo los interrogatorios y es habitual ver que entre colegas de profesión comentan el lenguaje no verbal o el tipo de discurso que da el interrogado, emitiendo juicios sobre si les está mintiendo o no.

Sin embargo, ¿son verdaderamente estos profesionales mejores en la captación de engaños?

A pesar de la creencia popular, la investigación dice que no.

Pero, antes de meternos de lleno en los datos de estos sectores, ¿qué información tenemos de la población que nada tiene que ver con la detección de mentiras en sus ámbitos laborales?

Bond y DePaulo (2006) concluyeron en sus investigaciones que, en una muestra de estudiantes universitarios, la capacidad de detectar un engaño se situaba en el 54%, un número peligrosamente cercano al azar (50%) y muy lejano de la perfección (100%). Los mismos resultados obtuvieron otras investigaciones, que estipularon que la capacidad de discriminar entre verdades y mentiras en seres humanos es muy limitada (Custer, 2006).

Lo lógico, lo común, es pensar que profesionales que se encuentran con mentirosos a diario son más eficaces en estas discriminaciones, ¿no? Examinemos la literatura científica para comprobarlo.

Comparaciones en famosos meta-análisis dicen que, al contrario de lo que puede pensarse, la experiencia no hace al experto. Es por ello que Bond y DePaulo (2006) no encontraron diferencias entre policías y población general en la capacidad de detectar mentiras, de hecho, los números fueron muy parecidos entre estudiantes, agentes aduaneros, detectives, agentes federales, etc.

Pero, en el caso que nos atañe, sí que podríamos hablar de una diferencia: La predisposición. En el post anterior, hablé sobre la tendencia a pensar que nos dicen la verdad y que esto afectaría en la toma de una decisión, especialmente en un contexto de incertidumbre. Esto es, el sesgo de la verdad.

Sin embargo, investigaciones han encontrado que en el caso de los policías, esto se invierte. Es decir, sus decisiones no son influenciadas por el sesgo de verdad, sino por el llamado sesgo de mendacidad (Kassin et al., 2008). Esto se debe a que estos sujetos son más dados a realizar juicios de mentira que de verdad, lo cual se refleja en diversos estudios que han encontrado que la precisión para declaraciones verdaderas es inferior que para las falsas (Vrij et al., 2006).

En mi caso particular, creo firmemente que la predisposición y los prejuicios afectan enormemente a cómo tomamos las decisiones y las conclusiones a las que llegamos. Por ejemplo, ¿crees que, si en la mayoría de tus relaciones te han sido infiel, tu tendencia sería pensar que tu siguiente pareja también lo será? ¿Sospecharás continuamente que te miente o te oculta cosas? Creo que es un buen tema de reflexión.

Estas dos publicaciones he querido escribirlas a modo de introducción, para abrir boca sobre la temática de detectar mentiras. En los próximos post me gustaría hablar acerca de claves del lenguaje verbal y no verbal que influyen en la toma de decisiones en este aspecto.

Si os animáis a compartir lo que pensáis, podría ser interesante abrir un debate a partir de la información que he podido aportar. ¡Me encantará saber vuestras opiniones y reflexiones!

REFERENCIAS:

Aamondt, M. G. y Custer, H. (2006). Who can bestca tch a lia r? A meta-analysis of individual differences in detecting deception. Forensic Examiner, 15, 6–11

Bond, C. F., Jr. y DePaulo, B. M. (2006). Accuracy of deception judgments. Personality and Social Psychology Review.

Kassin, S. M., Leo, R. A. , Meissner, C. A., Richman, K. D., Colwell, L. H., Leach, A. M. y Lafon, D. (2008).Police interviewing and interrogation: Aself re port survey of police practices and beliefs. Law and Human Behavior, 31, 381- 40

Mann, S. y Vrij, A. (2006) . Police officers’ judgements of veracity, tenseness, cognitive load and attempted behavioral control in real life police interviews. Psychology, Crime and Law, 12, 307–319.

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