“¡No quiero tu piropo, quiero tu respeto!”
Acoso callejero y diálogo interno de las mujeres
En primer lugar, me gustaría aclarar cuál es realmente el objetivo de los posts que publicamos tanto yo como el resto de mi compañeras del grupo. Básicamente, se trata de indagar en los aspectos de una sociedad machista que influyen en el diálogo interno de las mujeres (qué se dicen, piensan y hacen según qué mensajes culturales procesan). Un ejemplo de ello es el post de nuestra compañera Cristina.
Ahora, me centraré en este post donde reflexionaremos sobre el acoso callejero a las mujeres.
“A ver si ahora no se le va a poder decir guapa a una mujer.”
“¿Desde cuándo es malo piropear a alguien?”
“Es que, si a mí me parece guapa, ¿por qué no se lo voy a decir?”
Recientemente, las mujeres estamos reconociendo aspectos machistas que antes pasaban desapercibidos dada su normalización social. Uno de esos aspectos son los piropos callejeros dirigidos a mujeres, simplemente, por el hecho de serlo. Pongamos un ejemplo:
1) Chica joven entra a su portal. Vecino anciano le aguanta la puerta y le dice “Pasa, guapa”.
2) Chico joven entra a su portal. Vecino anciano le aguanta la puerta y le dice “Pasa, guapo”.
¿Cuál crees que es más probable que se dé? La primera, ¿verdad? Es entonces cuando podemos detectar una conducta machista, es decir, cuando aplicada a una mujer nos resulta familiar y, en cambio, aplicada a un hombre resulta ridícula y/o muy improbable.
¿Qué hacen ellos cuando los piropean? Se muestran incómodos, sí, pero indiferentes. En ningún momento parecen verse intimidados por la chica. Veamos qué ocurre cuando son ellas las sometidas a estos “piropos”.
La mujer, por el contrario, llega incluso a replantearse el vestuario que debe llevar si quiere evitar ese tipo de comentarios, predominando la frustración, tristeza e ira en las emociones que experimenta.
Muchos hombres pueden pensar que, si una chica es considerada atractiva físicamente, tienen el DERECHO a hacérselo saber. Veamos por qué estarían tan equivocados…
- El hecho de ser hombre no te otorga automáticamente derecho a piropear a una mujer desconocida que va por la calle. Puede ser preciosa, pero no ha pedido tu opinión, así que no se la des.
- Según qué le digas, esa chica puede ver tu comentario como una ofensa o un ataque. Quizás crees que eres todo un experto en el arte del piropo, pero para evitar incomodidades a la otra persona, mejor cállate.
- Obviamente, una chica puede parecerte guapa, faltaría más. No se trata de que te tapes los ojos cada vez que pase alguna. La idea es que te digas a ti mismo “Vaya chica más guapa” sin que eso conlleve miradas fijas a su culo o persecuciones acompañadas de berridos que pretenden ser seductores y/o halagadores.
No sé si conocéis un temazo de Los Punsetes. Aquí os lo dejo para que lo oigáis. Se titula Opinión de mierda.
¿Por qué es importante insistir sobre lo innecesario que resulta el piropo callejero a la mujer?:
- Lo que crees que piensa ella: “Buah, vaya piropazo me acaba de echar. Me encanta saber que le gusto y le parezco guapa”.
- Lo que ella piensa realmente: “Vaya idiota, ¿Qué se cree que soy? Nadie le ha pedido su opinión y me hace sentir incómoda que me hable así sin ni siquiera conocerme”. La próxima vez que quiera ponerse ese short pensará “¿Y si me dicen otra vez algo? Mejor me pongo el pantalón largo”. En vez de pasar por esa calle donde le dijeron lo buena que estaba con ese top, pensará “Mejor cojo por la otra calle, que habrá más gente. Quizás le digo a un amigo que me acompañe, así no me dirán nada”.
Y aquí llegamos a otra cuestión interesante. Si el piropo a la mujer surge de una necesidad imperiosa de hacerle saber que es un pibonazo, ¿por qué algunos chicos, entonces, se guardan esos comentarios cuando la chica va del brazo de un chico al que consideran que puede ser su pareja? Esto ya os lo dejo a vosotrxs, para que comentéis por qué creéis que esto sucedería de esa manera en dicha situación.
