NOLAN Y LUMET SON FANS DE EISENSTEIN

El montaje en el cine es un elemento fundamental a la hora de transmitir ideas, emociones, conceptos… Y creo que es algo en lo que normalmente, las personas no nos paramos a analizar o no nos damos cuenta mientras vemos una película. Hoy vengo a analizar algunas escenas que ejemplifican la teoría de Eisenstein.

En primer lugar, empezamos con:

Oppenheimer (2023)

En esta escena, vemos al protagonista, Robert Oppenheimer dando un discurso sobre el éxito de la creación de la bomba nuclear, y se puede apreciar que mientras él intenta dar una imagen de alegría y éxito, conforme va avanzando este, se puede ver cómo este va expresando muestras de arrepentimiento y desesperación porque, en este momento vemos como ya empiezan esos sentimientos de culpa a calar en él y no comparte la alegría y los aplausos de los asistentes al discurso.

Aquí podemos ver un ejemplo de montaje intelectual, ya que podemos observar como a través de los cortes y de las escenas que se van sucediendo, el concepto final que nos quieren mostrar es la desesperación y la culpabilidad que siente Robert, en contraste con la alegría que muestra el público ante la noticia.

Como vemos tanto en el vídeo como en las fotos que he ido poniendo para ilustrarlo mejor, los cortes nos van mostrando como la multitud celebra mientras Robert cada vez va sintiendo más y más culpabilidad y desesperación, estos sentimientos van incrementando a la vez que la alegría del público lo hace, avanzando así hasta un momento en el que estos tienen tanta intensidad que Oppenheimer tiene una alucinación en la que la gente empieza a a desaparecer como si hubiesen recibido el impacto de la bomba atómica, hasta que terminan por desaparecer.

No sólo se nos muestran esos sentimientos como he dicho antes, sino también se muestra como se da cuenta del daño que va a hacer con su creación y el remordimiento que siente. A través de todos esos cortes y escenas sucesivas, la idea final que transmite es la de la desesperación y el daño.

Ahora me gustaría utilizar otro ejemplo de esta misma película, en este caso la famosa escena de la bomba atómica.

Centrémonos en los momentos previos a la explosión de la bomba.

En este caso, quiero exponer un ejemplo de montaje rítmico, en este, no solo importa la duración de cada escena, sino el contenido en ella, por eso creo que este es un buen ejemplo sobre como los directores trataron de proporcionar mucha, pero mucha tensión a la escena jugando con los cortes entre escenas que se van sucediendo al ritmo que el contador está llegando a cero.

Conforme el contador se acerca a cero, la tensión va aumentando y lo podemos ver no sólo en la duración de las escenas, sino también en ellas, vemos las reacciones de todos los presentes, los nervios, nos muestran una y otra vez el contador bajando y bajando, mientras la tensión aumenta pues nada asegura que la prueba vaya a salir bien.

Incluso nos muestran a uno de los físicos, con la mano preparada en el botón de nuevo, por si hubiera que abortar la operación en caso de que no saliera bien, esto, a dos segundos de la explosión. Cada fragmento de la escena, está destinado a infundir una tensión creciente cada vez más y más. La escena de la bomba atómica, también sería para mí un ejemplo de montaje tonal, pero para este, quiero cambiar de película, para no basarme siempre en la misma.

12 hombres sin piedad (1957)

Ahora, para exponer el montaje tonal, quiero exponer una de las mejores películas de la historia según la opinión popular, y una de las mejores que he visto jamás.

Se trata de la última escena de la película en la que la votación sobre si el acusado es culpable o no, va 11–1, 11 jueces creen que es culpable y 1 inocente. Este último, sintiéndose presionado y tratando de convencer a los demás de que está en lo cierto declarando que debe ser culpable, empieza a gritar y elevar mucho su tono de voz.

El juez tratando de defender que es culpable el acusado.
Reacción de los jueces

En estos 3 fotogramas podemos ver que lo que se crea aquí es una situación de una tensión y una agresividad altísimas gracias a sus componentes. Toda la sala está en silencio, solo se escucha hablar a este juez con el sonido de una fuerte lluvia esuchándose de fondo. Mientras este expone sus argumentos de esta manera tan agresiva, de vez en cuando se enfocan las reacciones del resto de jueces, que sin pronunciar ni una sola palabra, muestran en sus rostros la desaprobación hacia un hombre desesperado por tomar la justicia por su mano. Pasemos a la siguiente escena.

El juez queda incrédulo ante la no respuesta del resto
Aquí pide que alguien diga algo
De nuevo, el silencio del resto de compañeros.

En estos otros 3 fragmentos, el juez termina su discurso y empieza a percibir la agresividad y la desaprobación generada en el entorno. Entonces procede a decir que alguien diga algo, y de nuevo, sin mediar palabra ninguno de sus compañeros, de nuevo le muestran una desaprobación total. La agresividad y tensión de la situación no hacen más que incrementar, la sala sigue en silencio, en espera de una respuesta, hasta que finalmente, este termina derrumbándose y declara inocente al acusado, terminando la votación 12–0 y los jueces marchándose tras la frase: “Pues estamos listos”.

Jueces marchándose de la sala en silencio

Ni siquiera tras obtener una resolución del caso la tensión se consigue cortar, solo se escucha el ruido de las sillas y de estos hombres recogiendo para marcharse.

En conclusión, he expuesto esta escena como montaje tonal, porque la forma en que todos los elementos están combinados: el silencio, la lluvia, las reacciones del resto y este juez exponiendo sus argumentos de forma tan agresiva, crean un ambiente de altísima tensión y hostilidad de principio a fin.

Como he expuesto en mi publicación el montaje es fundamental a la hora de expresar todo tipo de ideas que van a impactar en el espectador, y esto Eisenstein lo sabía muy bien, podemos ver como incluso hoy en la actualidad se siguen usando las técnicas que él ideó. Hasta aquí llega mi publicación, gracias por leer.

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