Nuestros sentimientos nos guían en el tipo de música que escuchamos.
En más de una ocasión, seguramente más de uno hemos experimentado emociones negativas y además de ello, hemos activamente, buscado actividades que nos llevan a acrecentar o conservar dicha emocionalidad supuestamente desagradable. Justo esto nos ha pasado a Antonio Manuel Luque Chica y a mí, ¿eso quiere decir que somos masoquistas y que disfrutamos de compadecernos de nosotros mismos? o ¿nos gusta acrecentar nuestros sentimientos negativos ya sea de tristeza, vergüenza o enfado?
Lo sé, puede sonar algo contradictorio, ¿por qué escucho música triste cuando estoy triste? ¿no sería mejor escuchar música más alegre para así levantar el ánimo?. Pero tanto Antonio como yo hemos observado en nuestras acciones como en la de los demás, que ocurre lo mismo, tendemos a elegir la música por nuestras emociones en ese momento. O acaso ¿a ninguno de nosotros cuando hemos roto con nuestra pareja, suspendemos un examen, muere una persona cercana o incluso sólo llevamos un mal día, nos ha apetecido ponernos a escuchar tranquilamente música melancólica?.
Esto mismo se preguntó David Huron investigador de la Universidad Estatal de Ohio (EE UU). Descubrió que este alivio al escuchar canciones tristes se produce gracias a la hormona prolactina. Esta hormona, multiplica sus niveles cuando estamos apenados, propiciando una impresión psicológica de consuelo. Y ese alivio se produce gracias a la música, que, una vez más, cumple con su función terapéutica. Estos expertos sometieron a estudio a hombres y mujeres comprobando sus niveles de esta hormona en la sangre. Aquellos con porcentajes elevados de prolactina manifestaban sensaciones placenteras, mientras que sus opuestos confesaban un sentimiento contrario. Es decir, la música triste te ayuda a dar carpetazo a tu dolor emocional, regulando tus estados de ánimo negativos. Eso sí, en ningún momento podemos afirmar que la música triste puede ayudar a superar una depresión.
Lo cierto es que una de las emociones que solemos experimentar al escuchar música triste es la de consuelo. Que ayuda a combatir esos sentimientos de soledad o incomprensión cuando nos sentimos tristes. Es una herramienta muy útil para buscar apoyo social. Ya que si nos identificamos con la letra, podemos pensar que los autores pasaron por lo mismo que nosotros, por lo tanto sentimos que no estamos solos. Además mucha gente encuentra en estas canciones, una forma de expresión de sus sentimientos que hasta el momento no sabían explicar. Y como sabemos, identificar nuestros sentimientos es uno de los pasos más importantes para saber controlarlos.
Llegado a este punto, cabe preguntarse si realmente la “música triste” produce tristeza. Actualmente no se sabe con seguridad. Pero lo cierto es que, a parte de la hormona prolactina, la “música triste” tiene unas características muy concretas (ritmo lento, acordes menores, muchas pausas, no sobresaltos…). Por lo tanto solemos calificar como música triste pero la emoción que evoca no es esa. Sino todo lo contrario nos produce tranquilidad, calma, nostalgia, melancolía o ternura, sentimientos en este caso positivos. Estas emociones positivas son las que nos ayudan a superar nuestros estados de ánimo negativos.
Actualmente la música nos sigue a todos lados, he oído a amigos decir que “no saben vivir sin ella” y que la utilizan para todo, ya sea, limpiar su cuarto, correr, ducharse incluso para dormir. Y es que las emociones que nos producen los distintos tipos de música son esenciales en nuestro día a día. Nos ayudan a regular nuestros sentimientos. Además no solo la utilizamos nosotros en nuestro día a día sino que, la utilizan sobre nosotros. Me refiero, a las películas, videojuegos, series, anuncios, etc. En todos ellos, según el tipo de música que muestren te van a producir una emoción u otra, por ejemplo en películas de miedo, cuando muestran música de tensión, prevés que va a pasar algo o aparecerá algo de terrorífico.
Podemos concluir que la música controla nuestro día a día.