Olor como máquina del tiempo

En este post, quería comentar lo que me sucedió justo hace una semana con mis amigos. Íbamos por la calle, cerca del barrio del Sacromonte, estábamos solos en la calle. Cuando de repente empezamos a oler de manera muy intensa durante un breve periodo de tiempo, un olor que no supimos de donde venía. En ese momento una de mis amigas exclama “buah, que asco”, algo que nos sorprendió a mi amigo y a mi, ya que para mí era un olor super familiar que me trasladaba a casa de mi abuela, era un olor cálido como cuando ella cocinaba para todos nosotros. En cambio, para mi amigo, que también le gustó el olor, le trajo a la memoria algo totalmente diferente que a mi, para él era un olor fresco como podría ser el de la menta, pero no con las mismas características. Este suceso nos sorprendió a los tres, ¿Cómo un mismo olor podemos definirlo de tres manera diferentes? o ¿Cómo un mismo olor nos puede trasladar a lugares diferentes?

Los olores guardan conexiones emocionales y para cada persona es diferente. Y es que los olores están muy asociados al contexto. Se podría describir como una máquina del tiempo y es que nos pueden trasladar a sucesos del pasado que no podríamos acceder de otra manera, y además lo hacen de manera muy vivida. Ya lo decía Proust, que gracias a los olores accedemos a recuerdos que a través del lenguaje sería imposible. Esto es debido, a que cuando codificamos en la infancia un olor, lo hacemos de la misma manera que al ser adultos, por lo que su respectiva recuperación será mas asequible. En cambio, con sucesos vividos en los que no estén involucrados los olores, en la infancia codificamos de manera distinta a la que recuperamos posteriormente, produciendo así la llamada “amnesia infantil”.

Muchos olores los denominamos como objetivos “menta, dentista, petricor” y es que son olores que todo el mundo a olido alguna vez y están además asociados a un hecho, ya sea la hoja de la menta, el lugar de la consulta del dentista o a tierra mojada cuando llueve. Es decir, para hacer una descripción precisa necesitamos del objeto que lo emite para nombrarlo. Pero esto es una gran limitación del olor, ya que como sabemos gran parte del conocimiento que tenemos no es empírico, tú sabes cómo es un delfín aunque no lo hayas visto en tu vida, sabes que la tierra es redonda aunque no la hayas visto. En los olores esto no puede ocurrir, ya que si nunca lo has olido es imposible que sepas identificarlo, porque no somos capaces de describir de manera precisa a que huele un olor. Aunque seamos capaces de hacer comparativas con olores objetivos, como los comentados anteriormente, aunque realicemos metáforas para describirlos y aunque intentemos describirlos de la mejor manera, es muy difícil que sepamos imaginárnoslo.

De hecho esto ocurre incluso con uno mismo, ¿eres capaz de acordarte de como huele la casa de tu abuela? ¿te acuerdas de como huele la pasta de dientes? ¿y la carne podrida?. Para mí, al menos, me es imposible acceder conscientemente a estos olores, solo sería capaz de reconocerlos si los huelo directamente y me venga a la mente esas sensaciones.

Las categorías olfativas pueden ser relativamente precisas para un individuo pero perder su pertenencia a nivel colectivo, se encuentran estrechamente relacionadas con el contexto apropiado para un sujeto particular. Por lo que al describirlos nos basamos en términos emocionales y prototípicos antes que en detalles analíticos.

Por lo tanto volviendo al ejemplo inicial del post. Cada uno de nosotros relacionamos el olor encontrado por la calle de manera distinta en referencia a nuestra experiencia con ese mismo olor o olores similares. Y este es capaz de transportarnos a lugares muy diferentes tanto en espacio y tiempo. Al igual pasaría con olores “objetivos” ya que cada uno tiene una experiencia sensorial diferente a la hora de oler “Petricor”, y lo que puede ser una olor clave relevante para recordarme al denominado “petricor” para otra persona puede que no lo sea. Aunque respecto a esto, el olor siempre ha sido usado para la supervivencia de la especie, si la carne huele mal no te la comas, muchos animales usan el olor para marcar territorio y avisar de si lo hueles puedes estar en peligro.

Los olores para mí son la máquina del tiempo más eficaz que tenemos actualmente, ya que aunque solo podamos viajar por nuestra experiencia vital, los eventos vividos son muy fuertes y relevantes.

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