Perdón y validación II

Perdón y ejemplos reales de validación. Aceptando los sentimientos del otro

Cuando pedimos perdón aceptamos los sentimientos de la otra persona y los consideramos válidos, esto es algo que se expresa de manera explícita en la mayoría de las disculpas o implícita “siento haberte hecho daño”, dónde aceptamos que hemos causado sufrimiento en la otra persona. Lo que está claro es que si queremos pedir perdón, un elemento primordial debe de ser la validación de los sentimientos de la otra persona.

Encontramos en Más allá de la escucha activa, un ejemplo de validación, donde un colegio pone en práctica una estrategia basada en aceptar los sentimientos de los otros y ser capaz de disculparse. En este ejemplo:

Al hacer la fila en el patio para regresar a clase, una alumna tropieza y hace caer a un compañero de clase. El compañero se queja dolido y la niña no le hace ni caso. Al subir a clase, la profesora tiene preparada la silla-boca-silla-oreja (un espacio dispuesto con dos sillas para que los alumnos/as puedan aprender a solucionar conflictos). Inició la dinámica: el niño expresa su queja y cuando le toca a la niña hablar no abre la boca. Toda la clase permanece en silencio. Entonces la niña rompe a llorar, y en espera de que se calme, durante dieciocho minutos, la ayudamos con un aplauso. Cuando se calmó pudo susurrar: “Siento mucho haberte hecho daño… ¿me perdonas? La próxima vez tendré más cuidado”.

Muchas veces, no es necesario decir nada de forma explícita para validar los sentimientos del otro, muchas veces con estar ahí mostrando apoyo y compañía es suficiente.

En este caso, en el desenlace se observa una disculpa que aparentemente es sincera, con lo cual tiene un “final feliz”. Si es cierto que hubiera sido más positivo que no hubiera sido necesario ese tipo de presión hacia la niña para que surgiera esa disculpa, que hubiera sido en un entorno más natural.

Se destaca como a veces a las personas les cuesta mucho pedir disculpas.