Poliamor vs. Monogamia

Mi compañera Fatima Megías Martínez y yo nos hemos interesado sobre ¿qué es el poliamos? o ¿Qué concepto tenemos de él?

Para comenzar sería importante aclarar qué se entiende por poliamor. En esta misma línea, es interesante saber cómo se desarrolla y qué efectos produce en la sociedad y a nivel individual.

El poliamor es un término que fue acuñado por en la década de 1990 por Morning Glory Zell-Ravenheart, que hace referencia a la tendencia, preferencia o hábito de relacionarse amorosamente con más de una persona a la vez, en un contexto en el que las personas que forman esta relación poliamorosa son conscientes de la misma, y por ende están de acuerdo con la idea.

El poliamor no debe confundirse con la poligamia, ya que no tiene por qué fundamentarse en relaciones formalizadas, como en los matrimonios, a parte consiste en la unión de un hombre con muchas mujeres o viceversa.

La idea de poliamor se ha asentado tanto como idea, como filosofía de vida en muchos países occidentales, donde el concepto de amor romántico asociado, en mayor medida con las relaciones monógamas, muy influidas por cuestiones religiosas y culturales a las que nos vemos expuestos, ha dejado de tener tanto peso. La idea de la monogamia se basa en la idea de que el amor solo puede ser compartido exclusivamente entre dos personas. En estas relaciones, el trato íntimo que utilizamos no es el mismo que cuando nos relacionamos con los demás. Queda muy relacionado con la idea de amor platónico en el que se produce la idealización de la pareja, “chico atractivo, fuerte, carismático” conoce a “chica débil, tímida y necesitada”, supera una serie de situaciones complejas y acaba consiguiendo a la chica. Él demuestra que es merecedor del amor de la chica y para ella queda claro que el la quiere, sino no habría hecho nada por ella. Con este ejemplo no se pretende reducir la monogamia a la relación exclusiva entre un hombre y una mujer, ya que puedes tener una relación monógama independientemete de tu orientación y condición sexual.

Retomando, la base del poliamor no se fundamenta en la pareja como unidad donde personas intercambias conductas íntimas y afectivas. Poliamor no es igual a infidelidad, ya que como hemos comentado, todos los individuos que formen parte de una relación poliamorosa son conscientes de la situación.

Podemos creer que el concepto del poliamor es algo nuevo, que ha nacido en las ultimas décadas debido al proceso de globalización y el descubrimiento de nuevas filosofías de vida. Pero si observamos a nuestros primos, los primates, el caso de los bonobos, en la obra “Sex at dawn”, sus autores señalan que los bonobos viven en sociedades construidas y desarrolladas en torno a las hembras, donde el sexo juega un papel importante, por lo que tanto hembras como machos se aparean con multitud de miembros de su misma especie. Esto puede tener un fin filogenético, la necesidad de perpetuar la especie/descendencia, tal y como indica Dietar Lukas, zoólogo de la Universidad de Cambridge.

El mantener relaciones afectivas y sexuales con varias personas, lleva adherida connotaciones negativas, donde el sistema socioeconómico persiste en su intentos de respaldar las ventajas de las relaciones monógamas, pero como íbamos diciendo, hubo un tiempo, donde las antiguas sociedades de cazadores-recolectores cumplían con los parámetros del poliamor, es curioso que esta forma de relaciones multiples afectivo-sexuales, este considerada como algo novedoso y transgresor. En estos términos, la monogamia ha sido condicionada como la única forma socialmente aceptada de mantener relaciones afectivo-sexuales.

Según investigadores, el desarrollo e instauración de las relaciones monógamas tendría mucha relación con la necesidad de cuidado y protección de la descendencia, abastecimiento de las necesidades básicas. Así también incluyen otras razones que consideran determinantes como la prevención de enfermedades de transmisión sexual.

Esto último, la prevención de enfermedades de transmisión sexual, puede suponer un punto de influencia en el desarrollo de normas sociales, que en gran medida han ayudado a la instauración y mantenimiento de la monogamia. Con cuantas menos personas te relaciones, menos riesgo de adquirir una ETS, este planteamiento deja muchos cabos sueltos, ya que, tanto en las relaciones monógamas como poliamorosas, el riesgo de transmisión de enfermedades de transmisión sexual es mínimo si se toman las medidas de precaución pertinente.

Esto es otro debate, “La educación sexual” ¿recibimos suficiente información y de calidad? o como le pasa a muchas personas, acabas recabando información y construyendo tu propia idea o concepto, a través de lecturas, películas, experiencias, …

El poliamor no es, ni sirve para todo el mundo, al igual que la monogamia tampoco. Para ello es necesario ser consciente de cómo somos, poseer cierto grado de tolerancia al caos y sobre todo empatía, por lo que la comunicación adquiere un papel fundamental ya que sin comunicación no hay entendimiento (muchas veces aun así tampoco).

Podemos decir que no existe una manera única y natural de amar, cada uno, según su historia de aprendizaje ha ido adquiriendo una serie de conductas y respuestas que han sido asociadas a muestras de amor y de afecto debido a las consecuencias que han surgido tras su despliegue. Por lo que, por ejemplo, muchas personas toman como muestra de amor hacer regalos, muchos de ellos con valor material, sin embargo, me pongo como ejemplo, considero una demostración de amor enviar una canción a un amigo o amiga que te haya recordado a un momento que has vivido co él/ella (CC). Quizás no sea el mejor ejemplo, pero cada persona asigna un valor subjetivo diferente a todo lo que hacemos y dejamos de hacer, para mí los pequeños detalles no materiales han adquirido más peso.

Os propongo comentéis vuestras opiniones acerca de este tema, debatir y buscar información al respecto para adquirir un mayor conocimiento.

REFERENCIAS:

Wosick-Correa, K. (2010). Agreements, rules and agentic fidelity in polyamorous relationships. Psychology & Sexuality, 1(1), 44–61. https://doi.org/10.1080/19419891003634471

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