¿POR QUÉ PINOCHO ES UN NIÑO?

Mónica González
Psicología del Lenguaje — ugr
10 min readDec 7, 2020

INTRODUCCIÓN

Somos Mónica González Bautista y Carmen Huertas Gómez del grupo T2 b, y este es el primero de una serie de post sobre la mentira y los niños.

Todos conocemos la historia de Pinocho, un niño de madera al que le crecía la nariz cada vez que mentía. Para hablar de la mentira, lo primero es saber qué es exactamente. Según la Real Academia Española, una mentira es la afirmación que una persona hace consciente de que no es verdad. Otra acepción dice que se trata de la expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente.

En cambio, Carson (2006) define la mentira como “una persona A dice una mentira si: a) lo que dice es falso; b) cree que es falso o puede serlo (o la persona no crea que sea cierto); o c) si la persona afirma la mentira en un contexto en el que garantiza que es verdad”. Para que nos entendamos, en el caso (a), decirle a tu amigo que estás llegando al punto de encuentro pero no has salido de la ducha sería una mentira, porque sabes que lo que dices es falso. Un ejemplo del segundo requisito (b) sería contarle a tu amigo un rumor que dudas que sea verdad, pero lo cuentas igualmente. Por último, el caso © cuando en una fiesta rechazas a alguien que quiere ligar contigo pero un amigo le dice a esa persona que es porque te haces la difícil, el amigo estaría contando una mentira pero por el contexto podría ser verdad o no serlo.

Por otra parte, las mentiras pueden clasificarse en tres tipos: mentiras blancas o prosociales, mentiras negras o antisociales y mentiras azules, que son aquellas que se encuentran a medio camino entre las blancas y las negras.

Una mentira azul se suele dar en contextos en los que tratas de mentir a favor del grupo al que perteneces. Un ejemplo sería la típica pelea de colegio, la clase A y la clase B están jugando un partido de fútbol en el recreo, cuando Juan de la clase B le pega una patada a Pepe de la clase A. Esto provoca que los implicados y los compañeros de clase empiecen una pelea. Un profesor ve esto y se acerca para separarlos, pero al preguntar qué ha pasado Elena de la clase B dice que han empezado los de la otra clase y toda su clase la respalda. Tanto el profesor como Elena y el resto de su clase, saben que esto es mentira, pero Elena ha mentido para proteger al grupo al que pertenece.

Por otro lado, la mentira blanca o prosocial no buscan el beneficio personal y suelen ir acompañadas de empatía. Imaginemos que a nuestra mejor amiga le encanta escribir, pero cuando te enseña ejemplos te das cuenta de que es muy inexperta y carecen de calidad. Obviamente si te pregunta por tu opinión, no vas a ser totalmente sincero y vas a intentar que siga manteniendo su afición para que logre mejorar con el tiempo. Otro claro ejemplo, es cuando un profesor te anima a participar en clase y lo acompaña con un “no está mal del todo, pero no es correcto”.

Por último, una mentira negra sería aquella que usas a tu favor con fines egoístas. Supongamos que te encuentras en la entrevista de trabajo más importante de tu vida, pero no estás segura de que despacho es. Cuando llegas al edificio ves a una persona en frente de una puerta y decides preguntarle por la localización del despacho, pero resulta que esa persona va a la misma entrevista que tú. La persona te da indicaciones para que llegues a esa sala, pero lo que tú no te imaginas, es que te ha mentido mandándote a otro despacho para que no puedas acceder a la entrevista y así poder tener más posibilidades de adquirir el trabajo. Puede que este contratiempo no impida que logres llegar a la sala, pero si llegases tarde, esto podría disminuir drásticamente las probabilidades de conseguir el trabajo.

Todos, por probabilidad, hemos dicho mentiras de los tres tipos, cada persona las dirá con distinta gravedad y frecuencia, pero el tipo de mentiras que más aplica un adulto a un niño es la blanca. Por eso se cree que los niños no mienten tanto como lo haría un adolescente, edad en la que se cree que se usan más cantidad de mentiras, o incluso un adulto. También hay que tener en cuenta la confusión por parte de los adultos a la hora de clasificar mentiras negras o azules dichas por niños como blancas, debido a la ingenuidad que presentan tanto los niños, como las mentiras que dicen. Para demostrar que los niños no solo utilizan la mentira blanca, sino que también la negra y la azul, usaremos varios ejemplos que hemos vivido de cerca. Los nombres usados son falsos para preservar la privacidad de los implicados:

-Azul

Niño a niño

Ejemplo A: Pilar e Irene de 7 años se encontraban jugando en una habitación que es visible por los niños de la plaza de enfrente. Mientras estaban construyendo una torre, varios niños de aproximadamente su edad, empezaron a tirar piedras a su ventana. Ambas bajaron para regañar a los niños y mientras estaban peleando, Mario que era el vecino de Pilar y un buen amigo suyo apareció. Mario también era muy amigo de los chicos y dudaba que ellos pudiesen hacer algo como tirar piedras, a pesar de estar presente. Esta discusión se convirtió en una pelea de chicos contra chicas, debido a esto, Mario se posicionó más extremamente y negó que sus amigos hubiesen tirado piedras, a pesar de que él mismo había hecho cosas similares con dichos amigos. Mario había mentido para proteger a su grupo de amigos, por lo tanto ha dicho una mentira azul.

Ejemplo B: cuando María tenía 3 años estaba jugando al fútbol con los niños de su clase en el patio de los niños pequeños. De repente, vio que los de su clase se estaban peleando con los “niños grandes”, sin saber quién había empezado la pelea. Cuando la profesora paró la pelea, María no dudó en decir que la culpa era de los otros, sin saber si lo que estaba diciendo era verdad o, como probablemente fuera porque era una clase problemática, habían empezado los suyos. Lo importante es que estaba defendiendo a su grupo.

De niño a mayores

Ejemplo A: Jesús era el menor de sus hermanos (9 años), pero el que más tendía a pelearse en el colegio. Un día su hermano Félix estaba siendo insultado por un chico llamado Antonio, Jesús intervino y se acabó peleando con ese chico. Esto provocó que el hermano menor acabase con el labio partido. En total eran cinco hermanos, de entre 9 años y 14, y todos se habían enterado de lo ocurrido, por lo que acordaron mentir a su padre para que no castigaran a Jesús. En casa se dijo que Jesús se había partido el labio debido a un balonazo mientras jugaban al fútbol y que todos habían sido testigos. Así, todos los hermanos mintieron para proteger de un castigo al menor, por lo que todos dijeron una mentira azul.

Ejemplo B: cuando María ya era más grande (9 años), seguía compartiendo clase con los mismos compañeros que los del ejemplo anterior. Un día de lluvia, se dedicaron a jugar al mosca (juego en el que se hace un pasillo de gente y se le pegan collejas a la persona que pase por medio) en el descanso entre clase y clase. No todos los compañeros de la clase estaban participando, pero no veían que se estuviera haciendo nada malo. Cuando entró un profesor y amenazó ponerles un parte a todos, tanto los que estaban implicados como aquellos que no defendieron a capa y espada que no estaban haciendo nada, solo hablando, intentando evitar que el profesor no les castigara. Al final no lograron evitar el castigo, la mentira no sirvió.

-Negra:

Niño a niño

Ejemplo A: Julia (7 años) era la hermana pequeña y la habían dejado sola en el cuarto de sus hermanos. Su hermano mayor tenía un juguete súper chulo nuevo, que podía mover brazos y piernas. Se puso a darle vueltas al brazo del muñeco hasta que se cayó. Asustada, se fue corriendo a su cuarto y se encerró. Cuando su hermano volvió y preguntó, enfadado, quién había roto su muñeco, ella no dudó en decir que no había salido de su cuarto y que no podía ser, aunque era bastante obvio que era la única que había podido ser.

Ejemplo B: Ana era una niña de 8 años que se apuntó al concurso de belleza de su pueblo. En dicho concurso debía desfilar y hacer algunas pruebas divertidas. Cuando llegó su turno de desfilar, lanzó un beso con la mano soplando al final, que hizo que los jueces se rieran mucho. Esa era una pequeña prueba por lo que aún quedaba la final. A Ana se le acercó una chica llamada Laura para decirle que no se podía hacer aquel gesto del beso. Laura era mayor que Ana ya que tenía 10 años, por lo que la menor confió en ella. El día de la final Ana salió primera y no hizo aquel gesto, pero Laura sí que lo hizo mientras desfilaba. Por suerte o por desgracia, Ana ganó aquel concurso por lo que la artimaña de Laura no funcionó, pero sí se puede considerar que Ana fue víctima de una mentira negra, intentando beneficiarse y ganar el concurso con su mentira.

Niño a mayor

Ejemplo A: Sara es una chica de 19 años que se encontraba cuidando de su prima de 10 llamada Claudia. La menor era una niña muy nerviosa y Sara estaba intentando que acabase sus deberes. Unos minutos antes, Sara le enseñó a darle chuches especiales a su perro Lucky y le advirtió que debería darle de las pequeñas, porque con las chuches grandes el perro se agobiaba y se ponía a llorar mientras buscaba un sitio para esconderlas. Mientras Claudia terminaba los deberes, Sara subió a buscar materiales para colorear. A los pocos minutos Claudia llama a su prima asustada porque Lucky estaba llorando debido a que tenía una chuche grande. Sara tuvo que sacarle la chuche de la boca y Claudia dijo que, intentando coger una pequeña, se le cayó una grande al suelo. La mayor se dio cuenta de que estaba mintiendo debido a que el bote estaba en una estantería y, si se cayese una chuche, habría ido a parar directamente sobre la mesa. Con este motivo y con la vaga explicación ofrecida, Sara se dio cuenta de que Claudia había dicho una mentira negra para protegerse de un castigo.

Ejemplo B: durante un examen de Conocimiento del Medio, Marcos escuchó que el compañero que estaba a su lado, separados por un pasillo, le pedía la respuesta a una pregunta. Intentó decírselo susurrando, pero viendo que no funcionaba recurrió a los gestos. Obviamente, la profesora le pilló y le dijo que, si volvía a verle hacer algo similar, lo suspendería. Él, indignado, se defendió diciendo que no había hecho nada, que se estaba crujiendo los dedos.

-Blanco:

Niño a niño

Ejemplo A: Marta de cinco años y Juan de siete, estaban dibujando con acuarelas en el patio y habían decidido dibujar una galaxia. Ambos empezaron con su tarea y al terminar mostraron orgullosos el resultado, pero a Marta no le gustó del todo el de Juan. Marta era menor que él y cómo le quería y admiraba, mintió al opinar sobre el dibujo del mayor. Ella le dijo que su dibujo era muy bonito, se había esforzado mucho para tratar de evitar herir sus sentimientos, por lo que se puede considerar que Marta contó una mentira blanca.

Ejemplo B: Pedro, de 6 años, estaba jugando en el parque cuando se le acercó José, un niño de su clase que no le caía muy bien. José le preguntó, con toda su inocencia, que si eran amigos, a lo Pedro le contestó que sí, para evitar que José se sintirera mal y terminara llorando.

Niño a mayor

Ejemplo A: Hoy Julio cumple 6 años y está muy emocionado porque va a ver a su familia y a amigos de su colegio, además, va a recibir muchos regalos. Antes de ir al parque donde se va a celebrar, sus padres le advierten de que debe alegrarse por todos los regalos y dar las gracias aunque no sean del todo de su agrado. Julio entiende esto y no quiere hacerle daño a nadie, por lo que cuando aparece su abuela con un jersey con colores muy chillones, él se lo agradece y le da un beso a su abuela. Julio ha mentido para no ser desagradecido con su abuela que le ha regalado el jersey con toda su ilusión, en este caso Julio ha dicho una mentira blanca.

regalos de cumpleaños

Ejemplo B: Rafael, de 6 años, ya sabe que los Reyes Magos son los padres. Cuando unos días después de abrir los regalos su abuelo le pregunta qué le han traído los Reyes, Rafael no le dice a su abuelo que los regalos se los han traído los padres, evitando destriparle a su abuelo la verdad sobre los Reyes. Rafa piensa que su abuelo no

En definitiva, observamos que los niños no solo usan la mentira blanca, sino que son capaces de usar cada uno de los tipos de mentira como un adulto o un adolescente. No nos referimos a la frecuencia de cada tipo de mentira ni a la gravedad en función de la edad, simplemente hablamos del uso de los diferentes tipos.

Sabiendo distinguir ya los diferentes tipos de mentira que existen y que los niños también usan mentiras para beneficio personal o grupal ¿serías capaz de identificar los diferentes tipos de mentira en situaciones que hayas vivido tú o gente de tu ambiente?

Bibliografía

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