PROPICIA TU CAMBIO: “NATILLAS REALFOODER”.
Ahora que somos más conscientes sobre las consecuencias tan perjudiciales tanto a nivel físico como a nivel mental que tiene la publicidad engañosa a nuestra persona, ¿por qué no poner en marcha soluciones beneficiosas para nosotros mismos?
No sólo vamos a abordar los problemas y consecuencias nocivas para nuestra salud, vamos a buscar activamente el cambio.
En realidad, es mucho más sencillo de lo que creemos, tan sólo tenemos que abrir los ojos, dejar de acomodarnos, y sobretodo, tener pensamiento propio. Dejemos de consumir lo que personajes públicos como Cristiano Rolando o María Pombo muestran en las redes sociales que en realidad, no es más que publicidad encubierta.
Si somos un poco creativos, se nos pueden ocurrir alternativas tan llamativas, y a su vez saludables, como serían las natillas “realfooder”, gracias a Carlos Ríos. Con tan sólo batir tres ingredientes saludables, como son un caqui, un yogur natural, y cacao puro desgrasado, obtendremos una mezcla cuyo sabor es casi idéntico, y no tiene nada que envidiar, a unas natillas de chocolate de las de toda la vida. Y lo mejor es que es sano. Y esta vez, el que no lleve azúcares añadidos, sí que será verdad.
Este es un gran ejemplo de que no tenemos porqué consumir las famosas natillas “Danet” que anunciaba Ronaldinho (uno de los mejores jugadores de fútbol de la época, aclamado y con una gran cantidad de seguidores) junto a su familia: “Ellos disfrutan y yo estoy tranquila viéndolos sanos, por eso, en casa, hay siempre Danet. ¿Repetimos?” Son frases de la madre del jugador de fútbol en el anuncio.
No nos dejemos engañar, lo que no es sano, no lo es. Ronaldinho no rendía física y psicológicamente mejor gracias a las maravillosas natillas. No. Lo hacía porque mantenía un estilo de vida saludable, reduciendo al mínimo el consumo de alimentos tan azucarados como son los de este estilo.
Sepamos diferenciar. No se trata de cambiar nuestra forma de consumo, de “ultraprocesados” a comida sana. Se trata de ser consciente de qué es realmente lo mejor para nosotros, y no dejarnos engañar por los “role models” y aquello que patrocinan o recomiendan. Abramos los ojos.