¿Qué es eso de “música gay”?
Es frecuente que escuchemos en las redes sociales, la televisión o revistas que a ciertas celebridades se le asigne la denominación de “icono gay”. Estas figuras suelen estar caracterizadas por la belleza, la elegancia, el glamour, la fortaleza frente a la adversidad, la exageración de ademanes y, en el caso de los artistas, el ser intérpretes o autores de alguna obra famosa que la comunidad gay haya asumido como parte de su cultura. Pero, ¿cómo la música puede tener orientaciones sexuales?
¿El hecho de pertenecer a la cultura LGTBI+ hace que te guste música diferente? Obviamente, no tiene mucho sentido. Como creo que todos tendremos bastante claro, que seas hombre y te gusten los hombres no significa que te guste un tipo de música. La orientación sexual no es una decisión. La música, sin embargo, sí. No obstante, la cultura puede facilitar tus preferencias musicales, por lo que más que “música gay”, deberíamos denominarlo como “música culturalmente gay”.
Histórica y culturalmente, como dice Schutmaat, la música ha sido siempre un instrumento de expresión para colectivos minoritarios y ha supuesto una parte importante del avance de la comunidad lgtbi+ en las últimas décadas. En EEUU y las ciudades europeas, la vida en las grandes ciudades desde el siglo XIX facilitaba que grupo grandes de minorías sociales comenzaran a concentrarse y crear comunidad en lugares de encuentros subculturales. En el caso de la comunidad lgtbi+ fueron surgiendo bares de lesbianas y gays que permitía el contacto, la concentración y la interacción entre personas de esta comunidad. En los 60 y tras las revoluciones políticas y culturas cada vez era más fuerte la unión de la comunidad, la visibilidad, la aceptación, la existencia de puntos de reunión y, sobre todo, el despliegue cultural propio de esta comunidad que poco a poco iba moldeándose.
Entre estos y con una fuerza enorme, la música ayudó a la evolución de esta cultura en varios niveles. Esta suponía un medio para conocerse, para tomar las calles y los medios, para crear un enorme sentido de pertenecer a la comunidad con el canto de valores o experencias, así como la construcción identidades o el nacimiento códigos nuevos culturales.
Desde el primer momento, el estilo característica de esta comunidad se asemejó a lo que recibe el nombre de “Camp” y se caracterizaba por una estética atractiva, con pinceladas de mal gusto y bastante valor irónico. Este estilo destacaba también por la falta de seriedad, la exageración, la artificialidad y su carácter ostentoso. Así, pronto surgieron las Drag Queens, que se adecúan perfectamente al estilo antes descrito: un hombre se viste y actúa según estereotipos de mujer con rasgos exagerados y con la intención de burlarse de las nociones tradicionales de las identidades y roles de género .
Más adelante, la música punk y la música disco se vieron influenciada por este estilo, así como el glam rock, que toma elementos del camp jugando con los roles de género tradicionales. Así mismo, la figura del dios de la música David Bowei fue también una de las primeras y más famosas figuras que desarrollaron este estilo.
Como vemos, la música camp hace referencia lo exageradamente extravagante y teatral, haciendo una reverencia a lo ostentoso y lo banal siendo siempre un intento de romper los roles tradicionales de género. Ahora bien, ¿qué música moderna se adecúa a este estilo?
Ciertamente, la música camp es difícil de identificar en la actualidad porque su influencia ha sido bastante en las ultimas décadas y, aunque parezca que no, estamos muy acostumbrados a ella. Y es que, tras la revolución sexual que supuso la liberación de la cultura lgtbi+, en los años 70 surge una inclinación de la industria musical por el estilo camp, el cual era interpretada por divas del pop. Tres de estas primeras figuras fueron Nisa Mineli, Dolly Parton o Donna Dummer. Así mismo, la cultura lgtbi+, sobre todo la comunidad gay, comenzó a adoptar a estas divas del pop como “iconos gay”
Otros enormes ejemplos son Cher, considerada como reina del camp, Madonna, quien posee una página entera en wikipedia en la que se le cataloga como icono gay o Gloria Gaynor, cuyo canción más famosa “I will survive” es considerada uno de las mayores himnos gay de todos los tiempos. Cantantes más actuales como Lady Gaga, Nicky Minaj, Beyoncé, Gloria Trevi o Christina Aguilera son otras de los grandes iconos gay que, como podemos apreciar si analizamos sus estilos, poseen bastantes características del estilo cump, la exageración, la artificialidad y la ironía.
Trasladándonos a territorio español, dos de las grandes “divas gay” españolas son Alaska o la gran Mónica Naranjo, quienes popularizaron los temas de “¿A quién le importa?” o “Sobreviviré”, respectivamente, los cuales son considerados como dos enormes piezas de la música lgtbi+, las cuales hablan de lo dura que es la discriminación a este colectivo y de la importancia de ser fuerte y seguir hacia delante. Además, poco hay que decir del estilo extravagante, dramático y ostentoso de ambas intérpretes.
Con la pregunta de si existen cantantes masculinos que destaquen por características del estilo camp nos viene a la cabeza la figura de Maluma, a quien podemos ver en sus actuaciones o en sus fotos en instagram con ropa extravagante y femenina que, en ocasiones se califica de mal gusto, pero que poco lejos queda del estilo comentado en esta publicación, de su extravagancia, su artificialidad y su intención de romper roles de género como venía ocurriendo en la tradición de la cultura pop y lgtbi+.
El hecho de que la comunidad y la cultura lgtbi+ haya tenido una gran influencia en la cultura musical actual, no significa que a todos los gays les tenga que gustar Madonna, Chrsitina Aguilera o la canción “Desátame”. Es más, en un estudio realizado por Dhoest, Herreman y Wasserbauer que exploraba las preferencias musicales de personas con orientación homosexual descubrieron que la mayoría de personas de esta comunidad acepta este tipo de música como parte de la cultura lgtbi+, pero sin significar necesariamente que esta música corresponda a sus gustos musicales.
REFERENCIAS:
- Dhoest, A., Herreman, R., & Wasserbauer, M. 2015. Into the groove — Exploring lesbian and gay musical preferences and ‘LGB music’ in Flanders. Observatorio (OBS*) Journal 9(2). 207–223.
- Schutmaat, A. [Alvinsch]. (2018, octubre 26). ¿La música gay existe? [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=Y8Gptu4QUf0&t=2s