¿Qué hacemos los psicólogos? (II)

Luis Henrique
Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readJan 20, 2019

Os comento rápidamente una experiencia personal: Después de volver de un intercambio, siempre que salía de casa, me entraba un ataque de ansiedad. Todos los síntomas me hicieron pensar que podría tratarse de un ataque de pánico y debido a que me pasaba con frecuencia, decidí buscar a un psicólogo.

Fui a uno que me recomendó una amiga, él que le acompañó durante su depresión. Por su experiencia, imaginé que el psicólogo tenía como marco teórico la TCC, ya que mi amiga tenía que hacer tareas en casa y autorregistros. En la primera consulta empecé a fijarme que algo no cuadraba con lo que había estado aprendiendo. Él no me hizo la típica entrevista diagnóstica, ni me pidió para registrar las situaciones de ansiedad, simplemente empezamos a hablar. Empezamos a hablar del problema principal pero luego ya estábamos hablando de otros temas.

Salí de la primera consulta súper bien y contento, con ganas de volver y seguir hablando y discutiendo otras cuestiones. No he necesitado rellenar cuestionarios ni autorregistros y desde la primera consulta ya no me volvió a ocurrir el ataque de ansiedad. Después de tres consultas tuve que dejarlo porque iría viajar y tampoco me volvió a pasar lo mismo. Conseguí alcanzar mi objetivo a la vez que hablé de otros temas de una manera mucho más profunda que cuando hablaba con mis amigos, lo que me ayudó en situaciones que tuve que afrontar poco tiempo después.

Conozco a otras personas con experiencias parecidas, que han ido a psicólogos de distintos marcos teóricos, algunos considerados pseudociencia, pero que han logrado mejorar distintos aspectos de sus vidas. Yo, por ejemplo, no necesité dedicar mucho tiempo a la terapia, porque el psicólogo supo direccionar la consulta a lo que realmente importaba.

Sabemos que mucha gente acude a un cura cuando no se encuentra bien anímicamente o cuando pasa por una etapa complicada, así como muchos acuden a la “magia” para cuestiones puntuales o a un coach personal y afectivo. En general buscan lo mismo que podrían encontrar en un psicólogo, sin embargo, la figura del psicólogo siempre se queda en último plano. Quizás en mi situación no hiciera falta ir al psicólogo, pero he preferido acudir a alguien preparado para escucharme, en vez de buscar alternativas que no siempre son producentes.

Por todo esto, me han surgido algunas cuestiones: Si la gente cuando quiere hablar o está se enfrentando a situación difícil, busca a un cura, a un chamán o a cualquier otra persona que no sea un psicólogo, ¿qué podemos hacer nosotros los psicólogos para conquistar el espacio que nos pertenece? ¿Las técnicas consideradas científicas deben ser la única alternativa?

No quiero decir que tenemos que permitir que las “pseudociencias” ocupen nuestro espacio ni que tenemos que hacer una mezcla de todo lo que nos sale, tampoco digo que debemos mentir o “vender humos”, pero si existen técnicas que, junto a nuestro conocimiento profesional y científico, se pueden utilizar y ofrecer alternativas a los que acuden a nosotros, deberíamos hacerlo. El cold reading, por ejemplo, (https://medium.com/psicolog%C3%ADa-del-lenguaje-ugr/cold-reading-leer-personas-en-vez-de-libros-parte-iv-102d4ae18892), tan utilizado por “videntes”, nos permite desarrollar herramientas para acercarnos al paciente, comprender sus intenciones e intentar obtener respuestas. Así como la terapia breve centrada en soluciones puede presentarse como alternativa al coaching y la interpretación de dibujos puede ser utilizada para acercarse a los niños y niñas y obtener informaciones que no suelen dar en una conversación con adultos. En cuanto a dar consejos, no es función del psicólogo, pero una escucha activa puede facilitar el “darse cuenta” del paciente, algo que se utiliza en psicoanálisis (insights) y la TCC también lo utiliza en la reestructuración cognitiva. Tampoco nos olvidemos del mindfulness y otras técnicas de relajación que tienen estrecha relación con la meditación de culturas y religiones orientales.

Es fundamental que cambiemos el concepto que tienen los demás acerca de la Psicología. Necesitamos ampliar nuestro abanico, conquistar el espacio que nos han robado, romper con la idea de que la magia es necesaria para sentirse bien, ofrecer una escucha activa en vez de únicamente preocuparnos en registrar variables y operacionalizar constructos. Tenemos que ser capaces de apropiarnos de lo que nos compete. Podemos utilizar las teorías, las técnicas y las habilidades que los demás nos ofrecen (cold reading, interpretación de dibujos, relajación etc.) y añadir nuestros conocimientos psicológicos para adaptarnos a las distintas demandas. Y nadie nos podrá acusar de hacer pseudociencia, al final, el conocimiento científico también nace del ensayo y del error.

Ojo: El texto hace referencia a técnicas específicas, no a todo un conjunto de creencias. Para utilizar la meditación, por ejemplo, no hace falta utilizar el concepto de chakras etc.

--

--