¿Qué nos dice la ficción sobre cómo somos las mujeres? — Parte 1

Carmen Navarro
Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readNov 7, 2018

Gran parte de nuestra vida se invierte en el cine, la televisión o la literatura, recursos que, a la vez que nos entretienen, pueden ayudarnos a suscitar reflexiones, formas de pensar, e incluso formas de comportarnos, incluso sin que nos demos cuenta. Es por esta influencia tan enorme que tiene la ficción sobre nosotros que también puede contribuir a la perpetuación de ciertos estereotipos. Aquí hablaremos de los estereotipos sobre las mujeres con los que nos bombardean desde que somos pequeñxs.

Resumiendo, en la ficción existen varias formas generales de plasmar a las mujeres: como la malvada envidiosa, como la “Pitufina”… En cada parte de esta serie de posts os hablaré de una.

Hoy toca…

La Malvada Envidiosa.

¿Os suena el típico personaje femenino que se cree la “reina del instituto” y más que amigas tiene súbditas? ¿Y el personaje de la rival de la prota que no para de hacerle la vida imposible porque la envidia, o porque a ambas les gusta el mismo chico?

Tanto en la literatura como en el cine y la televisión siempre ha sido muy típico plasmar la rivalidad entre mujeres, y esto lo han hecho de diversas formas. Intentaré ilustrarlo con algunos ejemplos.

En cuanto a la figura de la rival, podemos encontrar, en primer lugar, a una mujer mayor que envidia a una mujer joven por diversos motivos como su belleza, su juventud, la posibilidad de que ocupe el puesto de mando o de estatus de la mujer mayor… El arquetipo por excelencia de esto es la madrastra de Blancanieves (o el personaje de la bruja en los cuentos de hadas, en general), por razones obvias, pero también encontramos ejemplos en obras más contemporáneas, como Canción de Hielo y Fuego (o Juego de Tronos, para los que prefieren la serie), donde Cersei Lannister no puede ni ver a Margaery Tyrell por temor a que le quite su puesto de reina (y porque es mucho más joven y guapa que ella). También tenemos otro ejemplo en la tercera temporada de la serie American Horror Story (Coven), ya que Fiona Goode, que hasta entonces había sido la Bruja Suprema, no soporta ver cómo otras brujas más jóvenes aspiran a quitarle el puesto de mando. No quiero hacer spoilers, pero quien haya visto estas series sabe hasta dónde pueden llegar estas mujeres movidas por la envidia.

También existen las rivales de la misma edad, como las hermanastras de Cenicienta, o Sharpay Evans en High School Musical. En el caso de Sharpay, además de tenerle envidia a Gabriella por ser más dulce, más amable y más querida por todos, la envidia también porque le quita los papeles protagonistas en los musicales y encima, es la novia de Troy. Y así tenemos a Sharpay en HSM2 verde de envidia, haciendo lo posible para que Gabriella no tenga ni un segundo libre en su trabajo (porque Gabriella trabaja en esta peli para la familia de Sharpay), y hacer así que no pueda ver a Troy, mientras ella va intentando comerle la cabeza al pobre muchacho para que canten juntos y se olvide de la “pava esa”.

Porque sí, las protagonistas objeto de envidia casi siempre son unas pavas. ¿Qué quiero decir con esto? Que estas chicas suelen ser muy dulces, muy sumisas, muy generosas, muy inocentes… como si aún fueran niñas puras que no tienen un ápice de maldad. Os dejo que penséis qué nos quieren transmitir con esto a las mujeres sobre cuál es el ideal que debemos seguir a la hora de comportarnos…

Por último, existe también la figura de la déspota súper divina, que suele ser la más popu y que trata a todas sus “amigas” como si fueran sus esclavas. Esto es muy típico en las series ambientadas en institutos. La misma Sharpay podría entrar dentro de esta clasificación también, aunque ella esclaviza casi siempre a chicos (sobre todo a su hermano). Ejemplos más claros de esta figura son Mia en Rebelde o Alison en Pretty Little Liars. Por lo general, estas “matonas” suelen evolucionar a lo largo de la historia, redimiéndose después de haber sufrido alguna humillación pública o después de haberse quedado sin amigas.

Como conclusión, con personajes como estos no hacen más que fomentarnos la idea de que no hay peor enemigo para una mujer que otra mujer, apartándonos de la Sororidad.

Y es que los casos en la ficción en los que se haya plasmado una amistad verdadera entre mujeres, sin envidias, sin competiciones, sin comparaciones… son muy muy pocos.

¿Cómo pensáis vosotrxs que nos afecta la aparición de este tipo de personajes a la hora de formarnos una imagen de nosotras mismas o de otras mujeres? Ponedlo en los comentarios, y poned también más ejemplos, si se os ocurren, y vuestras experiencias personales.

Referencias:

  • http://escribeconingenio.blogspot.com/2018/01/sorori-que-relaciones-femeninas.html?m=1
  • https://youtu.be/LUsKr31rbo4
  • Fonseca, J.A. (2017). Representaciones narrativas de la mujer en el cine costarricense (2008-2012). Cuadernos Intercambio sobre Centroamérica y el Caribe, 14, 77-95.

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