“¿Qué ocurre cuando el “zumbido” desaparece?

Esto puede llegar, cuando lo que haces ya no lo disfrutas, ya no te aporta satisfacción, ya sea porque se volvió rutinario o porque no conseguiste llegar a tu meta.

Y es entonces, cuando chocas y caes.

Cuando te paras, pero no por propia elección, y eso retumba en nosotros.

Pero desde este punto tienes que crear una visión constructiva.

Debe ser constructiva, apoyando en ese silencio como el puente a la focalización, ayudándote a adoptar una visión con perspectiva.

Desde la paz se edifica con más fortaleza, estableciendo una base que solo capte lo bueno, o que también sea capaz de captar lo malo, porque desde la serenidad se conseguirá la transformación de este hecho en algo positivo para ti.

Y puede ser que te preguntes, ¿por qué no me pare antes?

Creemos que el “zumbido”, esa felicidad extrema, sólo se nos es proporcionada a partir de ámbitos restringidos.

Pero la realidad es que esta paz, esta tranquilidad se encuentra en cada detalle del momento presente.

Y es a partir de aquí, dónde encontraríamos el punto idóneo para conocer el verdadero “zumbido”, trayendo consigo confianza y alegría a tu vida.

Y una vez llegado a este punto, ya solo quedaría alimentar este “zumbido”, ¿cómo?, evitando regresar al pasado, el cual ya alcanzo su final, imposible de estirar. También puedes alimentarlo, centrándote en ti y en tu presente, conociéndote, conociendo lo que te gusta, que es lo que realmente te hace vibrar por efímero que parezca.

Por lo tanto, te animo a controlar tu “zumbido”, no siendo este el que te controle a ti.

“Que sea la chispa, pero no el fuego.”