¿QUÉ OCURRE SI PREGUNTAS EN REDES SOCIALES SOBRE EL ALZHEIMER?

Eugenia Amo Flores
Psicología del Lenguaje — ugr
5 min readJan 15, 2020

Hace unos días pensando en qué publicar en otro post se me ocurrió la idea de preguntar a través de las redes sociales sobre el Alzheimer y sobre los cuidadores para ver si para la gente esto era un tema desconocido del que tenían poca información o si por el contrario, sabían lo que realmente es sufrir esta enfermedad.

Como herramienta usé Instagram debido a que su nuevo formato permite realizar encuestas y preguntas a tus seguidores e interactuar con ellos y también porque es la red social en las que más personas tengo. Mencionar que la mayoría de personas que participaron en la encuesta eran jóvenes de unos 18 a 25 años (aproximadamente) y que sabían que esto iba a ser publicado en esta página.

A continuación os dejo las preguntas que realicé y las respuestas de las personas que quisieron participar:

  • 341 personas votaron que sí y 72 que no.
  • 227 personas votaron que sí y 123 que no.

Las respuestas fueron las siguientes:

  • 128 personas votaron que sí y 42 que no.
  • A la primera pregunta 294 personas votaron que sí y 55 que no.
  • A la segunda pregunta 86 personas votaron que sí y 184 que no.

También hubo dos personas que me escribieron por privado para recomendarme una película y un anuncio que os dejo por aquí por si os interesa u os sirve en otra ocasión:

  • La película se llama “¿Y tú quién eres?” de Antonio Mercero (2007).

Tras esto, se puede concluir que las personas que han participado tienen información básica acerca de la enfermedad, sin embargo, el desconocimiento es mayor cuando se les pregunta sobre el impacto que puede tener en la vida del cuidador ocuparse de una persona con Alzheimer.

Puede ser sorprendente que las personas que dicen que cuidan o que conocen a algún cuidador no hagan uso de recursos externos para sobrellevar la carga que esto supone pero sí busquen ayuda en familiares y amigos (posiblemente no cualificados en este ámbito). Sin embargo, para mí no es sorpresa. La mayoría de personas cuando les toca enfrentarse a algo así asumen que son ellas las que deben hacerse cargo del enfermo las 24 horas del día los 7 días de la semana. ¿Por qué? Quizá porque normalmente estas personas no necesitan intervenciones médicas sino cuidados básicos de los que creemos que podemos hacernos cargo. Además, son personas a las que queremos y respetamos y por ello pensamos que debemos de ser los protagonistas de su cuidado (hoy por ti, mañana por mí). Pero no todo está en nuestras manos. Cuidar al otro sin extinguirse emocionalmente no implica poseer un corazón de piedra o ser mala persona. Solicitar y recibir ayuda es clave, tanto para el bienestar del cuidador como para el de la persona que recibe las atenciones. Contar con la ayuda de recursos comunitarios es fundamental para minimizar el riesgo de aislamiento del cuidador y el empeoramiento de su salud. El dicho de “para querer a los demás primero tienes que quererte a ti mismo” se puede extrapolar a esta situación ya que si no aprendes a cuidar de ti no podrás cuidar a los demás.

Sufrir en silencio no es el camino. Tenemos que acabar con los sentimientos de culpa y vergüenza y pedir ayuda. El enfermo de Alzheimer te lo agradecerá y tú también porque es difícil mantener y sostener a nadie cuando estamos al borde del colapso.

Cómo dijo Buda: “Al ocuparse de uno mismo, uno se ocupa de los demás. Al ocuparse de los demás, uno se ocupa de sí mismo”.

«El alzheimer es en realidad como una niebla insidiosa, apenas perceptible hasta que todo lo que tienes alrededor desaparece por completo. Después de eso ya no es posible creer que existe un mundo fuera de la niebla. Es inútil escapar de todo ello, no hay adónde ir. El alzheimer nos encontraría en cualquier parte. Pero el alzheimer también nos enseña que nacemos tan sólo para vivir día a día, nos induce a adoptar una perspectiva limitada de la vida humana… no más allá de la merienda o la cena». (Retuerto y Sáez, 2003).

Retuerto, M & Sáez, F. (2003). Mi vida junto a un enfermo de Alzheimer. Madrid: La esfera de los libros.

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