Rasgos y pautas de un buen humorista
La mayor parte de los comediantes comparten una pauta común con la finalidad de ser graciosos: su interés en compartir sus observaciones con los demás. Constantemente toman notas mentales sobre todo lo que ocurre a su alrededor, dedicando la mayor parte del tiempo a examinar la realidad de forma crítica y detallada, para luego compartir estas observaciones con el mundo de forma cómica. Esta inspección constante les facilita el reconocimiento del humor en cualquier situación de forma inmediata, lo que les propicia esa actitud humorística. Esto es lo que podría haber dado lugar al humor negro, ya que cualquier problema social es motivo de crítica y de burla. Los humoristas que tienen esa habilidad de burla destacan por su creatividad e ingenio, pero según una investigación científica:
Los cómicos tienen una personalidad más introvertida pero una gran capacidad para pensar más allá de lo convencional y asociar ideas raras.
Según esta investigación, son personas que comparten rasgos propios de personas con psicosis, esquizofrenia y trastorno bipolar, sin llegar a ser patológicos. Pero, ¿hasta qué punto podemos llegar a etiquetar una enfermedad mental a alguien que observa la realidad y la critica objetivamente? Considero que hay humoristas que experimentan incluso un mayor bienestar psicológico que otras personas porque tienen la capacidad de reírse de sí mismos y de sus propios problemas.
Según esta misma investigación científica el humor negro también se ha asociado a la inteligencia ya que encontraron que quieren mejor lo entendieron y más lo disfrutaron tenían mejores puntuaciones en inteligencia, un nivel educativo más alto, mayor estabilidad emocional y menor agresividad. No creo que estos hallazgos sean significativamente relevantes, ya que una persona puede ser lo suficientemente inteligente y no encontrar gracia a los males ajenos. Pararse a analizar los detalles en cualquier contexto puede que les facilite la interpretación y la crítica de la realidad de forma más humorística debido a una mayor ingeniosidad.
Por otro lado, no sólo interesan los rasgos que hacen de una persona un buen humorista sino también las pautas que se siguen para hacer comedia. Buen ejemplo de ello son los consejos aportados por el autor español Jordi Galcerán:
→ Se puede hacer comedia sobre cualquier tema, aunque como indica:
“Hay temas que podrías pensar que son igualmente sensibles y no, sólo tienes que encontrar el tono, la historia. El ejemplo perfecto es La vida es bella que aborda desde la comedia el nazismo, el exterminio de los judíos en los campos de concentración…”
→ Ver y/o leer a autores que conceden mayor importancia a la historia que cuentan sus obras que los chistes que contienen. Tal como indica este autor:
“Escribir humor no es escribir un monólogo solo, también es construir una historia.”
→ Tener en cuenta el entorno ya que existe un humor regional, relacionado con la tradición. Galcerán afirma:
“En España tenemos una tradición de humor, digamos, “berlanguiano”, humor sobre la gente corriente, sobre la miseria… que quizás en otras sociedades no se entenderá”.
→ Una de las bases del humor es el efecto sorpresa: es gracioso lo inesperado, por lo que un humorista debe razonar cuáles son las posibilidades que pueden ocurrirle a un espectador y no utilizar ninguna de ellas.
“Tienes que crear la expectativa de que va a pasar algo, y el juego entre lo que se espera y la sorpresa que les das es lo que funciona.”
→ El comediante debe moverse entre la credibilidad y la verosimilitud. Si es excede, el espectador se da cuenta de la farsa y pierde el interés porque deja de ser verosímil y, por tanto, deja de hacer gracia.
→ En comedia, el personaje puede hacer payasadas, pero es sólo un rasgo de un carácter. Son personas reales lo que los hace más creíbles e interesantes.
Una vez que conocéis las bases para hacer una buena comedia, ¿serías capaces de aventuraros en la creación de vuestro propio monólogo? ¿Creéis que son suficientes y necesarios consejos para crear comedia?
Bibliografía:
