Redes sociales

“¿por qué las personas se comportan de diferente forma en las redes sociales?” “¿por qué se muestran más abiertos, sociables, extrovertidos que cuando te los encuentras en persona?” “¿por qué se quieren mostrar siempre divertidos aunque en ese momento no lo estén pasando bien?”

Para contestar estas preguntas que mi grupo se planteó anteriormente he encontrado algunas opiniones en Internet.

En primer lugar, les dejo aquí dos cortometrajes que muestran la falsedad que pueden llegar a contener las redes sociales y de cómo a las personas les gusta aparentar realidades distintas a las que realmente tienen.

A partir de aquí, encontraran extractos que resumen un poco las opiniones encontradas, sobre todo en distintos periódicos españoles, son palabras copiadas y pegadas tal cual de los mismos artículos que mejor creía yo que podrían contestar a las preguntas planteadas. Al final de ellas, les dejo el enlace de esos artículos para que puedan leerlos, si les interesa.

Micó concluye que los adultos tienden a comportarse como adolescentes en Internet y a aplicar una escala de valores distinta, como si estuvieran en otro mundo donde todo vale, y hacen y dicen cosas que no harían ni dirían en el mundo real.

“Ciertamente hay conductas que nadie haría en público que, sorprendentemente, algunos hacen en las redes sociales, y quizá se deba a que hay quien pierde la percepción de que está en un espacio público cuando está solo en casa, en su entorno más íntimo, quizá hasta en pijama delante de su ordenador”.

“La inmersión en la red promueve determinadas conductas y limita otras; es un fenómeno parecido al que ocurre con las masas”, como en el entorno virtual no se tiene al otro presente, se desdibuja, no se siente su mirada y hay más desinhibición.

“En ese micromundo uno se siente muy cómodo, muy liberado y los niveles de inhibición bajan, y por eso muchos adultos se comportan como adolescentes y se dan dos conductas muy claras: las agresivas –comentarios muy descarnados, muy duros y muy humillantes– y sus contrarias, las vinculadas al amor, al flirteo…; los adolescentes despliegan todo su arsenal porque esas conductas ya les son propias por edad y desarrollo, y quienes no lo son, se sienten en un entorno más laxo y las copian”.

La tecnología e Internet nos han acostumbrado a que todo llegue rápido y gratis, y por eso en las redes sociales las personas se vuelven impacientes e impulsivas.

Otro elemento que contribuye a estos comportamientos dispares en la vida real y la virtual: el anonimato.

¿Qué incita a las personas a hacer pública su vida privada? Josep Lluís Micó cree que una de las razones es el exhibicionismo. “Por modesta o moderada que sea una persona, a todos nos halaga compartir –y que se nos reconozca– un mérito, un premio o un lugar que hemos visitado; antes esto podían hacerlo muy pocas personas, porque el acceso a los medios de comunicación estaba limitado a gente relevante de la cultura, la economía o la política; pero ahora Internet y las redes sociales han permitido democratizar (entre comillas) este acceso a los medios de comunicación masivos y todo el mundo puede tener su minuto de gloria y ser estrella no por un día, sino cada día de tu vida”.

Las redes han permitido potenciar y reivindicar valores que parecían en peligro de extinción, como colaboración, solidaridad, igualdad… Pero, en paralelo, se han extendido y acentuado algunos contravalores, como la mentira, la hipocresía, la impudicia, la inmadurez, la irresponsabilidad o la tolerancia con el anonimato como medios para conseguir objetivos.

- Mostrar lo mejor de nosotros mismos

Tendemos a mostrar lo mejor de nosotros mismos, una forma de buscar la aprobación de los demás: nos inclinamos a publicar cosas susceptibles de recibir “me gustas”. Algo que, según explica el psicólogo José Antonio Molina , experto en conductas adictivas y autor de ‘SOS, tengo una adicción’, también es aplicable a la vida offline. “Cuando recibimos algo positivo, tendemos a repetir. Si es negativo, tendemos a extinguir esa conducta, dado que te genera afecto negativo en ti mismo. Los pensamientos generan emociones y éstos te llevan a realizar conductas. Si te sientes bien, te genera un estado positivo, repetirás más esa conducta. Es aplicable a todas las facetas de la vida”.

- Exhibicionismo

“Llama mucho la atención ese exhibicionismo que se muestra en redes sociales, porque no concuerda con lo que haces en el cara a cara”, explica Molina.

Los motivos que llevan a estas conductas suelen estar relacionados con el ansia de notoriedad, o simplemente por moda. “La gente joven tiende mucho a mostrar su vida, y parece que si no la estás mostrando, no la tienes, lo cual es un gran error”.

- La envidia

Un estudio de dos universidades alemanas, recogido por Reuters, concluye que ser testigo de las vacaciones, las fantásticas vidas o los éxitos laborales de otros puede provocar envidia, frustración, sensación de soledad y enfado, al comparar lo que vemos con nuestra propia realidad.

- No todo va a ser malo

Las redes sociales también tienen efectos positivos desde el punto de vista psicológico: te hacen sentir menos solo, además de favorecer el contacto con gente a la que no tienes cerca físicamente. Según un estudio de la Universidad de Berlín, recogido por Mashable, el simple hecho de actualizar tu estado en Facebook te puede hacer sentir más conectado, incluso si nadie le presta atención.

Ahora, este artículo de periódico contesta otra pregunta que no nos habíamos planteado nosotras antes y es el hecho de no siempre publicar o aparentar una imagen mejor si no de la motivación que algunos tienen de publicar cosas negativas de otros o de sí mismo…

Sergio Roncallo, filósofo y magíster en comunicación dice que actualmente “estamos en un ‘espejismo ontológico’, es decir la gente cree que si no está en redes sociales no existe. Es un espejismo porque realmente no tiene que estar en una red social para existir. Pero lo extraño ahora es no pertenecer a una red social”.

Lo más interesante es que las personas tienen la necesidad de hacer pública su vida. Parece que si no lo publicas en redes sociales algo es como si no lo hubieras vivido. Si no públicas que viajas es como si nunca hubiera pasado”

¿Por qué publicar lo que no proyecta una buena imagen?

Es entendible el deseo de proyectar una buena imagen, pero las redes sociales también se han convertido en un lugar para divulgar publicaciones que no proyectan una buena imagen, como las peleas con amigos o parejas y las falsas acusaciones a otras personas Sandra Bello, magíster en psicología clínica afirma que el deseo de querer exponer o exhibir lo no tan positivo tiene varios motivos. “Cada quien es un mundo aparte. Pero las personas que ofenden a su pareja o ex pareja a través de redes sociales lo hacen porque se convierte en una forma de obtener algo”. “buscamos que la persona a la que va dirigido el mensaje lo vea y se sienta mal por sus acciones. Por lo generar evitamos decir las cosas directamente y las redes son ese medio que facilita expresar algo que de otra forma no diríamos”.

La psicóloga considera también que algunas personas no han aprendido — porque no les han enseñado- a expresar emociones y por eso es más fácil publicar algo en redes sociales que hablar cara a cara. “Este tipo de acciones tienen que ver con habilidades sociales. Sabemos que en ocasiones no somos asertivos pero también somos conscientes de que en las redes siempre encontraremos personas que nos apoyen”, concluye Bello.

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