¿Se puede enseñar a amar?

Fpr
Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readJan 23, 2019

Siguiendo un poco en la linea de mis publicaciones anteriores sobre problemas de pareja, me ha llamado mucho la atención cierta información que he encontrado en varias fuentes de datos. En la población española numerosas parejas durante la adolescencia o durante su etapa universitaria ha vivido situaciones de violencia, en mayor medida de índole psicológico, durante sus relaciones, se han sentido obligados a mantener relaciones sexuales o han vivido situaciones de control que les ha llevado a depender emocionalmente de su pareja.

Pero, ¿a que se debe esto? Pues desde mi punto de vista me quiero centrar en la poca educación que se nos ofrece sobre este tipo de relaciones interpersonales a lo largo de nuestra vida académica. Donde los adolescentes o jóvenes se tienen que enfrentar directamente a una relación amorosa que surge espontáneamente y no tienen las herramientas necesarias para desenvolverse de una manera eficaz.

Por lo tanto mi pregunta es ¿Se puede aprender a amar?, es decir, ¿se puede enseñar a amar? Yo creo que sí. Está claro que a través de la experiencia una persona adquiere ciertas competencias que le va a hacer desempeñar sus relaciones personales con una mayor calidad, pero en el caso de una persona que nunca se ha enfrentado a esta situación, puede encontrarse en situaciones en las que no sepa como actuar y se deje llevar única y exclusivamente por sus sentimientos, o por los estigmas y estereotipos sociales, dando lugar a soportar situaciones que, si hubiera recibido la educación necesaria, no hubiera tolerado.

Pero claro, ¿Que debemos enseñar? si supuestamente el amor es algo personal donde cada uno lo lleva a su propia manera. Pues en primer lugar creo que es importante dotar de información referente a situaciones conflictivas donde se pueda considerar que se este sintiendo amor, pero no sea así. Por ejemplo:

Dependencia emocional. Se trata de un estado psicológico donde la persona deposita todas sus necesidades y frustraciones en otra. Le entrega, por así decirlo, la obligación de hacerse cargo de su felicidad. Una especie de padre o madre sustitutos que estén en todo momento disponibles para satisfacer sus deseos.

Esa especie de “tutor” se llega a necesitar desesperadamente. Al fin y al cabo es como un escudo frente a la vida. Muchas veces también protege de la angustia de tener que decidir y, con ello, ganar o perder.

El dependiente puede sentir que ama profundamente al otro, pero en realidad se trata de un vínculo de explotación mutua.

Sobreprotección. Se trata de un comportamiento que se da sobre todo entre padres e hijos. Sin embargo, también es frecuente que aparezca en pareja.

La sobreprotección se trata de una necesidad excesiva por evitar daños o sufrimientos a otra persona, a la que normalmente se toma por vulnerable o indefensa. Cuando amamos a alguien, es obvio que deseamos solo el bien para esa persona. Sin embargo, alguien excesivamente ansioso puede ver peligros en donde no los hay o exagerarlos en caso de que existan. En este sentido, las personas sobreprotectoras suelen ignorar el hecho de que las malas experiencias son fuente de aprendizaje.

Quienes sobreprotegen proyectan en el otro sus propios miedos. Además, normalmente no consiguen evitar que el ser amado sufra, sino todo lo contrario. Terminan invadiendo de ansiedad al otro y le impiden que crezca.

Control. El excesivo deseo de control sobre el otro se parece a la sobreprotección, pero no es lo mismo. Según Lucy Serrano, que os dejate su video más abajo , lo que buscan este tipo de personas controladores es que el ser “amado” aprenda a desconfiar de sí mismo y lo necesite. De alguna manera se intenta generar una dependencia por parte del otro.

Aunque en el fondo su naturaleza no es esa, estas conductas se presentan como expresiones de amor. El uno le facilita al otro las cosas. Carga con los objetos pesados, le da soporte en las situaciones difíciles o las asume por el otro. También dedica sus esfuerzos a que el otro no pase por incomodidades. Sin embargo, esta disposición no es gratuita. Se paga con la limitación de la autonomía y la libertad.

La intención real es que uno llegue a necesitar al otro de forma definitiva. Desde fuera puede dar la sensación de que el controlador se esmera en hacerle la vida más feliz a quien ama, cuando sus esfuerzos en realidad se dirigen a que no sea capaz de hacer su vida solo. Manipula para que el vínculo se mantenga y se haga cada vez más estrecho. En realidad eso no es amor, sino control egoísta.

Creo que es bastante importante dotar de esta información a través de casos prácticos a los adolescentes y jóvenes con el objetivo de que dispongan de experiencias que les sirvan para determinar en un futuro si están sufriendo algún tipo de control, o no están llevando una relación de pareja sana.

¿Qué opináis vosotros, creéis que es importante educar a los adolescentes en este tipo de cuestiones?

Fernández-Fuertes, A. A., Fuertes, A., & Pulido, R. F. (2006). Evaluación de la violencia en las relaciones de pareja de los adolescentes. Validación del Conflict in Adolescent Dating Relationships Inventory (CADRI)-versión española. International Journal of Clinical and Health Psychology, 6(2).

Gómez, M. P., Delgado, A. O., & Gómez, Á. H. (2014). Violencia en relaciones de pareja de jóvenes y adolescentes. Revista latinoamericana de psicología, 46(3), 148–159.

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