Selfies: estereotipos, narrativas y tendencias.

Xuanbn
Psicología del Lenguaje — ugr
9 min readDec 22, 2023

Este post es la continuación a la primera parte del trabajo práctico “Expresión del Yo a través del selfie”. Tratará los temas propuestos en el título.

Estereotipos en las expresiones

El mayor rasgo diferencial en la toma de selfies son las diferencias en los estereotipos de género. Ciertas expresiones y poses estereotipadas se reproducen en los selfies de manera masiva.

En los selfies de mujeres la expresión facial denota dulzura, además de tender más hacia la timidez o hacia la picardía (Calvo y San Fabián, 2018). Los ejemplos mostrados corresponden totalmente a la descripción anterior. Por ejemplo las miradas no son de dominación ni desafío, son miradas dulces o lascivas. Las poses del cuerpo y de las manos también reflejan los roles asociados al género femenino como la fragilidad o la sumisión, contrarios a la dominancia.

La parte del cuerpo que enseña cada género en los selfies es clave. Las mujeres muestran el rostro, cuello, clavícula y pecho (Clavo y San Fabián, 2018). Interpreto que se hace para lograr verse más atractivas, en el selfie las mujeres suelen enseñar las zonas que le hacen más atractivas de cintura para arriba, las cuales son el pecho y la cara.

De izquierda a derecha, en la primera foto podemos observar una expresión de alegría o felicidad. Gestualidad: se muestra una sonrisa (se elevan las comisuras de los labios, los párpados superiores caen relajados y los inferiores suben tensos). Pero ojo, y he aquí lo interesante, no es una alegría desmesurada, ni una sonrisa “radiante”, si pones esa cara en un selfie parecerías un “loco”. Además, la alegría es, en cierto modo, contenida, de algún modo también expresa indiferencia, porque al estar inclinada hacia un lado y al cerrarse por las rodillas muestra cierta lejanía. Sería una alegría recatada, se podría asociar más con la sensación de paz. Además el escenario en el que se encuentra, concuerda con su emoción, solo con las ramas de las palmeras, el cielo y su vestimenta nos podemos imaginar que está en una playa paradisiaca. La sensación de delicadeza se consigue a través de que incline la cabeza y el cuerpo hacia un lado, y de que se cierre con las rodillas; si fuera una expresión de dominación, el cuerpo se mostraría abierto y hacia delante.

La siguiente fotografía es más lasciva que las otras. Muestra el torso hacia delante para acentuar los pechos, muestra los paletos por encima de los labios con la boca un poco abierta (es más leve, pero sería un subproducto de la expresión de morderse los labios, que se asocia con la atracción sexual hacia una persona), la mirada es de reojo con cierta seriedad y desprecio, originando una sensación de indiferencia (para mostrarse como alguien de más estatus) con el fin de resultar una foto morbosa. En general se muestra algo parecido a una expresión de sorpresa: la boca se abre levemente y las cejas, aunque muy sutilmente, se elevan y se estira la piel entre cejas y párpados. Esta expresión se mezcla con la indiferencia, apelando a un arquetipo de femme fatale. La sensación de fragilidad y dulzura, a mi juicio, se da, por una parte, en que está inclinada hacia atrás, y, por otra, que todas las poses son “delicadas” y no toscas, puede mostrar cierta indiferencia pero no dominación.

La tercera foto se podría definir como expresión de tranquilidad. Está en un punto muerto entre la indiferencia y el interés. Es algo contradictoria, por un lado, se inclina hacia delante y mira al espectador, además de colocar la mano en la barbilla de forma que se podría intuir que está escuchando a alguien. Por otro, la expresión es demasiado seria, no destaca por nada, todas las partes del rostro no están ni tensas ni relajadas. La sensación de dulzura y fragilidad se logra sobre todo por la manera en que coloca su mano en la barbilla y papo, de manera muy sutil y delicada, todo lo contrario a una manera tosca.

Como veremos más adelante en el apartado de tendencias, se puede apreciar que estas influencers optan por unas poses y expresiones más leves en vez de desmesuradas o exageradas, quizás propias de las tendencias actuales.

En el caso de los hombres, las partes de cuerpo más mostradas suelen ser pecho y abdomen , por eso es son muy comunes las fotos en el espejo (Calvo y San Fabián, 2018). Lo cual coincide con lo ejemplos. Esto es porque, para mostrar virilidad el sacar pecho y mostrar abdomen es un recurso muy útil y hasta primitivo. En el artículo se plantea que la cara se muestra de manera más accesoria que expresiva, pero la poca expresividad, a mi juicio, podría tener razón de ser. La poca expresicvidad conduce a reflejar la sensación de indiferencia. Es muy común en los hombres porque ayuda a mostrar una imagen viril, que sería poco emocional, y además se suma la de dominación, mostrando distancia e incluso desprecio con el resto para demostrar dominancia y alta jerarquía.

De izquierda a derecha, la primera imagen es parecida a la segunda pero existen varios accesorios que acentúan su mensaje. La sensación de indiferencia prima en el selfie y se potencia por las gafas de sol, que eliminan la mirada y la posibilidad de mostrar emociones por ella, aportando virilidad, ya se empezó a usar este recurso desde el denominado como “cool” para los músicos de Jazz. También ha esperado justo a soltar el humo de lo que estuviera fumando, desde hace mucho tiempo el tabaco ha sido símbolo de rebeldía y estatus (como los gangsters o los millonarios con los puros). Sobresalen los anillos en la mano que más se ve, seguramente también planificado con objetivo de reflejar más estatus y estética. También sobresale la goma del calzoncillo, no es mera coincidencia que justo la camisa esté abierta por esa zona, el enseñar la goma del calzoncillo se relaciona obviamente con más sensualidad (es lo que cubre los genitales masculinos).

La segunda imagen tiene menos parafernalia. La cara muestra una expresión seria que podría denotar la sensación de indiferencia, pero en este caso me parece más accesoria. Potenciando la virilidad, la foto se centra en el torso, en el pecho y abdomen, ambos hacia fuera, una posición de dominación. La cabeza está inclinada porque la cara en este caso es un accesorio. Realmente es una foto bastante normal para un hombre corriente, como una foto casual de una persona, sin intenciones de aportar un mensaje más allá.

En la tercera foto destacan varios elementos. Pecho y abdomen se ven potenciados ya que se le entreven entre la chaqueta abierta. La mano que posa los dedos índice y corazón con el pulgar estirado sobre la barbilla tiene un gesto que se podría clasificar como emblema, un gesto convencional usado para denotar un rostro como atractivo. En la expresión facial se observa como hay una sonrisa asimétrica y los párpados tensos, cerrando a medias los ojos; se puede interpretar como una sonrisa de desprecio, de chulería. De nuevo aparece el detalle de la goma del calzoncillo, sería interesante ver cuántas veces aparece y si es un recurso muy común en los hombres; y, de nuevo, vuelve a usarse para reflejar más sensualidad.

Por supuesto, también existen formas distintas de tomarse selfies fuera de los estereotipos o de manera antagónica a estos. Pero lo que intento reflejar es las características de los selfies mayoritarios.

Narrativas

En el selfie todo el lenguaje no verbal es consciente y está planeado. No habría cabida para una improvisación real y natural que se da en la comunicación cara a cara. Por ejemplo, los adaptadores no existirían como tal, no serían inconscientes; si se representan en el selfie, se convertirían en ilustradores de las sensaciones y emociones que se quieren transmitir. Con esta gestualidad planeada se da más información en como uno se siente que en comparación a un encuentro espontáneo.

Los selfies se plantean como un medio para construir una personalidad digital, la cual estaría dirigida a cumplir con unos estereotipos con el fin de la aprobación social y de la expresión individual (Belonovskaya et al., 2021), lo cual es inherente al ser humano. Pero en este caso existe una disociación muy grande entre lo que se muestra en redes y lo que se muestra cara a cara, ya que desde las redes, concretamente desde el selfie, se pueden manejar múltiples parámetros para ajustar tu imagen a la de un yo ideal según los estándares sociales (filtros, poses planeadas, repetición de la foto hasta que salga una buena, ropa…). Podríamos hilar esto con la teoría del yo como centro de gravedad narrativo de Dennett: en los selfies podemos expresar una narrativa planeada e idealizada, pero es muy probable que en un punto determinado empiece a distanciarse demasiado con la narrativa que hemos creado de nuestro yo “real”, pudiendo causar problemas.

Tendencias

Siendo parte importante de las redes sociales, los selfies están sujetos también al subir y bajar de las tendencias. En su momento de surgimiento y en su momento álgido, las tendencias se apoyan en la resonancia emocional que producen en los usuarios (Asur et al., 2021). En el caso de las poses prototípicas de los selfie se puede interpretar como herramientas útiles para desarrollar la narrativa que se quiere exponer. Eso sí, llega un momento de saturación para el consumidor y el creador del contenido tendencia, e, hipotetizando, podría acabar en una fase “memetización” en la que la pose se ridiculiza y acaba siendo eliminada o continuada de manera más leve.

  • Morritos o “duckface”.
PRVEGA (@prveegaa28) • Fotos y videos de Instagram
  • Stoneface, pose de indiferencia.

😎 𝐒𝐚𝐯𝐚𝐠𝐞 𝐂𝐚𝐫𝐭𝐨𝐨𝐧 𝐌𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐬 😎 #cartoon #short (youtube.com)

Naim Alejandro Darrechi 🥷💙 (@naimdarrechi) • Fotos y videos de Instagram

En estos ejemplos observamos que la evolución de las tendencias de los selfies pueden tender a ser cada vez más sutiles, las versiones originales adquieren un tinte cómico, por lo que a menos que se quiera dar ese toque cómico al selfie, se intenta suavizar la versión original para poder seguir utilizando estas expresiones. Esto no significa que las tendencias no puedan volver, se comportan de manera cíclica como cualquier otra moda.

¿Cuál es el objetivo de utilizar este tipo de expresiones más allá de lo obvio? Se debe a reafirmarse en los roles y estereotipos de género (Forsman, 2017). Por una parte, la mujer, con el “duckface” estaría respondiendo a los ideales de belleza: haciendo los labios más carnosos y la cara más delgada al estirarla. Por otra, el hombre estaría reafirmando la dureza con la que se le asocia en su rol, representada por una expresión de indiferencia o desprecio.

Referencias:

Calvo González, S., & San Fabián Maroto, J. L. (2018). Selfies, jóvenes y sexualidad en Instagram: Representaciones del Yo en formato imagen. Revista de Medios y Educación, 167–181.

Izabella D. Belonovskaya, Liubov G. Pak, Elvira R. Saitbaeva, Sergey M. Kolotushkin, Irina G. Kartushina, Andrey A. Pavlushin, Ashot S. Kagosyan. (2021). Social Networks as Zones of Digital Personality Construction: Current Problems and Prospects. Propósitos y Representaciones, 9(SPE1), e1224. Doi: http://dx.doi.org/10.20511/pyr2021.v9nSPE1.e1224

Asur, S., A. Huberman, B., Szabo, G., & Wang, C. (2021). Trends in Social Media: Persistence and Decay. Proceedings of the International AAAI Conference on Web and Social Media, 5(1), 434–437. https://doi.org/10.1609/icwsm.v5i1.14167

Forsman, M. (2017) Duckface/Stoneface: Selfie stereotypes and selfie literacy in gendered media practices in Sweden. In: Dafna Lemish & Maya Götz (ed.), Beyond stereotypes?: Images of boys and girls, and their consequences (pp. 193–202). Gothenburg: Nordicom Yearbook (The International Clearinghouse on Children, Youth and Media)

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