Sexismo en el Lenguaje

Paula Barberan
Psicología del Lenguaje — ugr
3 min readNov 27, 2022

Como estuvimos comentando en nuestro post anterior, es evidente la existencia de una desigualdad notoria en el lenguaje entre géneros. Esto se ve reflejado en una generalización al masculino a la hora de pluralizar (independientemente del número de mujeres y hombres que haya), las diferentes connotaciones al utilizar la misma palabra- siempre de manera denigrante al usarla en femenino-, además de la notoria diferencia en cuanto a la cantidad de insultos existentes para el género masculino y femenino (siendo este último el más afectado).

Es una realidad que estando diez mujeres y un hombre en una misma habitación, tenemos totalmente interiorizado la normalidad de referirnos al grupo completo en masculino (todos, nosotros,etc). De hecho, si alguna persona generalizase en femenino -como sería lo lógico al ser la mayoría-, recibiría miradas extrañas, comentarios o al menos le parecería raro de escuchar a la mayoría. A nosotras mismas nos ocurre, que incluso siendo perfectamente conscientes de esto, usamos el plural en masculino y tenemos que hacer cierto esfuerzo para cambiar esta costumbre. Aquí dejamos una imagen de ejemplificación de una situación muy común:

En cuanto a la connotación negativa que se le da a algunas palabras al usarlas en femenino (no sucediendo así en masculino), no faltan ejemplos de la cotidianeidad para dar. En el post anterior dejamos el enlace a un vídeo con algunos de ellos bastante claros. De hecho, incluso mirando en los diccionarios de la lengua española, nos encontramos con ejemplos como estos:

  • Zorro: Persona muy taimada , astuta y solapada.
  • Zorra: La que se considera únicamente un objeto productor de placer.
  • Perro: Mamífero doméstico de la familia de los cánidos, de tamaño, forma y pelaje muy diversos, según las razas, que tiene olfato muy fino y es inteligente y muy leal a su dueño.
  • Perra: prostituta

En la primera edición de la RAE (Real Academia Española) el hombre se definía como “ser animado racional, varón” mientras que las mujeres era “criaturas racionales del sexo femenino”, por no mencionar la cantidad de refranes del castellano humillantes hacia la mujer que a día de hoy se siguen usando, como entre otros:

  • “Debajo de una manta, ni la hermosa asombra, ni la fea espanta”
  • “Fea con gracia, mejor que necia y guapa”
  • “En tiempos de guerra cualquier agujero es trinchera”
  • “Puta la madre, puta la hija y puta la manta que las cobija”

En este artículo se muestran más ejemplos de refranes: https://www.elespanol.com/mujer/20201002/sinonimos-puta-diccionario-mujer-denuncia-machismo-rae/524448614_0.html

Es extremadamente preocupante que en pleno S. XXI siga estando tan a la orden del día el uso de un lenguaje vejatorio, ofensivo y vergonzoso hacia la mujer, no solo a pie de calle sino reconocido por diccionarios oficiales de la lengua española, y que toda mujer a la cual se le pregunta haya oído en algún momento alguno de estos insultos, refranes o se haya encontrado invisibilizada por el lenguaje. Ésto solo demuestra cuánto nos queda por avanzar y la necesidad de opciones alternativas y de medidas reguladoras para el habla, que como ya sabemos, es mucho más que una herramienta de comunicación. De estas nuevas medidas que están surgiendo desde hace un tiempo a esta parte hablaremos en nuestro próximo post.

Aitana Devecchi y Paula Barberan

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