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Si me preguntan quién soy, no sé bien qué responder.

Una mañana al despertarme miro la hora y después abro twitter para ver qué está sucediendo. Veo una publicación de una cuenta de memes que sigo y aparece este:

De aquí me surgieron tres preguntas: ¿Cómo es que el mismo pensamiento hace sentir de manera tan diferente? ¿Acaso es algo que nos diferencia de los demás y, por tanto, nos define quienes somos? ¿Lo que siento es equivalente a quién soy?

No estoy de acuerdo con la idea fija de los conductistas de que las personas somos el equivalente de nuestra historia de aprendizajes o nuestros condicionamientos, aunque sí creo que es un factor muy importante. El contexto y la cultura en la que naces también tiene un papel relevante en la construcción de la identidad. El grupo al que pertenezco (mujer, española, de la generación z, de Ciudad Real, etc.) tiene un peso muy grande en cómo me percibo yo y los demás. Esta es la identidad social que según Tafjel (1981), es la parte del autoconcepto que deriva del conocimiento de su pertenencia a un grupo social, junto con aspectos emocionales y valorativos asociados a dicha pertenencia.

El otro día en una clase de Psicología del Trabajo y las Organizaciones hicimos una actividad donde teníamos que describirnos con 10 palabras. Esta actividad ya la conocía, pues en otra asignatura del mismo departamento de primer curso ya la hicimos. La primera vez me describí con adjetivos muy personales como, por ejemplo, yo soy sensible o amable. Esta última vez añadí adjetivos que tienen que ver con los grupos a los que pertenezco como ser jugadora de un equipo de voleibol o ser manchega. Sin embargo, aunque sí me identifico con todas aquellas características, una persona que trate de conocerme sabiendo sólo esas características, no considero que vaya a saber quién soy realmente. Entiendo la importancia de la actividad debido a que introduce la perspectiva de la identidad social, pero creo que debería profundizar más en el individuo.

El problema del género es bastante significativo ya que el concepto en sí es abstracto. Sin embargo, ser mujer acarrea unas consecuencias muy distintas a ser hombre. Cuando una persona no se siente identificada con el género asignado al nacer, sufre un gran malestar ya que socialmente se le ha tratado de una forma distinta a la que se siente, y por tanto, su autoconcepto ha tenido que estar distorsionado durante un periodo de tiempo. “El conocimiento que un sujeto tiene de sí mismo está, por tanto, sujeto a un tipo de experiencia análoga a la que tiene de lo real” (Sainz, 2009).

Las personas que sienten que son aprobadas socialmente satisfacen el deseo de conexión con los demás. Además, las personas buscamos coherencia entre nuestro comportamiento, nuestras emociones y nuestros pensamientos. Así, como describe la Teoría de la autoverificación: las personas seleccionamos información que nos confirme la visión que tenemos sobre nosotros mismos (Swann, 1983). De esta forma, hay una tendencia a que nos agradan las personas que son parecidas a nosotros/as mismos/as. Por ejemplo, coincidir en estilos de música me ha llevado a compartir momentos con gente tanto conocida como desconocida. Incluso en alguna ocasión ha sido de ayuda para fortalecer vínculos o crear nuevos. Hace un año conocí a una persona en una discoteca de Granada gracias a la canción titulada Perra de Rigoberta Bandini. Desde ese momento establecimos una relación muy estrecha y ambas nos sentimos muy vinculadas entre sí. Aunque por otras circunstancias esa relación ya terminó, siempre quedará en nosotras ese sentimiento de pertenencia y de identificación, tanto con esos momentos como con esa canción.

Buscando en Google sobre qué pasos seguir para descubrir quién soy:

  1. ¿Cuál es la actividad que te da más alegría?
  2. Si una relación o empleo te hace infeliz, ¿te quedas o lo dejas?
  3. ¿Cuáles crees que son tus límites?
  4. ¿De qué te sientes más orgulloso en la vida?
  5. ¿Cómo está definida tu escala de valores?

Por último, hace especial hincapié en que equivocarse ayuda a crecer como persona y motiva a realizar cambios cuando esto sucede. La introspección es una tarea que practico cuando no sé quién soy o cuando creo que he cometido un error. A veces me sirve para aclarar mis ideas y sentimientos, y otras, me encuentro en una niebla que me impide ver más allá. De esta forma, entro en un bucle de pensamientos muy desagradable. Como no puedo salir de esos pensamientos, infiero que la mejor forma de salir del bucle es saliendo literalmente del sitio en el que me encuentro y permanecer en un lugar que me haga pensar diferente. Sin embargo, no creo que evadirlos de forma continua ayude ya que para que la niebla desaparezca se deben afrontar tarde o temprano.

El meme representa exactamente cómo me encuentro antes y después de aceptar que no es negativo actuar o pensar en desacuerdo con nuestro autoconcepto. La frase de Ortega y Gasset “Yo soy yo y mi circunstancia; y si no la salvo a ella no me salvo yo” nos afirma que la identidad de las personas cambian constantemente para adaptarnos mejor al ambiente en el que nos encontramos.

Cuando acepté que soy insignificante en el mundo, adquirí una perspectiva muy grande de los problemas que tengo en mi día a día. En primer lugar, muchas veces no tengo el suficiente control para solucionarlos, luego debo racionalizarlos en su justa medida y observar pacientemente a ver qué sucede o actuar si puedo. En segundo lugar, pienso que nuestra identidad está sometida al determinismo, es decir, ninguna acción que se lleva a cabo deriva de una acción propositiva y consciente.

Puede que la vida no tenga un sentido estricto. Además, no creo que esta afirmación sea tan negativa como socialmente es. Nos hacen creer que debemos correr en búsqueda de conseguir una meta que nos otorgue un valor exclusivo como personas. Este pensamiento es muy peligroso, pues según los logros que hayas podido realizar socialmente te posiciona en una pirámide donde se valoran de menor a mayor a las personas, como si eso nos convirtiese en mejores o peores personas. Competimos entre nosotros para poder subir de escalón ya que todos no cabemos en el último y más preciado. Nos convertimos en personas egoístas que solo sienten avaricia y nos volvemos adictos a la aprobación externa. Nos hemos convertido en seres insaciables.

Bibliografía:

Gomez, L. (2011). Atracción y Amor. En M. Moya y R. Rodríguez-Bailón (Eds.), Fundamentos de Psicología Social (pp. 218–244). Madrid: Pirámide.

Morales-Marente, E. (2011). El Yo social. En M. Moya y R. Rodríguez-Bailón (Eds.), Fundamentos de Psicología Social (pp. 319–340). Madrid: Pirámide.

Sainz, Javier S. (2009): Agencia racional e ilusión de libertad, Mediaciones Sociales. Revista de Ciencias Sociales y de la Comunicación, nº 1, segundo semestre de 2007, pp. 305–326. ISSN electrónico: 1989–0494. Universidad Complutense de Madrid.

Zúñiga, O. (26 de enero, 2022) 5 preguntas que te ayudarán a descubrir quién eres realmente. Mejor con salud. https://mejorconsalud.as.com/5-pregu

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