¿TEApuntas a jugar?

Maria B
Psicología del Lenguaje — ugr
6 min readJan 20, 2019

Como ya comentamos hace algún tiempo en otro post, el trastorno del espectro autista (TEA) se define como una alteración severa, crónica y generalizada del desarrollo, que consta de un conjunto amplio de factores que afectan al neurodesarrollo y al funcionamiento cerebral, dando lugar a dificultades en la comunicación e interacción social, así como la flexibilidad del pensamiento y de la conducta.

Se adquiere principalmente en la etapa fetal o en los primeros meses de vida aunque los primeros síntomas aparecen durante los tres primeros años. Es un trastorno de origen biológico, en el que pueden influir factores de predisposición genética,agentes infecciosos, procesos bioquímicos, anomalías metabólicas, etc.

En general los niños con TEA suelen tener menos problemas de escolarización y mayores habilidades para el aprendizaje que las niñas, mientras que ellas suelen tener mejores habilidades sociales y menos comportamientos repetitivos y estereotipados. Además las mujeres con TEA suelen ser menos sensibles a las entradas sensoriales fuertes, siendo en ellas menos frecuente la hipersensibilidad sensorial.

A la hora de relacionarnos con las personas con TEA es necesario comprender sus peculiaridades cognitivas, para así poder entender mejor cuáles son sus necesidades, cómo es su manera de procesar la información, facilitarles la comprensión de su entorno y ayudarles a relacionarse con los demás.

Para llevar a cabo una buena intervención de calidad es conveniente conocer las principales características que presentan estos niños, especialmente en un contexto escolar y social. Entre ellas podemos encontrar:

  • Dificultad para mantener la atención en las actividades.
  • Tienen problema para llevar a cabo un juego funcional y simbólico.
  • Carecen de estrategias para interactuar con iguales.
  • Poco interés/motivación en las relaciones con iguales, debido a posibles fracasos en intentos anteriores.
  • Tienen un abanico reducido de intereses.
  • Dificultad para respetar normas sociales básicas (respetar turnos, pedir las cosas a los demás, etc.)
  • Dificultad para resolver posibles problemas que se presenten en el juego o relaciones sociales.

El contexto escolar, es decir, las escuelas y colegios son ámbitos excepcionales en los que se pueden reforzar las conductas anteriores. Hay que tener en cuenta las dificultades y la variabilidad de situaciones en las que tienen que desenvolverse estos niños diariamente.

Es imprescindible la presencia de una personas que dirija y guíe a los alumnos con TEA en las diferentes actividades dotándolo de los recursos, apoyos y herramientas necesarias con las que puedan sentir confianza a la hora de establecer relaciones interpersonales.

Progresivamente, este apoyo debe ir siendo retirado para que la intervención sea efectiva y de calidad, siendo el objetivo último la autonomía total a la hora de jugar y socializar con sus iguales.

En el recreo, así como en todos los momentos en los que reina el juego, se llevan a cabo una serie de estrategias fundamentales para el desarrollo socio-afectivo. En estas situaciones los niños/as aprenden a actuar por turnos, practican roles sociales en los que adquiere un papel fundamental el juego simbólico (las cocinitas, el juego de las casitas, los médicos, carreras de coches, etc.), además del lenguaje que acompaña estos juegos y sus reglas.

También adquieren el conocimiento de normas sociales como por ejemplo el acto de compartir, la empatía, cortesía hacia los demás, adaptar su lenguaje a los distintos contextos, etc. Normas que le ayudarán para desenvolverse

mejor en sus relaciones sociales y disfrutar de estos momentos.

El juego sería la herramienta a través de la cual desarrollar las habilidades sociales a través de juegos de movimiento, esperas, juegos populares, juegos de músicas, etc., fomentar la interacción entre iguales, generalizar el aprendizaje de habilidades sociales e interacción con iguales a todos los contextos de la vida diaria.

En el contexto educativo los objetivos serían fomentar que todos los alumnos comprendan a los compañeros/as con TEA y que aprendan a comunicarse y relacionarse con ellos/as de manera espontánea, formar a los profesionales del ámbito educativo para que sean capaces de dirigir los recreos sin necesidad de que haya personal de apoyo, otorgar a los niños y niñas con TEA mayor autonomía en la hora del recreo, favorecer el sentimiento de pertenencia a un grupo de iguales y generar amistades.

Algunos juegos ejemplificativos son los siguientes:

-EL POLLITO INGLÉS:

Uno/a de los niños/as se la queda, se coloca en una pared y el resto de participantes se sitúa a cierta distancia. El que se la queda deberá de estar mirando a la pared y el resto de participantes se sitúa a una distancia establecida para poder avanzar hacía el/la que se la quede. Una vez todos/as colocados el que se la queda tiene que decir “¡un, dos,tres, pollito ingles! Y cuando la termina se gira para ver a los participantes. Ellos/as pueden avanzar mientras el que se la queda está de espaldas, pronunciando la frase citada antes, pero deberán estar inmóviles cuando este se gire y los mire. El jugador/a que se la queda si ve a alguien moviéndose deberá retroceder hasta el punto de partida inicial. El jugador/a que llega primero hasta la pared donde está el jugador/a que se la queda sin que lo haya visto moverse gana el juego y se la queda.

Objetivos:

•Fomentar la socialización con sus iguales.

•Favorecer la atención y la capacidad de reacción.

•Desarrollar la psicomotricidad.

•Desarrollar el equilibrio.

•Potenciar la permanencia del objeto.

Dificultades que puede presentar un niño/a con TEA:

  • Incomprensión de las normas del juego.
  • Dificultad a nivel verbal, tanto expresiva como comprensión.
  • Dificultad para mantener la atención.
  • Problemas con la atención conjunta.
  • Problemas de equilibrio.
  • Dificultad en la permanencia del objeto

-EL PILLA PILLA: Delimitaremos una parte del patio no muy grande, donde todos los niños/as estarán y nadie podrá salir de esa zona. Elegiremos a un niño/a que será el que se la quede y deberá ir corriendo tras los demás hasta que logre coger a uno/a. El /la que haya sido pillado se la quedará y será el que tenga que pillar a los demás y así sucesivamente.

Objetivos:

•Fomentar la socialización con sus iguales.

•Favorecer la atención y la capacidad de reacción.

•Desarrollar la psicomotricidad.

•Desarrollar el equilibrio.

Dificultades que puede presentar un niño/a con TEA:

  • Incomprensión de las normas del juego.
  • Dificultad a nivel verbal, tanto expresiva como comprensiva.
  • Dificultad para mantener la atención.
  • Problemas con la atención conjunta.
  • Problemas de equilibrio.

-EL PAÑUELITO: Se forman dos equipos, a ser posible con el mismo número de jugadores y se colocan a una distancia determinada el uno del otro (por ejemplo, 20 metros) situándose tras una línea. A cada jugador de cada equipo se le asigna un número diferente en orden correlativo empezando por el uno. En el centro del campo de juego se pinta una línea separadora y se coloca una persona que mantendrá un pañuelo colgando de su mano justo encima de la línea separadora. La persona con el pañuelo dirá en voz alta un número, y entonces, el miembro de cada equipo que tenga dicho número deberá correr para coger el pañuelo y llevarlo de vuelta al lugar en el que estaba. El primero que lo consiga gana la ronda, quedando el participante del equipo contrincante sin punto.

Objetivos:

  • Mejorar la psicomotricidad gruesa.
  • Fomentar la socialización con sus iguales.
  • Fomentar la atención y la capacidad de reacción.
  • Desarrollar el equilibrio y potenciar la permanencia del objeto.

A parte de los beneficios en cuanto a mejora y desarrollo de las funciones ejecutivas que pueden aportar estos juegos, apuesto por el gran beneficio a nivel intra e interpersonal de cada niño y la creación de un ámbito inclusivo de niños neurotípicos, autistas, down, etc. niños al fin y al cabo, que logre un desarrollo físico y psicológico saludable para todos los niños.

¿Puede ser que a veces tendemos a pensar que un niño (o adulto) etiquetado con un trastorno está excluido de hacer cosas tan básicas como jugar?

¿Qué opináis?

Referencias:

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