TEORÍA DE LOS MARCOS RELACIONALES
Resulta interesante como el comportamiento relacional se forma a través de las diversas situaciones por las que pasamos, a través de los antecedentes y consecuentes de las mismas. Cada persona pasa por distintas experiencias que le hacen relacionar o no, sensaciones, emociones y pensamientos con esas vivencias. Pongamos un ejemplo, si tu ex se llama Juan, y te ha tratado mal y has sufrido mucho con esta persona, lo más probable será que cuando escuches el nombre “Juan” lo relaciones con sensaciones y pensamientos negativos, y si conoces a alguien y te dice que se llama Juan, tu actitud hacia esa persona cambiará debido a las asociaciones que realizas hacia ese nombre en concreto.
Otro ejemplo podría ser el siguiente: estamos paseando por Granada y vamos con un amigo o amiga, pasamos frente a una cafetería y tu amigo/a dice “Que bien nos sentaría ahora un café calentito”. Cuando oímos esto, podemos sentir (hasta cierto punto) el sabor y lo reconfortante que es un café caliente, por lo que aumenta la probabilidad de que nos lo compremos.
Por último, esto no es rígido, se puede decir que hay un alto grado de flexibilidad, es decir, nuestras sensaciones, emociones, pensamientos, etc, asociados que poseemos y que vamos formando a lo largo de nuestra vida, van cambiando según la época o el momento por el que pasemos. Lo mismo que algo nos puede evocar cosas positivas, de la misma manera nos puede evocar negativas, y lo que, por ejemplo, a mí me produce malestar o rechazo, a ti te evoca paz, tranquilidad o simplemente te gusta.