--

Teoría de Sapir-Whorf.

Existe una cuestión que despierta un alto grado de interés en gran parte de investigadores: “¿El lenguaje que hablamos moldea la forma en que pensamos?”.

La teoría de Sapir-Whorf pretende dar respuesta a esta pregunta a través de la hipótesis acerca del determinismo lingüístico. Desde dicha hipótesis se considera que el lenguaje es el medio que determina nuestra capacidad de percepción, pensamiento, dándole forma y categorizando nuestras ideas. Además, en consonancia con el determinismo lingüístico, para definir un mismo pensamiento, percepción o emoción, deberían utilizarse términos similares en las diversas culturas, pero realmente esto no ocurre, ya que a través de numerosos estudios se han obtenido evidencias donde se demuestra que cada cultura utiliza términos distintos, e incluso algunas llegan a abarcar un mayor número de conceptos para describir ideas que en nuestra cultura no son posibles transferir a través del lenguaje.

Por tanto, si adoptamos esta creencia, nuestra percepción y pensamiento se encontraría limitado, siendo inconsiderable todo aquello que no puede atribuirse a un concepto.

Un claro ejemplo contradictorio a este planteamiento, es el lenguaje de los olores. A pesar de contar con un amplio abanico de lenguaje, a día de hoy no contamos con un lenguaje capaz de describir ciertos olores. Al describir un olor, tendemos a asociar al mismo a una emoción que despierte en nosotros, al recuerdo de algún evento, pero no contamos con un término concreto para el mismo, y esto es algo que suele ocurrir continuamente cuando pretendemos describir o transmitir “algo abstracto”.

Yo nunca había tomado consciencia de la dificultad que trae consigo el hecho de describir un olor, sin embargo, hace unas semanas viví una situación que me hizo darle vueltas a este planteamiento:

“Me encontraba en una cafetería con mi familia, y alguien apareció detrás de mí, tapándome los ojos con sus manos, sin embargo, aunque no lo había visto, rápidamente reaccione y dije: “María sé que eres tú”, en ese momento mi amiga me dijo: ¿Pero cómo es posible que me hayas reconocido? Si ni siquiera te he hablado, entonces le dije por la olor, y me preguntó: ¿Y a qué huelo?, para mí era imposible poder darle una respuesta concreta, pero sabía que olor era y lo que me provocaba, mi respuesta fue: Pues no sé, hueles a ti.

Bibliografía:

https://www.youtube.com/watch?v=RKK7wGAYP6k

Castillero Mimenza, O. La teoría del lenguaje de Sapir-Whorf. Psicología y mente.

Joël Candau. El lenguaje natural de los olores y la hipótesis Sapir-Whorf. Revista de Antropología Social, 2003, pp.243–259.

--

--