Terapia de Aceptación y Compromiso
En la lectura de la Terapia de Aceptación y Compromiso, me he dado cuenta de algo muy importante: lo difícil que es “avanzar” en la vida de las personas cuando están “atascadas” en un problema o en este caso un trastorno. Puede parecer algo irrelevante, pero el poder seguir con nuestra vida y salir de un bucle es fundamental para nuestra salud psicológica y en consecuencia, a veces incluso física.
De esto va un poco esta terapia, de avanzar aún con problemas como en el caso de la chica afectada en la lectura, avanzar aún con ansiedad y miedo. Es importante para ello, aceptar el “problema” y comprometerte a seguir viviendo aún con él, es la base para poder superarlo. Para explicar todo esto a la chica, se le proponen muchos ejercicios que están constituidos por metáforas que representan situaciones de la vida cotidiana, así, es mucho más fácil entender ese tipo de situaciones y aprender a manejarlas.
Para poder avanzar, necesitamos un objetivo, como bien se afirma en la lectura. Aunque a mi parecer, necesitamos muchos a corto plazo más accesibles, para obtener recompensas más inmediatas y así ser reforzados, siendo esto una forma muy potente de seguir con nuestros objetivos y esforzarnos por llegar a ellos. ¿Qué sería nuestra vida sin una meta o sin pequeñas metas diarias? Pues ni siquiera puedo imaginármelo, así que no me gustaría estar en la piel de alguien que por circunstancias no es capaz de tenerlo, y se levanta cada día por inercia, sin la vitalidad y las ganas que necesita para disfrutar, o simplemente para vivir. Tiene que ser algo muy doloroso a la par que frustrante.
En cambio, vemos como con esta terapia, Beatriz (la chica que la recibe) mejora con creces y comienza a tener objetivos diarios y a disfrutar del día a día, no quedando estancada por sus problemas sino luchando y poniendo de su parte para acabar con ellos, evidentemente gracias en parte a la terapia que recibe combinado con el tratamiento.
Por eso me gustaría que todos nos planteásemos la siguiente pregunta: ¿por qué lucho? ¿Lo estoy logrando? ¿Qué puedo hacer para lograrlo? Para así despertarnos cada día con una motivación y ganas de vivir.
