TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO EN LOS TRASTORNOS POR DÉFICIT DE CONTROL DE IMPULSOS

Carmen Arias
Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readDec 6, 2019

Haciendo una breve introducción, podemos decir que la impulsividad se conoce como una predisposición hacia la ejecución de reacciones rápidas, no planteadas, hacia estímulos internos o externos, sin consideración alguna hacia las consecuencias negativas que la reacción pueda tener. La característica esencial de los trastornos de control de impulsos es la dificultad para resistir un impulso. El individuo percibe una sensación de tensión o activación interior antes de cometer el acto y después experimenta placer, gratificación o liberación en el momento de llevarlo a cabo. Tras el acto puede haber o no arrepentimiento.

Según el DSM- IV los trastornos que se incluyen en esta sección serían (destacando principalmente que característica tienen en común): trastorno explosivo intermitente (no puede controlar los impulsos agresivos dando lugar a violencia o destrucción de la propiedad) ; cleptomanía (dificultad recurrente para resistir el impulso de robar) ; pirómanos (provocar incendios por puro placer) ; juego patológico (comportamiento de juego desadaptado, recurrente y persistente) ; tricotilomanía (comportamiento recurrente de arrancarse el propio cabello) ; trastorno del control de impulsos no especificado (trastornos del control de impulsos que no cumplen los criterios de los trastornos especificados)

Por tanto, el proceso base de todos estos trastornos sería la dificultad para resistir un impulso. Este comportamiento problemático lo podemos ver en otros trastornos como son: el trastorno por consumo de sustancias (necesidad irresistible de consumo); parafilias (impulsos sexuales intensos y recurrentes); trastorno antisocial de la personalidad (patrón general desprecio y violación de los derechos de los demás) esquizofrenia y trastornos del estado de ánimo.

Conociendo esto… ¿cómo ayuda la terapia de aceptación y compromiso en todos estos trastornos?

Sabemos, por lo que pudimos ver en clase, que la ACT es una terapia que parte de eventos privados, conductas y sus correspondientes consecuencias. Siendo su idea principal el hecho de que los pacientes deben aceptar su mal estar (eventos privados + conductas) e ir ignorando los pensamientos negativos comprometiéndose de nuevo con sus propios valores.

Para ver como se utiliza esta terapia con los trastornos de control de impulsos partimos de un ejemplo, la paciente R

En consulta se hace una valoración contextual en la que se ven como eventos privados ansiedad, miedo, tristeza, vergüenza, aburrimiento, “no valgo”, pereza, necesidad/impulso de jugar. Las conductas que realiza la paciente son el aislarse en casa, jugar a vídeo juegos, tomar antidepresivos, no quedar con sus amigos, relaciones online, no visitar a su familia… Las consecuencias a corto plazo son el alivio de la sensación de mal estar, pero a largo plazo se aleja de su familia, hay una restricción importante de sus relaciones amistosas, existe un fracaso escolar, pérdida de actividades gratificantes, peor salud, más tristeza, ansiedad, aburrimiento, peor concepto de ella misma, etc.

El mal estar que esta persona pueda tener sería una fusión entre los eventos privados y la conducta. Surge una respuesta de evitación dejando de lado los valores como persona y es aquí donde surge la guía para el tratamiento, es decir, el tratamiento en este tipo de terapias se basa en las cosas importantes en la vida de cada paciente. Lo que se pretende con la terapia de ACT (como vimos en la lectura de clase) es que los pacientes adquieran flexibilidad psicológica y que, en presencia del mal estar, sepan que pueden dar una respuesta de evitación, pero ampliando el tipo de respuesta enfocando a sus valores.

En el caso de R, se plantean objetivos de la intervención el alterar la relación establecida entre esas sensaciones y las conductas inefectivas (a largo plazo) y contraproducentes (a corto y largo plazo) que llevaba a cabo. Los objetivos fueron: limitar el uso del ordenador a unas horas concretas, acudir a clase por las mañanas, establecer un patrón de sueño adecuado, establecer un patrón de comidas y horarios adecuados y saludables, aumentar las interacciones sociales con iguales, actividades fuera de casa y visitas a su familia y asumir responsabilidades paulatinamente para lograr una vida autónoma.

Con esto, podemos ver que, tanto en el caso de los trastornos de control de impulsos como en síntomas psicóticos que vimos en clase, es que las asunciones de la ACT serían: Asumir, a algún nivel, que las personas esperan, aspiran, sueñan y desean una vida más amplia, más rica y más llena de sentido. Asume, que bajo todas y cada una de las circunstancias, es posible vivir una vida orientada en la dirección de los valores centrales de cada uno. Asume, que la mayor parte de las barreras que obstaculizan la posibilidad de vivir una vida valiosa han sido impuestas por el contexto socio verbal. Asume, que dicho contexto socio verbal se puede alterar de forma que permita ampliar la capacidad de la persona para escoger una dirección valiosa en su vida y finalmente, el terapeuta ACT, se compromete en ayudar a los clientes a alcanzar una vida lo más Rica posible en cuanto a los propios valores del cliente.

REFERENCIAS

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