Todo aquello que nunca te dije

Parte III

Bienvenid@s a la tercera parte de “Todo aquello que nunca te dije”.

Tal y se comentó en el último post, mis compañeras y yo coincidimos en que este fenómeno está muy presente en nuestra sociedad. Es por ello, que decidimos llevar a cabo una encuesta totalmente anónima para comprobarlo. Queríamos conseguir llegar a muchas personas, por ello lo pasamos a un amplio rango de edad (desde los 13 hasta los 83 años) y por diferentes redes sociales. Finalmente, conseguimos un total de 446 respuestas (263 mujeres y 140 hombres; el resto, han preferido no responder).

La segunda pregunta que realizamos fue: ¿Alguna vez has querido decirle algo a alguien pero no lo has hecho? La mayoría de personas, un 97,8% respondió que sí mientras que un 1.7% respondió que no. Dos personas respondieron de forma diferente; una de ellas dijo “se lo he dicho con otras palabras pero no me he podido aguantar el decírselo” mientras que otra persona añadió “a veces como pienso”.

La tercera pregunta iba vinculada a la anterior. Si la respuesta previa había sido afirmativa, se pidió que señalaran si esa relación se vio afectada. Tal y como se puede observar, las respuestas fueron muy variadas:

El 67,4% respondió sí, el 27.6% no y los restantes variaban mucho: “a veces sí, otras no”, “no la relación pero sí me he perdido “, “no se/no se sabe”, “han pasado ambas cosas” o “directamente no pero indirectamente sí”.

Acto seguido, se preguntaba a la persona si ese hecho le había afectado a nivel más personal. El 88% respondió que sí; un 11,8% que no y sólo una persona puso que dependía del motivo y de la importancia del mismo.

La quinta y última fue una pregunta libre, donde le dimos espacio a la persona para que de forma anónima se abriera y contara qué ocurrió y como se sintió al respecto. Obtuvimos respuestas muy personales, variadas e interesantes. A continuación, dejaré ejemplos de algunas de las contestaciones obtenidas:

“Confesar que echo de menos a esa persona”

“Estuve 8 meses con un chico que era muy frío y nunca expresaba lo que sentía. Yo soy todo lo contrario, necesito soltar lo que pienso y/o siento. No le dije todo lo que lo quería y lo enamorada que estaba en esos 8 meses por miedo a que él se agobiara y me pidiera espacio o no sintiera lo mismo”.

“Nunca le digo a mis padres te quiero”

“Una vez no le dije nada a la persona que me gustaba y con la que mantenía una relación especial, esa persona finalmente salió de mi vida ya que todo se volvió complicado al no hablar las cosas previamente y a día de hoy, algunos años más tarde, aún no sabe todo lo que en realidad sentí”

“No decir te quiero cuando debí”

“Me hicieron mucho daño y nunca lo dije. Nunca le dije nada. Preferí callármelo y actuar con indiferencia. Y eso me ha marcado y probablemente me marque siempre. Todo ese daño lo llevo dentro por no haberlo sacado en su momento, lo que me influye muchísimo a nivel de mis relaciones. Ojalá pudiera volver atrás porque sé que si hubiese dicho eso hoy en día no sería la misma persona.”

“Hasta hace poco no tenía valor para decirle a la gente que me rodeaba cómo me sentía ni para expresar incomodidad o desacuerdo ya que evitaba la confrontación a toda costa. Esto hacía que algunas de mis relaciones terminaran resintiéndose ya que se acumulaban los conflictos sin resolver. Este miedo también ha hecho que me quedara atrapada en relaciones que no me hacían feliz por miedo a romper o a quedarme sola.”

“Me enamoré de mi mejor amiga, y hasta pasado un tiempo no se lo dije. Cuando se enteró todo se fue al garete”

“Me ocurre esta situación con casi todo el mundo, todo lo negativo que me pasa por la mente no lo digo, lo guardo y lo guardo hasta que quema. Por lo general no suelo llegar a soltar esas cosas pero mi actitud frente a esas personas cambia y mi estado de ánimo empeora”

Con esta encuesta intentamos comprobar si era verdad eso de que muchas personas se callan u ocultan lo que piensan/sienten o, si por el contrario, esta manera de actuar era propia exclusivamente de una minoría. Los resultados parecen corroborar que son muchas las personas que actúan así. ¿Las causas? Tal y como se ha mostrado son muy diversas: algunos señalan miedo, otros que no lo dicen para no perjudicar la relación y terminar peleando, otros señalan que por temor a que se lo tome como algo destructivo y no constructivo…. Varias personas han añadido que se reprimen por educación, por timidez o por no parecer “demasiado sentimentalista”.

Está claro que cada persona, en función de las circunstancias vividas y de las experiencias personales, va a interpretar o reaccionar ante las cosas de forma diferente. Nuestro objetivo no era conocer las causas de por qué se da este fenómeno sino demostrar, grosso modo, que en el vínculo de personas que nos rodean a las seis integrantes del grupo es muy frecuente esa omisión o falta de comunicación de la que se habla en el trabajo presente.

Todo ello, hace que proyectos como el de Jazmín Ducca (Leftunsaid) salgan adelante; pues da voz a todo aquello que no llegamos a decir en su momento, pero que seguimos sintiendo.

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