Todo aquello que nunca te dije
PARTE V
En línea con mi respuesta al post de la semana pasada de mi compañera Elena Tirado, y continuando con el tema del trabajo de Jazducca, “Todo lo que nunca te dije” también podemos ver muchas referencias a los pensamientos y emociones que no decimos en el ámbito de las relaciones íntimas de pareja o nuestra propia sexualidad.
Desde siempre el tema de la sexualidad ha sido fuertemente reprimido y censurado. Hasta el punto en que hoy en día no estamos nada educados en este aspecto, nada más allá de la típica charla que nos dan en el colegio, o el simple “hay que tener cuidado” de tus padres en muchos casos.
Nos hemos acostumbrado a sentir que es un tema del que está mal hablar, en mi caso conozco a amigos que incluso con sus amigos más cercanos les puede la vergüenza al tratar sobre sus experiencias o gustos. Esto se convierte en un problema a la hora de mantener una relación íntima, ya que no somos capaces de decir qué nos gusta, qué no nos gusta, o que cambiaríamos en la relación. Todo esto por costumbre a no hablar del tema, o bien por miedo hacer daño a la otra pareja, por que no se sienta suficiente, o simplemente por vergüenza.
He encontrado un artículo sobre la educación sexual donde se destaca la gran dificultad aún hoy en día para obtener datos sobre estos temas. Nos encontramos con un alto grado de insatisfacción sexual, dificultades para llegar al orgasmo y disfunción eréctil en la población. (Salgado & Esqueje, 2007)
Por lo que se manifiesta aquí, un alto grado de la población no llega a tener relaciones íntimas plenas. Debido a nuestra vergüenza e ignorancia cuando se trata de asuntos sexuales, nos sentimos especialmente vulnerables y no revelamos nuestras fantasías secretas a nuestras parejas. Ya que creemos que nuestros deseos son extraños, asumimos que nuestra pareja sentirá lo mismo. Además, nuestros impulsos parecen surgir de nuestro núcleo más íntimo, y sentimos que no tenemos control sobre ellos. Cuando nos atrevemos a revelar fantasías secretas solo para que sean reprendidas, sentimos que nuestra pareja rechaza cómo somos realmente, así que preferimos mantener la boca cerrada en su lugar. (Rehman, Balan, Sutherland & McNeil, 2018)
Podemos ver, como nuestra educación sexual influye directamente en nuestra personalidad, por lo que debería de ser un derecho para cada individuo ser informados a través de la comunicación, la base para el desarrollo de una sexualidad sana y responsable. La comunicación en todas sus manifestaciones, es la herramienta fundamental para lograr una adecuada educación sexual a cualquier nivel.
Rehman, U. S., Balan, D., Sutherland, S., & McNeil, J. (2018). Understanding barriers to sexual communication. Journal of Social and Personal Relationships. Advance online publication. DOI: 10.1177/0265407518794900.
Salgado, M. V., & Esqueje, J. P. (2007). Resultados de una encuesta sobre educación sexual y hábitos sexuales de los gallegos. Revista Internacional de Andrología, 5(2), 161–166.