“Todos deberíamos ser feministas”

Cristinajile
Psicología del Lenguaje — ugr
5 min readNov 10, 2018

Hace unas semanas por mi cumpleaños, una amiga me regaló el libro de Chimamanda Adichie Todos deberíamos ser feministas. Tardé en leerlo un viaje en bus a la universidad, y parte de la vuelta, me pareció fascinante (recomendado indudablemente). La autora es una escritora feminista nigeriana muy comprometida con las diferentes problemáticas sociales que existen actualmente, no solo habla de machismo en sus libros, sino también de racismo, inmigración etc.

Leyendo este pequeño ensayo, puedes darte cuenta de hasta qué punto el machismo es un problema tan generalizado y arraigado a nuestra sociedad actual. Es más, cualquier mujer que se considere feminista habrá escuchado alguna vez en su vida la frase “No sé por qué os quejais tanto, si antes estabais mucho peor, ahora todo está bien”. Y es cierto que antes estábamos mucho peor, pero eso no significa que todo esté bien, ni que haya que dejar de seguir luchando por conseguir una sociedad más igualitaria y feminista. Porque sí, aunque a muchos les duela escucharlo, feminismo es sinónimo de igualdad. Y si tienen alguna duda, busquenlo en el diccionario.

Puede que, como bien dice Chimamanda, esto se deba a un problema de género. Desde pequeños se nos inculcan ciertos valores dependiendo de lo que tengamos “ahí abajo”. A los niños se les impone tener que probar su masculinidad para demostrar su valía (¿quién debe pagar la cuenta de la cena, por ejemplo?) o a no mostrar sus sentimientos, porque esto supondría parecer vulnerables y débiles. Sin embargo, a las niñas lo de mostrar sentimientos bien (pocas cosas de las que podemos estar agradecidas) pero, ¿muestras tu opinión? demasiado rebelde, es mejor callar y obedecer. Es verdad que también es bueno que tengan ambición, pero no demasiada; aspira a tener poder, pero no el suficiente como para desbancar a un hombre (esto haría que su masculinidad se debilitase, y ¡¡no queremos eso, por favor!!). Si no estáis de acuerdo, podemos irnos al lenguaje actual: el “llorar es de niñas” o el “calladita estás más guapa” son solo dos de los miles ejemplos que podemos encontrarnos.

Y no crean que esto acaba cuando eres pequeño, no. El otro día en la peluquería estaban manteniendo una conversación las dos peluqueras (para ponernos en situación, una de ellas está soltera, y tiene entre cuarenta y cuarenta y cinco años) y una de ellas le dijo a la otra “Yo tengo que encontrarte un hombre, que lo tengo hablado con tu padre, me pidió que te encontrase un novio cuanto antes”. Hay mucho trasfondo detrás de esta frase, aunque se riesen y bromeasen sobre ello después de decirla. Se espera que las mujeres aspiremos al matrimonio y el hecho de no casarse se considera un fracaso personal, ejemplo de ello es esta presión a la que estamos sometidas tanto por parte de la familia, como de los amigos. Por cierto, para los que siguen pensando que “todo está bien, esto solo sucedía antes”, esto lo escuché el viernes pasado, día dos de noviembre de este año.

El que se inculquen estos valores desde pequeños, explicaría por qué siendo más mujeres en el mundo, la mayoría de cargos de poder estén a manos de los hombres. Un curioso ejemplo sería que aunque muchos hombres justifiquen que la mujer debería hacer las labores del hogar como cocinar porque “desde siempre ha sido así y se les da mucho mejor”, la mayoría de chefs famosos son hombres.

Es cierto que en la antigüedad, como bien dice la autora, la fuerza física era una característica/atributo básico para la supervivencia, pero a día de hoy eso no es así, pues se necesitan personas creativas, inteligentes e innovadoras que lideren, y no por ser hombre se está biológicamente predispuesto a ser más inteligente o más creativo, y no tendría sentido que se considerase así.

Una de las experiencias más discriminatorias por el hecho de ser mujer que vivió en su entorno me llamó bastante la atención: en un restaurante nigeriano al que entró con un amigo, el camarero solo se dirigía a él cuando hablaba y no a ella, y el aparcacoches, cuando ella le dio dinero, en vez de darle las gracias a ella se las dio a él. ¿Qué os sugieren estos ejemplos? Cuando nos sentimos ignoradas, solemos sentir que no valemos, que no somos realmente importantes, nos infravaloramos. Esto al final se refleja en nuestro DIÁLOGO INTERNO, y por consecuencia en nuestra forma de actuar. Un círculo vicioso del cual cada día más y más mujeres salimos para enfrentarnos y luchar contra este hecho que nos humilla, nos irrita y nos frustra, para conseguir el cambio que estamos deseando y mejorar esta sociedad en la que nos ha tocado vivir.

Muchos diréis “vale sí, esto puede pasar allí porque en Nigeria hay otra cultura, pero aquí en la cultura occidental esto no ocurre, no se discrimina”. Puede que no de la misma manera, no tan explícito, pero ¿estáis seguros de que no existe discriminación?. Pues bien, he preguntado a mujeres de mi entorno sobre vivencias que ellas han tenido, y me he encontrado con algunos ejemplos que no diversan tanto de los testimonios de Chimamanda. Una de ellas me comentó que un profesor de la Universidad de Granada en una clase magistral con mayoría mujeres (siete frente a UN chico), solo miró y se refirió al chaval cuando contó algo relacionado con los deportes, haciendo sentir ignoradas a las demás chicas (año 2018). El mismo en otra ocasión había comentado que no entendía por qué se quejaban tanto las mujeres, irónico ¿verdad?. Otro ejemplo, uno muy triste además, es cuando ante una noticia de violación a una chica frente a cuatro hombres se escuchan comentarios de “Sí, violar está mal, pero ¿qué hacía una chica con cuatro chicos sola y a esas horas de la noche?”. Aceptamos la idea del hombre salvaje y sin control, y sin embargo echamos la culpa a la mujer por algo que no tendría sentido juzgar si fuese hombre. ¿Es esto justo, o roza la INHUMANIDAD?

Podría seguir con miles y miles de ejemplos más, pero esto se está haciendo largo y no quiero aburriros, quiero que esto cale en vosotros y vosotras. Espero que hayáis llegado hasta el final y que os haya animado a seguir trabajando por esta lucha que aún tiene un largo y arduo camino.

¿Creeis que no existe este problema o por el contrario pensáis como Chimamanda?¿Os han pasado casos como estos y queréis contarlos? Podéis dejarlos en los comentarios, toda opinión y vivencias son bienvenidas.

El problema del género es que prescribe cómo deberíamos ser en lugar de aceptarnos tal y como somos

REFERENCIAS

https://www.youtube.com/watch?v=85fqNwDKXfA

https://es.wikipedia.org/wiki/Chimamanda_Ngozi_Adichie

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