Tony Blair: un ejemplo de discurso manipulador.

En marzo de 2003, el Primer Ministro Tony Blair legitimó la decisión de su gobierno de invadir Irak junto con EEUU mediante un discurso, que se ha convertido en uno de los mayores ejemplos de discurso manipulativo.

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El discurso manipulativo es, desde una perspectiva social, una forma de abuso de poder y manipulación. En este discurso se emplean distintos aspectos de la manipulación:

Desde el inicio del discurso utiliza la auto-presentación positiva por superioridad moral reivindicando los derechos democráticos del Parlamento y el respeto a la libre opinión: “Al comienzo, yo digo que está bien que el Congreso discuta este tema y emita un juicio. Es la democracia que es nuestro derecho, pero por la cual otros batallan en vano. Por otra parte, yo les digo que no miro en menos las posiciones que se oponen a la mía.” (Tony Blair, 2003).

A continuación, usa la polarización ideológica, para hacer una distinción entre nosotros y ellos, asignando al nosotros como los valores democráticos y el patriotismo, al apoyar la guerra; y a los otros como la dictadura al oponerse a ella. Consiguiendo así silenciar a la oposición pues quien se declare en contra de la guerra se estará declarando en contra de los valores democráticos.

Además, enfatiza su propio poder, credibilidad y superioridad moral, presentando a la oposición con una visión negativa, desacreditándola: “Ah, sí, por supuesto. Los Liberales Demócratas unificados, como siempre, en el oportunismo y el error.” (Blair, 2003).

También, extiende esa polarización ideológica entre nosotros y ellos al resto del mundo contra una amenaza a la seguridad: “Va a determinar la forma en la que Gran Bretaña y el mundo confronten la amenaza a la seguridad central del Siglo XXI, el desarrollo de Las Naciones Unidas, las relaciones entre Europa y los Estados Unidos, las relaciones al interior de la Unión Europea y la manera en la que Estados Unidos se comprometen con el resto del mundo. Así que difícilmente podría ser más importante. Determinará el patrón de la política internacional para la próxima generación.” (Blair, 2003).

Todo esto acompañado de historias sobre las anteriores secuelas de la guerra de Irak y la amenaza inminente de las armas de destrucción masiva hace de este discurso una perfecta legitimación de la guerra.

Referencias: Van Dijk, Teun. (2006). Discurso y manipulación: Discusión teórica y algunas aplicaciones. Revista signos, 39(60), 49–74. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-09342006000100003

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