Utilizo múltiples máscaras pero siempre soy YO

Susana CM
Psicología del Lenguaje — ugr
3 min readNov 11, 2019

En numerosas ocasiones cuando me visto, pienso: con esta ropa me siento disfrazada. En cambio en otras me pasa una cosa muy diferente: ahora sí soy más yo. Dada esta incongruencia que a veces me visita, os pregunto: ¿Qué creéis que puede pasar entre estas dos cuestiones?

Este post lo escribimos desde nuestra experiencia personal e intentando enriquecerlo con diferentes perspectivas de diferentes personas.

Nosotras hemos llegado a la conclusión que lo que pasa entre las afirmaciones anteriores es el contexto.

El contexto marca mi forma de vestir y esto no significa que me deje guiar por las personas que forman este contexto o que no tenga “personalidad”, para nada. Como dice Carl Gustav Jung en su teoría de la personalidad, la palabra personalidad proviene del latín que significa máscara, que casualmente es una prenda de vestir. La etimología pues no presenta un problema filosófico ¿se oponen máscara y persona, son lo mismo, o no existe lo uno sin lo otro? Es posible que las tres cosas, a la vez, sean verdad: somos máscaras (la apariencia es lo real, no hay ninguna esencia debajo de la máscara), somos personas (lo que ocultamos es nuestra propia esencia) y en tercer lugar, somos las dos cosas a la vez: máscara (pura apariencia) y persona (lo que sostiene a la máscara, la que le da forma).

La máscara social (la ropa) no es algo accesorio, sino esencial, pues la sociedad se basa en la construcción y aceptación de “roles” que enriquecen y hacen posible las relaciones sociales. Con nuestra ropa creamos nuestra primera impresión, la que sintamos inconscientemente o nos interese crear en ese determinado momento. Si queremos que una empresa nos contrate y que confíe en nosotras (contexto) nos vestimos con un atuendo que pueda mandar el mensaje de confianza, responsabilidad y competitividad. ¿Vamos a una fiesta con amigas de toda la vida? Ese día escojo la ropa con la que antes os dijimos: me siento yo, esta ropa me identifica y me siento cómoda con ella. Por lo que mandamos otro mensaje: cercanía y amistad. Lo único que cambia en estas dos situaciones es el contexto y el tipo de mensaje que mandamos, en ocasiones puede ser premeditado o automático.

Así pues, desde nuestra experiencia, creemos que la ropa podemos utilizarla como una herramienta más que nos ayuda a adaptarnos a los diferentes contextos que se presenten en nuestra vida y poder conseguir los objetivos que nos propongamos en esa situación determinada.

En cambio, hay personas que no cambian su estilo o forma de vestir por nada del mundo. En ellas existe una fuerte identidad moral, personal, étnica, de género o grupal con su vestimenta. Estas personas no comparten la idea de tener que ponerse otro tipo de atuendo porque así lo “exija” la situación, podemos poner el ejemplo de una persona que se considera “punk”. Estas personas no es que vistan como un punk, son punk. Se meten de lleno en un estilo de vida y una forma de manifestarlo al exterior es con su imagen. En esta persona el cambiar de ropa es una infidelidad a su identidad por lo que el contexto es algo indiferente para ellas.

Entonces se puede deducir que cada persona utiliza su forma de vestir de manera diferente, puede que en algunos casos según la idea de máscara y persona, la ropa recae más en la identidad personal: la máscara y la persona no se distinguen entre ellas. En otras, en cambio, la ropa puede que sea una máscara o mejor dicho, múltiples máscaras, en la que todas forman parte de ella pero se sienta más cómoda, con una que con otra.

Con esto, os preguntamos: ¿Cuál es el límite de la ropa, hasta donde soy yo y hasta dónde es la máscara? ¿La ropa nos define? ¿Nos ayuda a crear relaciones? ¿La podemos utilizar para conseguir objetivos en algunas ocasiones, o esto sería algo inmoral y deshonesto?

“No somos un yo, una esencia inmutable, sino una apariencia de yo, que necesita manifestarse, ser o presentarse ante los demás y ante sí mismo de muchas y muy diferentes maneras. Lo que importa no es llevar o no llevar máscara, ser esto o lo otro, sino el que cada uno construya sus propias máscaras, no vaya a comprarlas al mercado social o intente ponerse la máscara de otro” S.Tráncon (2010).

Susana y Jezabel

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