Valientes ignorantes

Alberto Feria
Psicología del Lenguaje — ugr
2 min readOct 31, 2020

¿Qué pensarías si un amigo te contase que quiere aprender a hacer deportes de contacto? ¿Y si te dijese que subir al monte Everest? O mejor aún: paracaidismo.

Ejemplos hay muchos. Cualquiera de estas actividades, o simplemente la idea de hacerlas, evoca necesariamente en nosotros una gran cantidad de ideas. Principalmente miedo, pero igualmente fuerte despierta sentimientos de superación, de crecimiento personal, determinación y lucha contra los temores de todo ser humano. En resumidas cuentas, lo que le dirías a ese amigo con toda seguridad sería: “Qué valiente eres”.

Quizá dijeses eso casi automáticamente, sin siquiera reparar mucho en las palabras que acabas de pronunciar. Quizás, sin embargo, lo hayas dicho porque es lo aceptado socialmente. Al fin y al cabo las personas valientes hacen actos audaces y, en menor o mayor medida, el reconocimiento es uno de los premios por ello.

Lo que con toda seguridad no pensarás es que quizás estés apoyando una conducta que puede suponer un daño fatal para tu amigo.

Recuerdo perfectamente cuando tuve mi primera bicicleta de niño. Ya había aprendido a montar con mi padre el verano anterior, pero por fin decidió comprarme una propia y me la dio como regalo de cumpleaños. Salí a la calle y, cuando se la enseñé a mis amigos en el parque lo primero que hicieron al verme llegar fue reírse de mí por utilizar casco. Desde ese momento y hasta que una furgoneta me atropelló mientras montaba en bici años más tarde no quise volver a utilizar protección.

Las palabras, la forma en la que nos comunicamos y nuestras ideas sobre el peligro tienen repercusión directa sobre los actos de los demás. Mis amigos y yo no teníamos idea del párkinson que padeció Muhammad Ali, pero seguíamos viendo combates de boxeo. Tampoco sabíamos el caso de demencia que le costó la vida a Jeff Astle, el legendario jugador de fútbol, pero jugábamos en los recreos e intentábamos dar golpes de cabeza como lo hacen en los partidos de verdad.

El hecho de que cientos de personas te aplaudan por hacer algo no significa necesariamente que suponga un beneficio para ti, como de ninguna forma puede serlo sufrir daños irreparables.

En las próximas entradas al blog me gustaría avanzar con vosotros cómo repercute el apoyo social a uno de los deportes que más emociones y problemas mentales despierta : el boxeo.

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