Vivimos en un mundo lleno de rumores y de leyendas. Los oímos por todas partes, nos acostumbramos a ellos e incluso participamos en su difusión, pero. no les damos importancia. Nosotros como futuros psicólogos necesitamos estar preparados para enfrentarnos a una realidad dominada por las nuevas tecnologías y en la que la información se transmite a una velocidad vertiginosa, convirtiéndose en un arma que, mal utilizada, nos puede ocasionar consecuencias impredecibles.

No hay que ir muy lejos para toparnos con los rumores ni tampoco tenemos que salir de España. ¿Qué hay de cierto en las leyendas que rodean a la comunidad asiática de nuestro país. Los vemos por todas partes y aun así, sabemos muy poco o nada de ellos. Son los chinos, un más que amplio sector de la población española que a pesar de llevar no pocos años optando por nuestro país para echar raíces, no ha dejado nunca de estar envuelto en un permanente halo de misterio, generado, sobre todo, por el ingente número de leyendas y creencias que respecto a ellos circulan en España.

Sobre los chinos, los españoles dominamos como nadie la leyenda y el rumor: que si no hay chicos ancianos, que no hay chinos en nuestros cementerios, que es casi imposible ver un gato vivo junto a un restaurante…. Por no hablar de ese “algo raro” que los chinos tienen que tener en sus finanzas cuando jamás se les ha visto ir a pedir un crédito a un banco. ¿De dónde sacarán el dinero los chinos? Eso nos hemos preguntado más de uno tras presenciar cómo en nuestras calles no paran de abrirse negocios asiáticos.

Una cosa muy curiosa de los rumores es que a medida que se van transmitiendo, van perdiendo su naturaleza ambigua y poco a poco van obteniendo certeza. Sin embargo, con la transmisión de los hechos ocurre todo lo contrario y a medida que van comunicándose, van perdiendo certeza. (Dubois,2.011).

¿Alguna vez os habéis parado a pensar por qué surgen estos rumores? Como futuros psicólogos nos conviene estar alertas y prepararnos para una nueva realidad que cada vez está más presente en nuestra sociedad.

Hoy en día se están sucediendo las investigaciones en este ámbito. He encontrado un artículo interesante sobre este tema. Se llama Rumores, chismes y leyendas está publicado en la revista latinoamericana de psicología por Bernard Guerin y Oshimiko Miyazaki, profesores de psicología de la universidad de Waikato Hamilton en Nueva Zelanda. En la investigación, los autores se hacen eco de las teorías de Allport sobre la contingencia social. Proponen que la función de los chismes y de los rumores es además de entretener y mantener la atención de la persona que escucha, aumentar la solidaridad del grupo o de la red social, lo que permite el acceso a los distintos recursos que obtenemos a través de nuestras relaciones sociales.

Por tanto, plantean que la función de los rumores es aumentar la pertenencia a un grupo. Lanzamos rumores porque recibimos un refuerzo. Organizar y mantener relaciones con un grupo o son una red social es un refuerzo importante para nosotros. La evidencia muestra que tan sólo obtener la atención de la persona que nos escucha, es suficiente refuerzo. Podemos aumentar nuestro estatus en grupos sociales, proporcionando entretenimiento y satisfaciendo el interés de los miembros del grupo. Parece ser que simplemente el hecho de obtener la atención de alguien es suficiente para ganar reputación y estatus, con todo lo que ello implica. Contar un rumor puede servir para aumentar la pertenencia grupal y esa función y ese objetivo son mucho más importantes que el simple entretenimiento que reporta a la persona que escucha. (Guerin, B., & Miyazaki, Y. 2003).

Otro factor que favorece y fomenta la fuerza de determinados rumores es la perseverancia y la persistencia de las creencias. Este fenómeno produce que se mantengan las creencias como verdaderas a pesar de que dichas creencias tengan su base en hechos que resultan ser falsos. Está basado en la Teoría de la Atribución de Kelly, por la cual los individuos interpretan la realidad a partir de sus esquemas mentales (ideas generalizadas en torno a un tema específico), de forma que se hace más inteligible y predecible el mundo que les rodea.

Allport plantea la ley del rumor, según la cual, la cantidad de rumores difundidos en una sociedad, es una función multiplicativa entre la importancia que el rumor represente para los individuos y la información que los mismos individuos posean sobre el contenido del rumor. Por tanto, en el caso de que cualquiera de los elementos de esta función sea cero, entonces la difusión del rumor también será cero. (Deluis, F. V. 1960).

Podemos hablar fundamentalmente de tres mecanismos de distorsión que operan en el rumor:

1- Dificultades de percepción: las personas sólo perciben aquello que suele interesarles.

2- Conservación de la información recibida: Nuestra memoria es frágil, pero dependiendo del contenido emocional de la información, esta será mejor o peor recordada.

3- Deformación de la información: Al reproducir la información, la vamos deformando. Factores como la fantasía o la autoafirmación del grupo, operan en esta deformación.(Bernard Hart, 2.016).

¿Por qué le damos más credibilidad a algunos rumores que a otros? Hay un libro interesante escrito en el año 2.005 por Johnson and Grayson “Prior Experience and priori knowledge”. Este autor viene a decir que los individuos forman un mapa de confianza en función de su experiencia y de sus creencias pasadas. Pues bien, en situaciones en donde el emisor de un mensaje es percibido por el receptor como una fuente de confiable de credibilidad, es más probable que el receptor crea en la veracidad del mensaje, ya que los individuos tienen una asociación bien desarrollada entre las fuentes creíbles y la información veraz. (Johnson, D., & Grayson, K. 2005).

He encontrado un ejemplo de credibilidad de un rumor en base a la confianza. En Abril de 2.013, un hacker usurpó la cuenta de twitter de la prestigiosa agencia de noticias norteamericana Associated Press y publicó que el presidente Obama había sido herido como consecuencia de la explosión de dos bombas en la Casa Blanca. Al cabo de unos minutos de publicada la noticia, se difundió inmediatamente, siendo creída por los operadores de bolsa debido a la alta reputación y credibilidad de la agencia. Como consecuencia de ello, los mercados reaccionaron negativamente y el Dow Jones cayó 150 puntos en cuestión de minutos. El rumor fue inmediatamente desmentido por el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney, que se vio obligado a convocar una rueda de prensa en la que afirmó que el presidente Obama estaba bien y que no se había registrado ninguna explosión en la Casa Blanca.(El Mundo,2013).

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Pues bien, a este tipo de rumores creados no de forma espontánea sino con una clara intencionalidad de desestabilización política, es a los que cada vez con más frecuencia se tienen que enfrentar los gobiernos. En las pasadas elecciones presidenciales de los EEUU, los rumores tuvieron una importancia fundamental y según los analistas y expertos, gracias a los rumores lanzados masivamente por un grupo de hacker rusos, Trump consiguió contra todo pronóstico llegar a la presidencia de los EEUU desbancando a la gran favorita del partido demócrata Hillary Clinton. Estos hackers cibernéticos, se hacen llamar “Dukes”, y según todos los indicios, contaron con la colaboración del gobierno ruso presidido por Vladimir Putin.

La campaña de Clinton y el Partido demócrata fueron objeto de múltiples ataques que causaron el robo de información comprometida. El Comité Nacional Demócrata tuvo conocimiento del volcado de información sensible de sus ordenadores. Miles de correos electrónicos fueron intervenidos. A pesar de todos los esfuerzos, no consiguieron frenar la ingente cantidad de rumores que se pusieron en marcha tras el hackeo. A ello contribuyó a publicación por parte de wikiLeaks de cientos de correos electrónicos de la propia Hillary Clinton. Se puso en marcha una fuerte campaña de desprestigio. Donald Trump se aprovechó de ello y llegó a utilizar parte de esa información en los debates presidenciales. Finalmente se alzó con el sillón de la Casa Blanca.

Con posterioridad, Hillary Clinton comentó que «era como una humillación diaria» el ver todos los días nuevos correos electrónicos publicados y comentados en la televisión de EE.UU. Ella tiene muy claro que esta campaña de rumores y filtraciones fue la que marcó la diferencia entre el triunfo y la derrota.(El Pais, 2015).

En nuestro país también tenemos experiencia con este tipo de rumores. Hay muchos datos que apuntan a que hacker rusos también estuvieron detrás de la fuerte campaña internacional puesta en marcha tras el famoso referéndum de independencia de Cataluña. Aparecieron fotografías falsas de la fuerte represión policial. y se pusieron en marcha multitud de rumores y fake news. con gran repercusión internacional. El gobierno comunicó que en dicha campaña de desestabilización, intervinieron hackers procedentes de Rusia y de Venezuela.

El 1 de octubre Lagarder Danciu, un activista con 22.800 seguidores en Twitter compartía esta imagen en esa red social, de la que pronto se hicieron eco otros perfiles. La compartió también Yanina Hernández, con más de 9.000 seguidores, quien obtuvo 6.700 retuits. La foto es de Javier Bauluz, tomada el 12 de julio de 2012, durante una carga policial en los disturbios provocados por una marcha minera y está publicada en Periodismo Humano. De hecho, además es la primera imagen que aparece en Google cuando uno busca los términos «hombre cabeza sangrando». (El Pais, 2.017).

Todos estos ejemplos nos hablan de la enorme fuerza que están adquiriendo este tipo de rumores con intencionalidad, capaces de derribar gobiernos y de modificar el curso de los acontecimientos. Por todo ello, se hace indispensable temer mecanismos de control.

Algunas estrategias que se pueden emplear para combatir los rumores son las siguientes:

1- Publicación inmediata de noticias y fácil acceso de la población a los medios de prensa.

2- Crear centros especializados. Así por ejemplo, en EEUU se han creado varios centros: Rumor Clinic en Indiana y Chicago Rumor Centre.

3- Desacreditación del rumor por medio de personas con gran prestigio popular.

4- Prevención del rumor: Consiste en explicar los hechos controvertidos.(Tapia,E. (2013).

BIBLIOGRAFÍA

  • Deluis, F. V. (1960). Psico-sociología del rumor. Revista Mexicana de Sociología, 77–88.
  • El Pais, D. (2017).Diario El Pais.
  • Dubois, D., Rucker, D. D., & Tormala, Z. L. (2011). From rumors to facts, and facts to rumors: The role of certainty decay in consumer communications. Journal of marketing research, 48(6), 1020–1032.
  • El Mundo, D. (2013). Diario El Mundo.
  • Guerin, B., & Miyazaki, Y. (2003). Rumores, chisme y leyendas urbanas: Una teoría de contingencia social. Revista latinoamericana de Psicologia, 35(3).
  • Hart, B. (1916). The psychology of rumour.
  • Johnson, D., & Grayson, K. (2005). Cognitive and affective trust in service relationships. Journal of Business research, 58(4), 500–507.
  • Tapia, E. (2013). Un estudio dinámico sobre la difusión de rumores. Obtenido de http://www. tesisenred. net/bitstream/handle/10803/129403/eutt1de1. pdf.
  • Tinoco, C. E. (2004). Dinámica del rumor y operaciones psicológicas de daño reputacional. In Anales de la Universidad Metropolitana (Vol. 4, No. 2, pp. 155–169). Universidad Metropolitana.

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