Y tú, ¿te consideras hipócrita?

Hace tiempo estaba con una amiga paseando por una plaza cuando nos dimos cuenta de que había un pequeño espectáculo de malabarismos y diábolos protagonizado por dos actores. Decidimos pararnos a observar el espectáculo y los actores preguntaron al público si algún niño quería participar de forma voluntaria en la siguiente actuación. Además, el niño que se ofreciese ganaría un regalo. Así, un niño de cinco años alzó la mano y decidió participar. Al acabar el espectáculo, uno de los actores le entregó el esperado regalo: una flauta amarilla.

Cuando vi el regalo, pensé: “la típica flauta barata que nos comprábamos para la asignatura de música cuando íbamos al colegio, que puedes conseguir en cualquier bazar chino”. Seguido de eso, el actor, con mucha efusividad, le dijo al niño: ¡aquí tienes tu regalo y lo ha fabricado un niño como tú!

Ante tal comentario, me quedé petrificada y no supe cómo reaccionar ni qué pensar. ¿Debería reírme? ¿Debería impresionarme ante el comentario humorístico que acaba de hacer el actor sobre una realidad que todos conocemos? Tras eso, miré las caras de las personas que observaban el espectáculo y parecían igualmente paralizadas.

Con esta historia quiero mostrar que todos (la mayoría, ¡siempre hay excepciones!) conocemos perfectamente realidades que consideramos injustas en gran medida, de las cuales hablamos bastante a menudo, como la de la historia que acabo de contar.

Todos sabemos que, si la ropa que compramos es barata, es porque ha sido fabricada en unas condiciones laborales que no son, ni de lejos, las mejores y por una mano de obra a la que no se le paga bien. Pero luego, muchos de nosotros compramos esa ropa, por lo cual estamos participando en algo que no nos parece bien. La pregunta es, ¿estamos siendo hipócritas?

Día tras día escucho comentarios que me llevan a pensar que esa persona no está siendo coherente en relación a lo que dice, entre ellos:

“No entiendo cómo no han prohibido a estas alturas la tauromaquia en España. ¡Qué pena esos animales sufriendo!”. Muchos de ellos, al mismo tiempo, consumen grandes cantidades de carne que provienen de mataderos donde mueren millones de animales diariamente, o compran maquillaje que ha sido testado en animales. O no reciclan, lo cual afecta a los animales marinos, entre otros. Esta actitud se observa en muchas personas, por ello me gustaría preguntaros: ¿Estaríamos ante otro ejemplo de hipocresía? ¿Pensáis que no tiene ninguna relación ese comentario con el resto de comportamientos? Desde mi punto de vista, es inevitable que las personas digan comentarios y se comporten de manera incongruente con lo que en realidad piensan.

Esta actitud también la he observado en personas que afirman no ser homófobas, ni machistas, ni racistas, pero que dicen los siguientes comentarios:

- “Yo no soy homófobo, ¡pero prefiero no tener un hijo que sea gay!”.

- “Yo no soy machista” (pero, sin embargo, no deja de contar chistes que infravaloran a la mujer).

- “Yo no soy racista, pero prefiero sentarme alejado en el autobús del chico negro”.

- “Qué sucia es la gente, dejando toda la basura por ahí, ¡normal que nos estemos cargando el planeta!” me dijo una chica que nunca había reciclado y que no tenía ningún hábito a favor de cuidar el planeta.

La pregunta es, ¿estamos siendo hipócritas ante estos comportamientos? ¿Es que ser honesto con uno mismo es tan complicado?

En mi opinión, a veces es muy difícil comportarse de forma totalmente coherente con lo que pensamos, siempre se nos escapa algo. En resumen, todo esto me hace pensar que es imposible no ser, al menos de vez en cuando, un poco hipócrita.

--

--