Lenguaje no verbal. ¿Y si quiero ligar esta noche?

Estoy acojonado…es un tema jodido… escribe algo ya… seguro que alguien se ofende. A la mierda, empieza a escribir y ya se verá lo que pasa. Hay una voz un poco gilipollas dentro de mí que me paraliza, así que en lugar de dejar que me frene, he decidido escribirla en cursiva y entre comillas. “vaya Rafa, que inteligente, como no escribes como una tortuguita enferma, además has decidido complicarte la escritura cambiando el estilo de fuente cada tres frases… muy bien”. Calla joder!! Mierda… soy yo mismo peleando contra mis pensamientos, o sea, lo de siempre.

Me interesa el sexo, “vaya Rafita, que novedad… te gusta el sexo…”. Repito, me interesa el sexo y al igual que el resto de personas humanas que se crían en este maravilloso país he aprendido que hablar sobre ello está mal, “y en público aún peor Rafi, te recuerdo que esto solo van a leerlo tu profesor y tus compañeros”. Bueno, como veo que expresarme de forma clara está jodido, voy a comenzar contando una historia, seguro que en algún lugar del universo, ha ocurrido.

Mi historia comienza con dos personajes, “anda… personajes en una historia… que original Rafalín”. Nuestros dos protagonistas se llaman Pili y Molo. Pili es una chica sencilla, casi siempre necesita su rímel antes de salir de casa, le van bien los estudios, tiene una buenas amigas y amigos y de vez en cuando le gusta salir. Pili no tiene novio. Molo es un chico sencillo también, tiene un buen grupo de amigos, cada cual más inteligente que el anterior, a Molo le gusta ir de vez en cuando al gym para verse fuertecito, le van bien los estudios. Molo no tiene novia.

Es viernes, y nuestros dos amigos “Pili y Molo” van a salir con sus respectivos grupitos. Ellos no se conocen, pero tienen más en común de lo que creen. Ambos llevan mucho tiempo sin sexo y los últimos flirteos que han tenido no han sido exitosos.

La última vez que Pili creyó haber ligado, se pasó una hora escuchando las “súper hazañas” de un pesado buenorro que a la hora de la verdad resultó tener novia y ser un chico decente. La última vez que Molo creyó haber ligado, se pasó una hora hablando con una chica homosexual y mal interpretó su simpatía durante esa noche.

¡ Pero esta noche es diferente! Ambos se han propuesto ligar con alguien, ¿ y por qué no?. Así que, para aumentar sus probabilidades de éxito, deciden investigar un poco por internet, a ver si encuentran una fórmula mágica que les ayude a triunfar.

A Pili le gustan los chicos, así que decide buscar en Google “señales que indiquen que le gustas a un chico”. Después de tres o cuatro webs del estilo “www.meaprietoaunbuenorroestanoche.com” y “www.lostiossonfaciles.es” encuentra un título que le parece más sensato “ 8 señales que indican que le gustas a un hombre”, al principio Pili se muestra un poco escéptica, pero conforme va leyendo, la lectura le parece cada vez más sensata. Estas señales son: sonrisa permanente, se fija en tu boca, te presta atención, es amable contigo, busca puntos en común, no puede evitar ponerse nervioso, postura corporal y quiere pasar tiempo contigo. Todo le parece muy lógico, pero también muy ambiguo, es decir, Pili cree que un hombre puede cumplir todos estos requisitos y aún así no gustarle, salvo lo de que se fijen en su boca, que si esto se cumpliese, se pondría muy nerviosa pensando en que tiene algo entre los dientes. Con esta pequeña lista en su cabeza, Pili ya se siente algo más segura para esta noche, quizá con estos nuevos conocimientos esta noche tenga más suerte.

Por otro lado Molo, también ha estado buscando en diferentes webs de títulos como “www.nosignificaquizás.es” y “www.sitedasunúmerosignificasexoseguro.es”, después de un rato encuentra “como saber si le gustas a una mujer: once señales”. Entre estas señales se encuentran: contacto físico, recuerdos (pero si pienso conocerla esta noche…), buen humor, si la encuentras por todas partes (pero si todavía no se quien es…), vistazo de ojos (bueno, si me mira el paquete sí, pero quizás solo se está fijando en mi ropa), los mensajes de texto (otra vez… pero ¿y si voy a conocer a mi ligue hoy qué?! ), movimiento de los pies(venga ya hombre… ¿y si la chica se está meando?), la dirección de la barbilla (esto no lo entiendo…), oratoria fluida (bueno… pero si es tímida… o si simplemente la situación fluye de forma más tensa… quizá ella no hable tanto.), nerviosismo(venga ya hombre!… esta web es una mierda!). Molo está bastante decepcionado, su búsqueda no le ha servido de mucho, pero esto no le desanima, esta noche conocerá a alguien, aunque sea solo por intentarlo.

El destino es caprichoso, y tal y como ninguno de los lectores se había imaginado, “no que va Rafita…”, y después de unas cuantas copas, nuestros protagonistas se encuentran en la barra de un bar.

Pili, mira a Molo y para su sorpresa él la está mirando también, aunque en el justo momento en el que Molo establece contacto visual con ella, agacha la mirada. Lo cierto es que Molo, lleva quince minutos diciéndose a sí mismo cosas como: “tío, dile algo, es muy guapa”, “pero no sé donde apunta su mejilla porque me da miedo mirarla”, “tampoco veo si mueve los pies”. Y justo después de un rato de pensamientos internos: “ ¡ay dios!, ¡me ha mirado!”, y justo al momento Molo agacha la mirada.

Pili, repasa su lista imparable de señales que indican que le gustas a un hombre, porque Molo le ha parecido un chico atractivo. De entre todas esas señales recuerda vagamente algunas de ellas y no ponía nada de que el chico agachase la mirada. En ese momento, y con un impulso que ni ella misma sabe de dónde ha venido, manda al carajo las súper señales y se acerca a Molo y con voz temblorosa dice:

-Hola, soy Pili…

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