“NIÑO, DEJA EL MÓVIL, QUE TE VAS A QUEDAR TONTO”

No puedo evitar prestar atención a mis abuelos, tíos y padres cuando hablan de Internet, las redes sociales, el WhatsApp … Es inevitable para mí porque me muestra como de profunda es la brecha entre ellos y el entendimiento de las tecnologías. “La maquinita nos va a volver locos”, “estamos criando a los niños como tontos” son frases ampliamente repetidas. Su actitud hacia esta evolución (o cambio como se quiera llamar) es de rechazo. Es un lenguaje evitativo, que pone límites entre “la máquina” y los humanos.

Según el modelo de Von Thun, lo podemos descomponer en: apelación (buscan que se eviten estas conductas), relación (intentan alejar el móvil de sus hijos y seres queridos para protegerlos de su toxicidad), automanifestación (me da miedo que el móvil haga el mal en mi vida), y el propio mensaje, el objeto, “NIÑO, DEJA EL MÓVIL”.

Pero la vida nunca es tan simple como que el móvil es dañino y la comunicación ortodoxa es la única disponible y saludable. Jeff Grabill, investigador y profesor de Escritura Retórica y Profesional en la Universidad de Michigan State en Estados Unidos, comenta: “A esto que nosotros llamamos teléfono, no es un teléfono. Es una de las tecnologías de escritura más potentes que hemos tenido en la historia”. Y no se equivoca. Nunca nuestro acercamiento e interacción con la comunicación ha sido tan profunda.

También comenta que enviar mensajes de texto o publicar un tweet ya no es solo eso, sino que da voz a la gente: stickers, emoticonos, vídeos o incluso todo junto en un mismo mensaje. Ha revolucionado la manera de comunicarnos y no podemos pasar por alto esto.

Tampoco quiero contradecir a mis mayores: la mensajería móvil y las redes sociales con un mal uso pueden ser devastadoras. Ejemplos como el cyberbullying y otros fenómenos que atentan contra la libertad de las personas ocurren diariamente y en muchas ocasiones quedan indemnes por la falta de una regulación gubernamental al respecto.

Pero no podemos olvidar que la globalización es un regalo para nuestro futuro en términos societales, económicos y políticos (con un entendimiento entre los países, claro está). La conexión mundial nos ayuda de una manera inimaginable. Las víctimas del cyberbullying, para seguir con el ejemplo, pueden tener un pequeño lugar en el mundo donde ser libres como son las redes sociales: dando visibilización a sus problemas, conectando con gente que sufren el mismo destino, encontrando soluciones de manera conjunta.

Puede que parezca que estoy hablando de otro tema, pero en esencia es el mismo. Escribimos de la manera en la que hablamos (en referencia al texting) debido a que escribimos porque hablamos (la importancia de la comunicación de la persona de a pie). Esta referencia tomada de la charla Ted de John McWorther nos abre el camino a un mensaje directo: necesitamos dar voz a personas sin ella para llegar a una evolución humana, incluso para banalizar y pasar el rato como para condenar las mezquindades.

Cerrando este escrito, no puedo evitar volver a la situación de abuelos y padres juiciosos con las tecnologías. Castigan con mano dura esas prácticas, pero, ¿quién no ha recibido un corazoncito de su tía en Facebook o un comentario diciendo “Qué guapo mi hijo”?. Yo al menos sí, y me siento honrado.

Podemos críticar la evolución, pero siempre nos cazará en sus redes por la velocidad a la que avanza. La comunicación da un paso adelante y se simplifica con sus ventajas y desventajas. Está en nuestra mano potenciar las primeras y reducir las segundas.

Texting is good for us: Jeff Grabill at TEDxLansingED: https://www.youtube.com/watch?v=7FBaWPgteW0&t=178s

Txting is killing language. JK!!!-John McWorther https://www.ted.com/talks/john_mcwhorter_txtng_is_killing_language_jk

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