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Releyendo tu post, una de las ideas que plasmas en palabras de Yalom sobre la libertad, me ha animado a responderte de nuevo.

Rechinan en mi cabeza tantas afirmaciones sobre la absoluta responsabilidad y sobre el total libre albedrío que posee el ser humano, según plantea Yalom.

Me ha recordado, en parte, a la doctrina cognitiva dentro del mundo de la psicología: el individuo es plenamente responsable de querer cambiar su conducta, de modificar sus pensamientos, y en función de cómo cambie sus ‘esquemas’ y ‘creencias’, cambiará su comportamiento y su estado de ánimo.

Mi postura en este aspecto, es bastante distinta: la idea de que todos los acontecimientos de la vida de una persona son consecuencias de una cadena de acontecimientos previos, siendo, lo que ocurra en un futuro, consecuencia inevitable, de lo que está sucediendo ahora mismo, y sucedió anteriormente.

Cierto es, que ésta visión de la vida me plantea a veces dilemas morales con respecto a catástrofes y desgracias que ocurren en el día a día, pero, en última instancia, me compensa y me ayuda a ser más feliz, que es de lo que se trata esto de vivir, ¿o no?.

Opiniones personales a parte, y siguiendo el hilo de nuestra conversación, me gustaría lanzar la reflexión sobre la idea de libertad como elemento terapéutico.

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