--

By Mauricio Alejandro Álvarez Jiménez

Ø Ficha de Identificación.

  • Edad: 8 años
  • Escolaridad: Cursa 3º de primaria en una escuela de monjas.
  • Familia: Vive con sus abuelos maternos quienes ya están jubilados.
  • Es hijo de madre soltera que vive cerca de la casa de los abuelos. Tiene una hermana (media, producto de la relación de la madre con otro hombre) de 1 año 5 meses.
  • La madre trabaja de afanadora en una clínica del IMSS

Ø Motivo de Consulta.

Vía telefónica la abuela refiere sentirse muy angustiada por la situación, menciona que se lo llevaron a vivir con ellos para rescatarlo del maltrato del padrastro y de la madre. Aunado a esto, el niño no quiere estudiar, no le gusta la escuela, no se ha adaptado al grupo, aunque es muy pequeño ya que solamente son 8 alumnos, los niños le llaman “come mocos”. Diariamente les mandan recados de que no trabaja en clase, ni lleva tareas. Su promedio es de 7.8 y constantemente le bajan puntos por no cooperar y por no hacer la tarea o llevar el material necesario. Es agresivo y contestón, “se emboba con la tele” (dice el abuelo) y se siente perseguido por todos. El niño dice sentir que nadie lo quiere y a nadie le hace falta. También manifiesta tendencias suicidas.

Ø Análisis Metapsicológico.

Génetico.

  • Latencia: J, se encuentra en la etapa de latencia, rondando los años de primaria aproximadamente de los 6 a los 12 años, en dicha etapa se logra estabilizar el deseo y el niño comienza a desarrollar habilidades que le permitan su buen funcionamiento en el nivel académico, al igual que se puede dar comienzo a la fase de la creación de su personalidad, con habilidades, aptitudes, actitudes, competencias y capacidades. Sin embargo, la latencia cambia a su forma activa, por los cambios hormonales que son producidos de manera natural. Smirnoff (1975), nos lo explica como: “En esta etapa las tareas evolutivas se encuentran enfocadas a la socialización y la relativa calma pulsional, permitiendo al niño con ello, ir construyendo la adquisición de un acervo cultural”, igualmente Hall (1997) nos indica que esta etapa es “…para tener el dominio de los impulsos sexuales y agresivos”. En J, las tareas evolutivas, no sé están cumpliendo; socialmente, J no se adapta a ningún grupo social, inclusive sus compañeros de la escuela, suelen burlarse de él, y hacer comentarios ofensivos en su contra como “come mocos”; en su ámbito escolar diariamente se le mandan reportes a sus abuelos por no realizar las tareas, ni llevar los materiales de la clase, es decir que con esto la segunda tarea evolutiva, que es el poder adquirir un acervo cultural y enfocarse en su desarrollo educativo, llega a no poder realizarlo.
  • Fálica: esta etapa está enfocada de los 3 a los 6 años Hall (1997) nos menciona que “…se busca sepultar el complejo de Edipo, ya que el niño anhela la posesión sexual de la madre, creando un nuevo peligro para él, ya que el niño teme que su padre lo castre”. Por ello para que el complejo de Edipo desaparezca, el niño necesita reprimir su deseo incestuoso.
    Cuando el niño renuncia a la madre, puede identificarse con su objeto de deseo perdido, su madre, o identificarse con el objeto que provocó la separación entre el y su madre, es decir se intensifica la identificación entre él y el padre. “Esto va a depender de la fuerza relativa de los componentes masculinos o femeninos” (Hall, 1997).

En J, la superación adecuada de esta etapa, no se llega a producir, primeramente, por que a los 5 años, su madre, no lo abandona de una forma no total, pero deja de estar a su lado, por irse a vivir con su nueva pareja, lo cual genera un odio hacia ella. En el caso de una figura paterna con la cual se pueda identificar, su padre biológico nunca lo conoció, y su padrastro, en vez de ser una figura rival para pasar posteriormente ser una figura de identificación, al superar el Edipo, es todo lo opuesto, lo visualiza como una figura detestable, a la cual odia y desearía que inclusive muriera. Lo que llega a ocurrir, es una identificación relativa del Edipo en su abuela, al ser quien lo cuida, protege y sobretodo consciente, viendo en ella, ese deseo incestuoso, mientras que al abuelo, lo ve como ese rival potencial que le puede arrebatar su objeto de deseo, en este caso la abuela, de ahí que pueda llegar a explicarse, porqué es que tiene esos enfrentamientos con su abuelo, en palabras de él “es muy grosero y se pone al tú por tú”. Por lo tanto J, no puede aun elaborar el complejo de Edipo correctamente.

  • Anal: etapa de vida que va del 1° año de vida hasta el 3° aproximadamente. Esta fase la sensibilidad y placer está dirigida a la mucosa anal y al acto de la defecación, las cuales se instauran como el nuevo foco de placer. El aprendizaje gira en torno al control de esfínteres, a su vez que esto mismo supondría las primeras prohibiciones de las que vivirá el niño, así como también sus primeras frustraciones que irá teniendo. A si mismo el objeto pulsional está orientado hacia las heces, siendo considerados por el niño como regalos hacia la madre, siendo bien recibidos por ella en torno al aprendizaje de su control de esfínteres.

Abraham, llega a distinguir dos subfases de esta etapa. “El estadio sádico-anal, en la cual el placer se centra en la expulsión y destrucción de las materias fecales y el estadio retentivo, en el cual el placer se establece a través de la retención de las heces, oponiéndose a los deseos paternos” (citado en Marcelli y Ajuriaguerra, 2005).

Tomando lo que nos indica Abraham, en J se encuentra una resistencia al aprendizaje del control de esfínteres, el cual se dio hasta los 3 años cuando ingresó al preescolar, mostrándonos de esta manera que lo que J no quería, era satisfacer a su madre, no deseaba darle esos regalos a su madre.

  • Oral: El estadio oral va de los 0 a los 12 meses. La fuente de pulsión a esta edad es la boca, mientras que el objeto de pulsión es el seno materno. Abraham llega a distinguir dos subestadios: “el estadio oral primitivo que va de los 0 a los 6 meses, caracterizado por la prevalencia del reflejo de succión, sin diferenciación de propio cuerpo y del exterior; y el estadio oral tardío o fase sádico oral, que va de los 6 a los 12 meses, que se caracteriza por el deseos de morder y de incorporar el seno. Este último estadio está caracterizado por la ambivalencia”. Igualmente en este estadio “…la relación de objeto es primeramente narcisista primaria, después el niño establece una relación anaclitica con un objeto parcial y al final del primer año la madre es reconocida como un objeto total” (Citado en Ajuriaguerra & Marcelli, 2004)

Hernandez (2015), nos dice que en la etapa oral “…el niño recibe por parte de la madre toda su atención y demostraciones de afecto durante la alimentación”. En su etapa oral, se observa en J que esta etapa no se elaboró adecuadamente, por la razón de que la relación que tuvo con su madre, no fue la adecuada, propiciando siendo inclusive insuficiente, alternando sus cuidados que recibía entre su madre y entre su abuela, además de que tuvo una alimentación artificial, es decir, a través del biberón, con ello J, no logró desarrollar una relación con el objeto de afecto totalmente, por la razón de que no hay una vinculación correcta con el objeto.

Dinámico.

En el existe una pulsión de muerte, enfocada a la carencia afectiva de la madre, ya que si bien hubo una ausencia de ambos padres, la falta de su madre, fue aún mayor el daño que le ha provocado. Complementando esto, la falta de una familia estable, le ha llevado al desarrollo de conductas agresivas, que son el motivo de consulta en el comienzo. Un punto que destaca aún más la pulsión de muerte en J, es sus intentos de suicidio, lo cual se puede traducir en palabras de Ajuriaguerra yMarcelli (2004), “…se puede decir que tiene un Yo reservado por la pulsión agresiva que presenta”.

Ya que si bien el fortalecimiento del Yo, va relacionado directamente con la madre y la relación que tiene ella en su desarrollo, para J, su principal objeto de amor es su abuela, las fuerzas que se encuentran en un conflicto se explican por su pulsión de odio hacia sus objetos (su madre y su padrastro). J descarga esta pulsión inadecuadamente ya que lo hace contra sí mismo, la forma en la que descarga el odio es percibiéndose como un objeto odiado, el que nadie quiere y nadie lo necesita. También se nota en el padrastro al llamarlo “el innombrable”. Su pulsión de vida no fue completamente satisfecha.

Económico.

Para J, sus mecanismos de defensa que el utiliza son:

Retraimiento: Se refugia en sí mismo y hay un alejamiento de la realidad dentro de su mundo de la fantasía, esto se observa en la resistencia que tiene para dibujar y en las historias que cuenta “Platica que él es un ángel, que ya mató al ángel malo y que como en la película de “soy sobreviviente” de Will Smith”.
“…tengo la letra fea, bueno pero puedo dibujar mi traje de robótico con garras de leopardo”.
Y hay una sobreprotección de la abuela, lo que contribuye a este mecanismo de defensa.

Escisión: se observa una necesidad constante de separar en el mundo los buenos de los malos “ángel malo y ángel bueno”

Regresión: Se observa una regresión temporal en los trazos de los dibujos y en la letra muy grande como la de un niño que apenas está aprendiendo a escribir, mala ortografía, omisión de letras.

Volverse contra sí mismo: implica redirigir hacia uno mismo aquellas emociones que estaban dirigidas hacia otra persona; “ya te platiqué, me he tratado de aventar de trampolines, no tiene caso que viva, ni salvo a nadie”. Ha intentado “asesinarse con vidrio” menciona que nadie lo quiere, esto podría ser resultado de la falta de atención de la madre, odio hacia ella y por ende se desvaloriza para descargar su pulsión hacia el mismo.

Utilizando y basándonos en la información que se logró obtener de las pruebas aplicadas a “J”, se observa un excesivo desgaste energético ya que sus mecanismos de defensa no están funcionando, su rendimiento escolar es bajo y no se relaciona adecuadamente con sus compañeros; al hacer un gasto excesivo de energía en sus mecanismo, se desborda la ansiedad y esto se ve reflejado en los berrinches, “y ante las órdenes es negativista y retador, patea todo, azota la puerta se encierra y pone el seguro. Se enoja con facilidad y se ofende por cualquier cosa. Ante estas quejas la abuela lo defiende.”

Tópico-Estructural.

Como ya se explicó, debido a que sus mecanismos no están funcionando, existe un exceso de gasto energético, el Yo de J se encuentra debilitado y no es el adecuado para confrontar las exigencias del mundo exterior (sus padres, la escuela, sus abuelos), el superyó (cuando no puede tenerle un odio a su madre) y de su Ello el cual lucha constantemente por salir y expresarse, mediante el deseo que tiene de que a su padrastro le ocurra algo malo o muera como en sus juegos.

Impresión diagnóstica.

Bibliografía.

  • Ajuriaguerra de J. & Marcelli D. (1992). “Manual psicopatología del niño, 2a edición”. Universidad Nacional Andrés Bello: Masson, S.A.
  • *Freud, A. ( 1954)El Yo y los mecanismos de defensa. Ed. Paidos. Buenos Aires.
  • *Hall, C. (1978) Compendio de psicología freudiana. Ed. Paídos. Buenos Aires.
  • Hernández, V. (2015). La personalidad. Una perspectiva psicoanalítica. Navarra: México. Publicaciones colegio de psicoanálisis lacaniano.
  • *Smirnoff, V. (1975) El psicoanálisis del niño. Ed. Planeta. Barcelona

--

--