ANÁLISIS DEL CASO RICARDO

INTEGRANTES

Navarrete Solís Yessica Anel, Madrigal González Alma Vanessa, Pablo Díaz María Guadalupe, Rosales Rangel Tania Suzzethe, Sanabria de la Rosa Karla Nayelli, Vargas Gómez Mariana, Ocampo Hernández Andrea Monserrat

FICHA DE IDENTIFICACIÓN

NOMBRE: Ricardo

EDAD: 14 años

ESCOLARIDAD: 3° de secundaria

FAMILIA: Compuesta por padres y un hermano menor

PADRE: Demetrio

ESCOLARIDAD: Mtro. En Física TRABAJO: docente en institución pública

MADRE: María

ESCOLARIDAD: Dra. en microbiología. TRABAJO: investigadora en misma institución

HERMANO MENOR: Gabriel

EDAD: 10 años.

ESCOLARIDAD: 5° Primaria

LUGAR DE RESIDENCIA: Texcoco, Edo. de México.

MOTIVO DE CONSULTA

Ricardo fue remitido por su pediatra por haber tenido un intento de suicidio.

Los padres informan que luego de una discusión con la madre, debido a que Ricardo no había realizado sus deberes domésticos y tareas escolares, la madre lo castigó porque debía lavar su ropa en ese momento. Esto le produjo mucho enojo a Ricardo.

Los padres salieron de casa durante aproximadamente 45 min. y a su regreso después de comer, Ricardo le confiesa a su madre que semanas atrás se había cortado en el brazo haciéndose heridas horizontales poco profundas (por segunda ocasión, la primera vez que se cortó había ocurrido unos meses antes, cuando la novia lo cortó). Ricardo también confesó que mientras sus padres estaban fuera, había ingerido entre 8 y 10 pastillas de ibuprofeno (cafiaspirina), 10 pastillas de buscapina y entre 8 y 10 pastillas de un medicamento anticonvulsivo (utilizado por la madre).

De inmediato lo llevaron al médico, quien luego de auscultar determinó que no había ingerido demasiado medicamento y solamente se le provocó vómito. A la salida de la consulta pediátrica, Ricardo le dijo a su madre: “mamá no te asustes, de todas formas lo voy a intentar otra vez”. Situación que tiene sumamente preocupados a sus padres, su madre llora al narrar los acontecimientos.

ESCOLARIDAD: Ricardo cursa actualmente el último grado de secundaria y ha reprobado 5 materias durante el primer bimestre. Además, el 2° grado de secundaria lo terminó con un promedio de 6.5.

ANÁLISIS METAPSICOLÓGICO

PUNTO DE VISTA GENÉTICO

  • Etapa genital (12 a 18 años):

Ricardo tiene 14 años, por lo que se encuentra en la etapa genital. Esta etapa tiene diversas tareas evolutivas que deben desarrollarse durante la adolescencia.

En la etapa de la adolescencia temprana según Piaget hay:

Desarrollo físico: existen cambios más rápidamente en el inicio de la pubertad, comienza la madurez física, comienza el interés sexual, pensamiento y sentimiento.

Desarrollo cognoscitivo: se da un cambio gradual a la etapa de las operaciones formales, autodesarrollo, se da una autodefinición e integración de la autonomía contra la independencia de la fábula personal y la audiencia imaginaria.

Desarrollo social: se le da más importancia a las relaciones interpersonales, se desarrolla la independencia de los padres y la resistencia a la autoridad.

Desarrollo emocional: se da la inestabilidad emocional, se incrementa la expresión de las emociones incluyendo el enojo, las emociones pueden ser abrumadoras.

Para Anna Freud el desarrollo de las funciones sexuales tiene una influencia psicológica directa en la personalidad y puede provocar un desarrollo psíquico, produciendo en los adolescentes conflictos internos. Las demandas que siente el ello durante la adolescencia crean un conflicto con el superyó, que el yo trata de resolver.

El miedo al mundo externo se convierte en ansiedad interior producida por el superyó cada vez que su comportamiento no está de acuerdo a su sentido del bien y el mal, hay más incremento de las pulsiones instintivas. En el Ello hay un mayor interés en la genitalidad y los impulsos sexuales, además de otras pulsiones instintivas. Se incrementa el exhibicionismo y la rebeldía con agresión, se intensifica el hambre física, reaparecen los intereses orales y anales; y los hábitos de limpieza ceden el lugar a la sociedad y el desorden, las fuerzas instintivas que habían quedado latentes desde la niñez temprana, reaparecen.

El superyó necesita desarrollarse pero no al grado que inhiba excesivamente los instintos y cause culpa y ansiedad extrema. El yo necesita ser suficientemente fuerte para mediar el conflicto, en este periodo los impulsos edípicos se pueden llegar a fantasear y causar ansiedad, el superyó pone en acción a los mecanismos de defensa que vuelven los impulsos libidinales contra sí mismo provocando temores, ansiedad y síntomas neuróticos. En caso de triunfar el ello, conduce a comportamientos que van de las gratificaciones sexuales, genitales perversas y el comportamiento agresivo.

En el comienzo de la pubertad aparece un segundo complejo de Edipo que provoca el mismo miedo a la castración en varones y la envidia del pene en las mujeres.

Con base en las tareas evolutivas del adolescente, se puede decir que Ricardo ha intentado entablar en sus tareas evolutivas, pues socialmente tiene amigos, él menciona ser cálido con su hermano e incluso su intento de formar una relación amorosa con una persona del sexo opuesto, la cual no supo afrontar al terminar.

En el desarrollo emocional, aunque en los adolescentes es un momento de cambios hormonales que pueden llevar al chico a tener enojo que no puede controlar, Ricardo muestra ser agresivo y atentar contra la vida de otras personas al estar en situaciones de enojo que tampoco sabe enfrentar.

En esta etapa son muy importantes los factores de riesgo y protección, su familia podría ser ambos, su madre el factor protector que puede controlarlo y su padre el factor de riesgo que aumenta ese enojo que puede llegar a sentir Ricardo. Otros factores de protección serían sus compañeros de escuela.

Es importante resaltar que en esta etapa es donde Ricardo comienza a ser violento al atentar contra la vida de otros y la misma, bajo situaciones que no puede controlar.

  • Etapa de latencia (6 a 12 años):

Esta etapa se caracteriza por ser un período de calma sexual, en donde el niño sublima los deseos sexuales por impulsos y tareas socialmente aceptadas, como la productividad, las relaciones entre amigos y las competencias.

Es aquí donde el niño debería de manifestar iniciativa propia en la búsqueda de conocimiento y de capacidad de codificar y de organizar la información llegando a la capacidad de formular hipótesis, resolver problemas y planear el conocimiento, todo esto ayudará a que el niño se libere de sus angustias al reducir sus instintos sexuales y usando la energía y la inteligencia en otras direcciones o intereses que lo enseñen a controlar la satisfacción inmediata del deseo.

En esta etapa se estabiliza el deseo y el niño comienza a desarrollar habilidades a nivel académico como: actividad motriz, lenguaje, creatividad elevada y se empieza la base de la personalidad con habilidades, aptitudes, actitudes, competencias y capacidades. Sin embargo, la latencia cambia a su fase activa por los cambios hormonales, se empieza a dar la masturbación terciaria (autoerotismo), se asimilan los nuevos deseos y hay sublimaciones del deseo sexual en otros deseos o placeres.

En esta etapa también se ven puntos importantes en la vida de Ricardo.

*Los berrinches continúan

*Tiene mal comportamiento en la escuela

*Agrede a sus compañeros con golpes o jaloneos

*Reta a figuras de autoridad

Que es cuando su agresividad empieza a desbordarse hacia quienes lo rodean.

  • Etapa fálica (3 a 6 años de edad):

Esta fase se caracteriza por el interés por los genitales y por la masturbación genital que alcanza durante esta etapa una importancia dominante. Las actividades masturbatorias están vinculadas con fantasías referentes a objetos.

En Ricardo hay un punto interesante en esta etapa donde aparece la enuresis tras la separación de los padres y que no había sido reportada anteriormente de la separación. Es probable que no haya habido una elaboración del complejo de Edipo, y que éste haya sido más bien invertido, expresando amor hacia el padre y rivalidad hacia la propia madre.

  • Etapa anal (1 a 3 años):

En la cual la organización de la libido se organiza alrededor de la zona anal y uretral, y en la cual el objeto de satisfacción está en función de la expulsión y retención de las heces o de la orina. Durante esta etapa el niño aprende a controlar de manera voluntaria el proceso de evacuación. Cuando el niño se da cuenta de que puede controlar, el retener o expulsar sus heces, encuentra que puede controlar en parte su ambiente. Esto da inicio a su autonomía.

La enuresis podría estar asociada con una fijación en esta o en etapas anteriores del desarrollo y de las cual no hubo una adecuada elaboración y resolución, como una forma de recuperar o de controlar su ambiente familiar.

  • Etapa oral (0 a 12 meses):

En esta etapa la fuente de pulsión es la boca y todo el conjunto de la cavidad bucal, el objeto de pulsión es el seno materno, el cual provoca “la satisfacción libidinal apoyada sobre la necesidad psicológica de ser alimentado”.

Dentro de esta etapa K. Abraham, distingue dos subestadios, el primero es el estadio oral primitivo (0-6 meses), que se caracteriza por la prevalencia de la succión, sin diferenciación del propio cuerpo y del exterior, y segundo el estadio oral-tardío o fase sádico-oral (6-12 meses), que se distingue por el deseo de morder y por el deseo caníbal de incorporar el seno.

Sin embargo, Ricardo queda al cuidado de otras personas después de 2 meses de nacido. Y su madre, aunque logra amamantarlo, no hay una función de holding materno exitosa.

Al valorar en general la historia clínica de R. se observa que el desarrollo del menor presentó dificultades debido a un entorno hostil, agresivo y de rechazo. Señala Aulagnier (1986) que mucho antes de que el niño nazca, ya tiene una historia que le antecede, o lo que la autora llama “sombra hablada” que puede ser estructurante o amenazadora (Citado en Esparza, 2015). Esto se observa a través del discurso de la madre, cuando se refiere al embarazo y al nacimiento de R. Describiéndolo como un momento estresante, de rechazo, de pérdida de su libertad, “de coraje por estar clavada en eso todo el día” (sic.) además significa a las actividades normales del niño como llorar, describiéndolas como que siempre se quejaba, que la rechazaba, etc. Esto está relacionado con la propia historia de vida de la madre con su propia madre, ya que se observa que ésta también era rechazante y agresiva, relación que repite con el nacimiento de R. Freud (1939) señala que la hostilidad que pudo haber sentido una mujer hacia su propia madre, después pasará a identificarse con ella y a parecerse cada vez más a su madre en la maternidad (Citado en Esparza, 2015, p. 106). Esto indica que la relación de agresión con su propia madre que fue reprimida, ahora es transmitida o se vuelve a revivir con su hijo R. Considerando los constructos realizados por Winnicott (1960) en cuanto a la preocupación maternal primaria, se observa que la sra. María mostraba poco interés en su embarazo y que se encontraba más preocupada por su carrera académica que por R., de ahí que consideremos que la relación maternal primaria fue poca o nula, por lo que no hubo un sostenimiento emocional del niño. También partes de las experiencias vividas por la madre durante el embarazo como las golpizas que le propinaba su esposo estando embarazada, puede que hayan ocasionado que el odio hacia su esposo, haya sido desplazado al feto-hijo que ocasionó el rechazo a su bebé.

Además el embarazo fue vivido por la pareja como un accidente o un problema, señala Aulagnier (1975) que esto puede traer consecuencias negativas en la relación madre-bebé, en donde la libidinización del cuerpo-psique del bebé, es vivido por el niño como rechazo u odio hacia sí mismo, lo que puede traer dificultades en la estructuración psíquica del menor posteriormente (Citado en Esparza, 2015, p.112).

Señala Aulagnier (1986) que la experiencia de sufrimiento en las primeras etapas del nacimiento y el poco sostén afectivo de la madre brindado al niño provoca la actuación de la pulsión de muerte que obstaculiza la investidura narcisista del niño y la relación con la madre. Esto puede traer como consecuencia una pérdida en la consistencia del yo, que puede provocar posteriormente su desorganización debido a experiencias traumáticas dolorosas acumuladas (Esparza, 2015, p. 115). Consideramos que esto pudo traer como consecuencia que R. posteriormente pudiera presentar sentimientos de desesperanza, un pobre concepto de sí mismo, resentimiento, así como dificultades para relacionarse con los otros, debido a que en sus primeras etapas de vida, recibió poco sostén afectivo de su familia. Nos parece interesante señalar que muchos de los síntomas que presenta R. han sido observados en jóvenes con conductas suicidas como son: agresividad, irritabilidad, baja tolerancia a la frustración, aislamiento social, desesperanza e impotencia, pobre concepto de sí mismo, dificultades para resolver problemas y necesidad de control externo. (De Bedout, 2008). Señala Esparza (2015) que a partir del narcisismo propio se inviste libidinalmente a los objetos externos o se les retira esta catexis; pero particularmente en personas con rasgos depresivos se observa que la libido y el interés hacia el mundo disminuye, debido a una renuncia del yo, que se traduce en un fracaso libidinal ante el mundo externo que puede llevar a que el adolescente presente conductas suicidas. Como sucede con R. Sin embargo, esta hostilidad y agresividad hacia sus objetos introyectados, figura masculina y femenina es reprimida y volcada contra sí mismo.

PUNTO DE VISTA DINÁMICO

En el punto de vista dinámico se puede observar que las descargas de energía de Ricardo son proyectadas en su control maniaco. Mientras que la pulsión de muerte, trabaja para la pulsión de vida y estas pulsiones destructivas se proyectan en la agresividad, ya que la agresividad es el medio para que Ricardo consiga llenar su pulsión de vida.

A su vez la pulsión de muerte provoca una desorganización en el yo, que afecta las relaciones interpersonales de Ricardo ya que le es difícil establecer vínculos afectivos saludables.

PUNTO DE VISTA ECONÓMICO

Desde el punto de vista económico se puede observar que Ricardo manifiesta ataques de agresividad y que estas descargas las exterioriza hacia sus padres, amigos etc.

De igual forma se puede observar que estas descargas son por medio de gritos, hacia su medio.

En cuanto a sus mecanismos de defensa Aberastury y Knobel (1988) señalan que las defensas en adolescentes con conductas psicopáticas son mecanismos principalmente para eludir la depresión y la culpa. De hecho, señalan que en estos adolescentes el valor instrumental de las palabras es sustituido por la acción, de manera que presentan dificultades para controlar sus impulsos, como una forma de poder dominar la angustia, pero en la medida en que atacan y agreden al otro, también pasan a agredirse a sí mismos. De Bedout (2008) señala que los mecanismos de defensa en jóvenes con conductas suicidas e inscriben en la neurosis como son: la vuelta contra sí mismo, este mecanismo es una agresión contra uno mismo que pueden servir desahogo de las molestias que aquejan a R.; aislamiento de las emociones vinculadas a una situación doloroso; así como regresión a etapa sádico-anal que se manifiesta a través de la impulsividad y agresividad contra el otro. De manera que R. presenta niveles de ansiedad que no pueden ser del todo controlados por los mecanismos de defensa del yo.

PUNO DE VISTA TÓPICO-ESTRUCTURAL

Se considera que el equilibrio entre la pulsión de vida y de muerte no es el adecuado, teniendo una predominancia del segundo en la estructura psíquica de R. La agresión hacia el medio externo y las conductas auto lesivas, se derivan del papel del objeto perdido; es decir, es probable que los objetos internalizados sean demasiado agresivos y persecutorios y el desasimiento de las figuras paternas, particularmente durante la adolescencia y el deseo de destruir a esa figuras se esté cumpliendo debido a las características de la adolescencia, lo que le provoca angustia. De ahí que consideremos que existe un aumento de la pulsión de muerte, que el superyó utiliza para castigar al propio yo. De hecho, se considera que el superyó en las personas con conductas suicidas funciona como un “déspota caprichoso” que utiliza a la pulsión de muerte para ensañarse en el yo, volviendo al yo un tanto masoquista, que exige al yo, el sacrificio de su vida. Freud (1923) considera que éste “es el mecanismo que hace recaer sobre sí mismo la destructividad dirigida hacia un semejante amado que ha causado una herida narcisista en el sujeto “o sea a sus figuras paternas internalizadas (Citado en De Bedout, 2008, p. 58). Por lo que este conflicto R. lo vuelve a revivir cuando termina con la novia, porque revive la decepción, el rechazo y el abandono que él vivió durante sus primeros años de vida.

Con base en lo expuesto anteriormente, la fijación en la etapa sádico-anal, ocasiona dificultades en el control de impulsos y por lo tanto una predominancia del proceso primario en lugar del secundario, que se refleja en las dificultades para aprender en la escuela, debido a la necesidad de descargar la tensión de manera inmediata.

En cuanto al significado del síntoma: Considerando los factores familiares, se observa una dinámica familiar, que resulta en una ausencia representativa de los padres en la estructura psíquica de R. a pesar de que los padres se encuentran físicamente, una madre distante, fría y rechazante; así como un padre ausente; la agresión y las autolesiones puede significar el deseo de deshacerse de estos padres, pero dado el superyó de R., vuelve estos deseos contra sí mismo lastimando a sí mismo.

En cuanto al tipo de relaciones objetales que predominan: Al revisar los antecedentes de R podemos resaltar que la madre acepta haber tenido un trato un tanto frío hacía él, dado que constantemente se mostraba difícil de controlar y con mucho llanto, es por eso que la madre comenzó a tomar cierta distancia con el niño, ya que su ilusión de ser madre no estaba siendo como ella lo esperaba, pues no solamente había llegado R en un mal momento, ya que la madre se encontraba con grandes oportunidades para crecer profesionalmente y la llegada de R habían cambiado sus planes, sino que también no sentía el apoyo por parte del padre. Es por eso que podemos ver que en ausencia de esta primera relación entre madre-hijo, R creció con este “vacío y rechazo” por parte de sus padres, por lo que podríamos decir que no hay predominancia de una buena interacción y relación entre ellos.

Ya que como la teoría de las relaciones objetales nos dice que la experiencia de la relación con los objetos genera organizaciones internas perdurables, lo cual se sostiene desde la primera relación diádica (Madre-hijo).

Así como también Winnicott nos dice que el concepto de sostén es muy importante, referido al estado real inicial de la relación infante-madre, cuando el primero aún no ha separado un self del cuidado materno, respecto del cual está en una dependencia absoluta en el sentido psicológico. Esto conduce al establecimiento de las primeras relaciones objetales y las primeras experiencias de gratificación instintiva y también lo que incluye y coexiste con él. La base de la satisfacción instintiva y de las relaciones objetales es la manipulación, el éxito del cuidado materno, constituye la base de la fuerza del yo, mientras que el resultado de cada fracaso en dicho cuidado consiste en un debilitamiento del yo. (Ramírez, 2010). Por lo coincide con lo que anteriormente se menciona, que R muestra un Yo debilitado, en el que no hay un equilibrio entre sus impulsos y sus propios “autocastigos”.

IMPRESIÓN DIAGNÓSTICA

Con base en la historia clínica y en el análisis de los síntomas es probable que R. presente depresión, particularmente un trastorno de depresión mayor, ya que los síntomas comenzaban a presentarse cuando R. estaba en cuarto de primaria, presentando: un estado de ánimo irritable con pérdida de interés en las actividades de la escuela, así como dificultades para concentrarse y pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.

REFERENCIAS

https://prezi.com/wjlkgiddrua3/teorias-del-desarrollo-del-adolescente/#

Aberastury, A. y Knobel, M. (1988). La adolescencia normal, un enfoque psicoanalítico. México: Paidós Educador.

De Bedout, H. (2008). Panorama actual del suicidio: Análisis psicológico y psicoanalítico, International Journal of Psychological Research, 1(2), 53-63. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=299023508007

Esparza, M. (2015). Los síntomas del TDAH, solo la punta del iceberg. Clínica de lo negativo (Tesis para obtener el grado de doctorado en investigación psicoanalítica). Colegio Internacional de Educación Superior, México.

https://prezi.com/s8o_fbcksmpd/teoria-de-las-relaciones-objetales-segun-melanie-klein/

Ramírez, N. (2010). Las relaciones objetales y el desarrollo del psiquismo: una concepción psicoanalítica. Revista IIPSI, Facultad de Psicología. Perú. Vol 13. Págs. 221-230.

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