Anhelo narcisista vinculado a la experiencia del embarazo.

El embarazo, en muchos casos representa el vínculo de amor que une a la pareja y la narcisización del niño comienza desde el momento en que los padres imaginan la llegada de su bebé según Moguillansky (1998) y ese momento es un aspecto fundamental en la constitución subjetiva del individuo.

Entonces, el embarazo es un proceso que se vive en el aspecto biológico y en el psicológico, eso quiere decir que la historia de cada padre influye de alguna manera en el bebé, así como que la madre sea quien lo alberga, por ello cada padre lo vive de manera diferente. Desde el momento en que existe dentro del cuerpo de la madre comienza la historia del individuo y así, comienza una relación imaginaria con su feto.

Muchas veces, dentro de la sociedad en la que vivimos se dicta que el embarazo debe ser dulce tanto en lo real o en lo fantasmático y sin ningún sentimiento negativo al respecto, sin embargo es importante recalcar que no se vive así, muchas veces se presentan sentimientos de odio, temor, amor, angustia, entre otros. Pero, entre todos ellos debe de acompañarse la satisfacción, ya que dicho sentir registra lo que dará significado a la existencia del bebé.

Winnicott en 1960 denominó “preocupación maternal primaria”, a la capacidad que tienen las mujeres para centrar todos sus intereses en el embarazo, lo que implica que más adelante la madre podrá sentirse identificada con su hijo. Y, así el sostén físico efectuado durante la vida intrauterina, da pie al sostén emocional una vez nacido el niño, por ello la gestación es un período que si marcha bien sienta las bases del desarrollo afectivo del bebé, ya que todo se dispone para acogerlo en un ambiente de alegría y aceptación.

También existe la posibilidad de que existan fallas en la investidura fetal, las cuales dependen tanto de la ausencia o distorsión del deseo de hijo, como de la carencia de apoyo de la pareja y de las experiencias vividas por la mujer durante el embarazo, en ocasiones el embarazo no es lo que espera la madre o se corren peligros de salud, de esa manera el bebé interfiere con la madre y se crea una incapacidad de desarrollar el estado de preocupación maternal primaria.

Se crea un odio al bebé y lo mencionado en al párrafo anterior daña a la narcisización. Castoriadis-Aulagnier (1975) planteó que el fracaso en dicha investidura fetal, sienta las condiciones para el desarrollo de la psicosis, también afectan las experiencias de soledad, odio y conflictos entre la pareja, violencia,depresión y factores que dificultan o impiden el establecimiento de la relación imaginaria con el niño en gestación, despojadandole desde antes de nacer su singularidad.

Hernández Cedeño Jennifer Andrea

Referencias.

Esparza, E. (2015). Los Síntomas del TDAH, Solo la Punta del Iceberg. Clínica de lo Negativo. (Tesis de doctorado) Colegio Internacional de Educación Superior. México

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