CASO G

Caso analizado de forma grupal.

Ficha de identificación

Nombre: G. Edad: 10 años

Escolaridad: 4° de primaria en una escuela privada

Peso: 53 kg. Estatura: 1.38 mts.

Madre: Profesionista de 41 años. Ocupación: Funcionaria bancaria.

Padre: Profesionista de 45 años. Ocupación: Funcionario bancario

Abuela: 71 años

Motivo de consulta:

Es muy berrinchudo, está rodeado de gente enferma, está engordando, bajando de calificaciones, se angustia continuamente, es explosivo cuando se le contradice, violento, grita, llora, golpea mesas y se jala el cabello.

La madre comenta: “No le gusta reconocer cuando tú tienes la razón”.

El padre dice: “Corrige siempre, es presumido y se pelea con su abuela”.

Análisis del caso

PUNTO DE VISTA GENÉTICO

La edad de G corresponde a una pausa del Desarrollo Psicosexual llamada “latencia”.

Las características de la Latencia son las siguientes:

Las tareas evolutivas de desarrollo son la socialización y la relativa calma pulsional.

Enfoque de la libidinización hacia actividades de aprendizaje y recreativas.

Atenuación de la libido para facilitar las relaciones del niño con el mundo exterior.

G no está cumpliendo con las características de esta pausa, ya que su socialización se ha visto empobrecida en cuanto a las relaciones que establece con el mundo exterior. La líbido no ha estado dirigida hacia actividades de aprendizaje y recreación, al contrario, las abandona y las realiza con displacer.

Conflictos en el Desarrollo Psicosexual de G:

El desarrollo Psicosexual de G se ha visto caracterizado por diversos conflictos que posiblemente están obstaculizando la correcta Latencia correspondiente a su edad.

La etapa fálica: Las dos características principales de esta etapa es la libidinización de los geniales y El Complejo de Edipo.

El Complejo de Edipo presenta un conflicto en G debido a que el padre no es percibido como padre, incluso podría ser visto como una figura masculina castrada y existe la presencia de un doble edipo. El primero, con la abuela, siendo la madre la rival en cuestión y otro con la madre, siendo el padre el rival en cuestión.

La madre representa un obstáculo para que G pueda estar con su abuela, por lo tanto, los sentimientos negativos que G pudiera llegar a sentir debido a esto hacia la madre también están generando angustia por el temor de que puedan cumplirse. Así, comienza un Edipo con la madre.

Etapa Anal: Esta etapa está caracterizada por el control de esfínteres y por encontrar al alivio como fuente de placer. El dolor genera frustración.

G ha presentado problemas intestinales a lo largo de todo su desarrollo, desde estreñimiento hasta gastritis y otitis.

Siendo la acumulación de carga emocional el origen de la psicomatización de estas enfermedades gastrointestinales y aliviadas mediante esporádicas descargas reflejadas en berrinches y otras conductas explosivas.

La frustración ante la falta de liberación de G ha repercutido directamente en su salud y relaciones con el exterior.

Etapa Oral: Caracterizada por la libidinización de la boca y el conocimiento del mundo a través de ella. Principal fuente de interacción es la boca, por lo tanto se crea un vínculo afectivo y de confianza con los cuidadores responsables de la alimentación.

El conflicto de G se ve en la falta de destete con la abuela debido a la persistente necesidad de estar con ella y con la inconmensurable forma de comer debido al vacío que la ausencia del afecto de la madre ha ocasionado ya que existe una “necesidad de comer hasta sentirse lleno”.

PUNTO DE VISTA DINÁMICO.

Mecanismos de defensa

El paciente emplea los siguientes mecanismos de defensa para adaptarse a su medio:

Identificación o introyección: Las experiencias que se forman durante el transcurso de la vida, nos ayudan para crear el modelo de vida. De esta manera se toman diversas actitudes, imágenes, ideas y pautas de reacción y comportamiento, que el niño tiene la oportunidad de captar en las personas y en el ambiente que lo rodea (Hinojosa, 1981). El objeto identificatorio de G es la abuela, un suceso importante es cuando operaron a G y al mismo tiempo ella desarrolla herpes. El niño se siente identificado con la abuela por la situación que pasaron.

Negación: Cualquier tipo de situación traumática, como una enfermedad grave puede ser negada (Hinojosa, 1981). En este caso, G se enteró a la edad de 8 años. de la enfermedad de su madre, ante esta situación él refiere. “soy adicto a la tv y video juegos, no sé lo que es la enfermedad de mi madre, mi abuela ha tenido cáncer de los fuertes, también tiene diabetes, y herpes que es un dolor que no la deja en paz, ella duerme mucho y me deja solito, tengo una perra que araña mucho y que también está enferma”. Retomando lo anterior, G niega la enfermedad de la madre y le da mayor valor a la de su abuela.

Resistencia: El paciente utiliza este mecanismo ante el miedo a afrontar lo desconocido, esto está relacionado con lo que refiere su madre “cada que comienza el año escolar se enferma, generalmente el día de inicio de clases se enferma por la mañana, le da gastritis hasta que se adapta.”

Pulsiones de vida y muerte

Las descargas de energía que realiza, están siendo enfocadas a un control maníaco, buscando con ello, poder solventar su pulsión de muerte. Es decir, en su concepto de oralidad, al devorar, se percibe ello una pulsión agresiva, puesto lo que hace, no es comer, sino devorar, es decir, con ello busca eliminar los objetos que le inflige sufrimiento, si él comiera conseguiría con ello un placer. Al devorar la comida proyecta los objetos persecutorios que tiene, es decir, los objetos muertos que le rodean, que son sus familiares enfermos (muertos o semi-muertos), intentando con ello eliminar dichos objetos. Cabe destacar, que cuando entra la escuela comienza con una alimentación rigurosa por parte de la misma, la dieta impuesta le impide devorar los alimentos debido a que no le gustan, y con ello, aumenta la pulsión agresiva puesto que ya no puede saciar el vacío afectivo que siente en ese momento. Aquí es donde se podría percibir una pulsión de vida, debido a que inconscientemente busca la manera de evitar esas situaciones para regresar a casa y continuar con los hábitos cotidianos, mismos a los que está acostumbrado y los que le permiten “sobrevivir” en medio de las carencias afectivas.

A su vez, la pulsión de muerte, trabaja para su pulsión de vida, al ser la agresividad que maneja, como un medio para lograr conseguir esa sensación de vida que busca. Sin embargo, tiene un gasto excesivo de energía, al fracasar, sobrellevando las relaciones de sus pulsiones, puesto termina en un ciclo infinito, en el cual al devorar, busca introyectar esos objetos persecutorios, pero al no conseguirlo en su totalidad hace un gasto energético, sin conseguir su meta.

PUNTO DE VISTA TÓPICO Y ESTRUCTURAL

  1. Estructura psíquica (yo-ello-super yo)

Las experiencias tempranas y posteriores de G han dificultado una adecuada integración del self, de la instancia yoica y de la instauración del superyó, ya que desde los 3 meses de edad ha vivido la ausencia de los padres, quedando el yo a merced de los impulsos del ello que se manifiesta en impulsos agresivos y conductas autoritarias dentro del Colegio, ya que no existe un principio de realidad que rija su vida, puesto que la abuela cumple cada demanda del pequeño y no logra diferenciar lo que está prohibido y lo que no.

Su condición enfermiza. propicia experiencias displacenteras a lo largo de su infancia, al mismo tiempo que se empieza a registrar el efecto de la soledad, de la falta del compromiso parental que amenaza la precaria integración lograda.

La falta de una figura paterna desencadena una disfunción del Edipo, la cual propicia una falla en la instauración del superyó, se manifiestan las fallas en el proceso secundario y la emergencia de los síntomas al inicio de cada ciclo escolar.

El rol del padre es percibido por G cómo el hermano mayor según la madre y no existe una diferenciación a nivel jerárquico, por lo tanto hace lo que cree que está bien, o lo que la abuela permite ya que no se presenta una integración adecuada de las instancias psíquicas.

2. Relación de lo primario y lo secundario

G muestra carencia de control y consideración de límites debido a que su abuela cumple sus deseos. Tal es así que la abuela lo cuida por la tarde para G no sufra por sus alimentos.

Dentro de la situación ambiental de la escuela donde asiste G, se le restringe a los alumnos el correr debido a que puede pasar un accidente, lo cual a G le abruma ya que este ambiente se parece al que hay en casa, por lo tanto las actividades realizadas en la escuela no están libidinizadas sino que las realiza por obligación.

G tiene una falta de equilibrio emocional el cual se manifiesta en frustración con el mundo, desconfianza, agresiones y dificultad para entablar relaciones al ingresar a la escuela.

En relación con el principio de placer, G vivió un tiempo el duelo de su abuela debido a una enfermedad que ella padece y cubrió este vacío con comida y viendo televisión y al mismo tiempo sufrió por que no podía estar feliz si su abuela estaba enferma.

G manifiesta una agresión activa a través de sus berrinches, ya que es la manera en la que él ha logrado controlar a sus padres cuando estos están discutiendo y así conseguir que su madre le de cariño por un rato. Otra forma en la que G muestra su agresión hacia su madre es estar gordo y la forma que tiene de expresión hacia ella, debido a que no se identifica con el hijo que su madre quisiera tener.

3. Regresión y fijación:

Al parecer G se quedó fijado en el estadio anal (2° al 3° año), específicamente en el estadio retentivo, en el cual de acuerdo con Marcelli & Ajuriaguerra (1996), el niño encuentra el placer a través de la retención, iniciándose el periodo de oposición a los deseos paternos. Esto lo podemos asociar con lo que refiere la madre, al mencionar que G tiene problemas de estreñimiento, también dicha retención se puede asociar con la angustia de separación que presenta G al ser separado de su objeto amado (abuela). Por lo tanto, dicha fijación ha llevado a que G tenga dificultades a la hora de acceder a los siguientes estadios, lo cual nos habla de inmadurez y pobre control interno, además de problemas de inseguridad, fracaso y castigo, el cual se presenta ante situaciones en las que G se siente expuesto, en donde no tiene control de estas. Dado esto, G presenta. regresiones en las cuales busca esos puntos de satisfacción pulsional, la cual puede observarse cuando el niño refiere querer volver a ser bebé. Esto se asocia con la satisfacción que G obtenía de su ambiente, en donde la abuela es la figura que cubre principalmente todas sus demandas. También, dichas regresiones se pueden asociar al hecho en el que G no fue desilusionado a tiempo (su majestad del bebé), llevándolo a que desea de regresar a ser bebé, en donde no existía la frustración ante sus demandas, a diferencia de ahora, en donde su ambiente le demanda nuevas responsabilidades, como por ejemplo en el ámbito escolar (tareas).

SIGNIFICADO DEL SÍNTOMA

El síntoma que presenta G, es la angustia que siente por la separación de la abuela y la madre. Debido a que su abuela y su madre son sus principales objetos de amor. La angustia es resultado de la enfermedad de su abuela, reflejándose en el problema de sueño que presenta, a través de este síntoma, G puede obtener ganancias secundarias, en el caso de tener despertares ansiosos, consigue dormir con su madre, de esta forma satisface sus impulsos libidinales, por el edipo retardado que se observa, y consigue mantener una rivalidad con su padre.

¿De qué es consciente y de qué es inconsciente?

La percepción de la realidad de G, basada en los elementos instaurados en su consciente, indica una percepción hostil de dicha realidad, pues percibe el cambio polarizado sobre el estado “su majestad el bebé” que mantenía tras el cuidado y vinculación con su abuela. Contraponiéndose a la rivalidad constante con su madre por ejercer el poder, razón por la cual realiza los berrinches, además de saber y hacer lo que a su madre le molesta, como dormir y no hacer actividad física. Del mismo modo, se manifiesta dicha consciencia de tal posicionamiento en su realidad al mencionar: “no me gusta que me corrijan”. De forma inconsciente existe la lucha entre las fuerzas que liberan la pulsión agresiva y las fuerzas que lo impiden dadas las normas sociales.

Por otro lado, tal hostilidad también se encuentra al percibirse “rodeado de gente enferma”, procurando cuidar a su abuela, a quien realmente percibe enferma de forma consciente, pues niega la enfermedad de su madre. De forma inconsciente existe la rivalidad entre dos madres, al elegir a una sobre la otra, se genera ambivalencia en G, por tener que elegir a alguna y el empoderamiento de “su majestad el bebé” al satisfacer dicha elección. Como resultado, aparece culpa en él: de forma inconsciente decide cuidar a su abuela, por dicha culpa, únicamente lograr con la presencia de su madre.

A la par, G dimensiona, respecto a la ingesta de alimento un síntoma existente, sin embargo, parcial. Menciona: “siempre tengo la necesidad de comer hasta que me siento lleno”. De forma inconsciente, las descargas de energía que realiza, están siendo enfocadas a un control maníaco,para poder solventar su pulsión de muerte. Es decir, al devorar, satisface la pulsión agresiva, busca eliminar los objetos que le causan sufrimiento. Al devorar la comida proyecta los objetos persecutorios que tiene, es decir, los objetos muertos que le rodean, que son sus familiares enfermos (muertos o semi-muertos), intentando con ello eliminar dichos objetos.

La frustración de G, como ya hemos observado se localiza dentro de su mundo externo (objetos muertos) pero tiene una reacción hacia esta de descargas hacia su mundo interno por lo que podemos decir que se desorganiza; la capacidad de tolerar esta íntimamente ligada al principio del placer el niño instintivamente tiende a la descarga y satisfacción a través de las funciones yoicas; pero debido al conflicto entre las pulsiones en el caso de G las descargas y su satisfacción están ligadas a un principio de placer sádico.

REFERENCIAS

Hinojosa, A. (1968). Mecanismos psicológicos de adaptación y defensa. México: Aramoni

Marcelli, D. & Ajuriaguerra. J. (1996). Psicopatología del niño. 3°ed. Masson:Barcelona.

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